Bolero Sangriento (+Video)

Cada arte tiene sus propios códigos, sus maneras de expresar y comunicar, de armonizar la forma y el contenido. En gran medida determinado por el rail que impone lo tecnológico y por el paisaje expandido de las tradiciones; ese catálogo de experimentos exitosos o reconocidos que devienen con el tiempo en paradigmas, patrones y hasta en normas.   El cine, pese a todas escuelas y sus tendencias contemporáneas, ha logrado acumular los suyos, que se trasvasan en otras artes. Así notamos, en ciertas obras —las literarias: en poemas, cuentos y novelas— una estructura cinematográfica, un narrar en fotogramas.

Igual pasa con las formas y con las composiciones; con los géneros musicales. Los artistas escogen, de su personal catálogo, las formas que más se avienen al tema a tratar. En una puja, siempre latente, entre aprovecharse de esos códigos, ya probados y consensuados, y el reto de sorprender, de no estancarse en lo manido.

Una historia como la de “Bolero sangriento” no podría beberse en otra copa que en la escogida por Israel Rojas. Ni con mejor atmósfera arreglarse que con ese claroscuro, ese gradiente entre el intro electrónico, pop, y el clímax acústico, casi de victrola. Tampoco el realizador de su videoclip tenía una estrategia más feliz que la de traducir en los códigos audiovisuales las metáforas cinematográficas ya escritas por el guantanamero:

“Las luces de las balizas/ rasgan la noche con sus contrastes

La histeria de las sirenas/ como una rémora del desastre

Desvío en la carretera/Avisos radioparlantes

No hay mundo para la urgencia/ Si hasta la prisa ha llegado tarde.

La parda vestía de frente/ Un beso, beso baldío

Tiñó el asfalto/ Sangre y aceite”.

El video de “Bolero sangriento” fue publicado en junio pasado por las plataformas digitales; con licencia cedida a YouTube por Exploration Group LLC_Sound Recordings (en nombre de Metamorfosis Enterprises Inc.). Filmado en calles de La Habana y en el Bar restaurante Kilómetro Cero, fue realizado por Tuestee Producciones bajo la dirección de Jorge Pentón, quien además estuvo a cargo de la animación 2D, escogida para ilustrar los pensamientos de los sobrevivientes, los “exengañados, mujer y marido”. Se destaca la eficacia de la fotografía de Yuniel Mentado. Del montaje se encargó Rodolfo Barros. Tuvo como productores al propio Rojas y a Pentón.

Jorge Pentón es fundamentalmente un realizador de animados, “uno de los jóvenes dibujantes con alto nivel artístico que promueve los Estudios de Animación” —al decir de Ernesto Piña, con quien trabajó la producción “La visita del moscón”—. Pentón había dirigido antes el videoclip “La jicotea”, con Eymi y Mike; nominados a los Premios Lucas 2018 en la categoría de Mejor VIDEO MÚSICA PARA NIÑOS.

Este debe ser el último videoclip de Sobreviviente, álbum producido por el sello discográfico EGREM, por el que merecieron el Gran Premio Cubadisco 2017, y que pasará a ser, por estos días, la penúltima producción discográfica de Buena Fe. Ya otras veces, habíamos valorado en Candil del clip recreaciones visuales de los temas incluidos en el disco. “Una mujer”, interpretado por Israel Rojas y Luna Manzanares, con la dirección de Yeandro Tamayo, fue el primero de ellos. Más recientemente, nos llamó la atención "Bodas", dirigido por el joven realizador audiovisual Omar Leyva.

"Sobreviviente". (Ilustración: Roberto Favelo)(Tomada de Trabajadores).

Siempre que escucho en mi móvil “Bolero sangriento” me emociona. Nunca dejé de sentir e imaginar; experiencias propias y escenas en blanco y negro. El tema, como todo el álbum Sobreviviente, es una apuesta al disco conceptual, al arte y a la sensibilidad; cualidades en peligro de extinción en el panorama musical más cercano a los jóvenes de hoy.

A propósito de su remontada en la lista de lo más popular de los Lucas, compartieron en su página de Facebook :

(14 de octubre a las 20:13) "Amigos de Buena fe Vs dinero". En menos de tres horas "Bolero Sangriento" pasó a liderar la lista de temas más populares. Un video que fue puesto apenas dos veces por la TV nacional. "Ninguneado" por ser un bolero. ¿Saben?

Se dice que el bolero no está de moda. Nació en Santiago de Cuba, a finales del siglo XIX, después de la habanera y del danzón, hijos de la contradanza del siglo XVIII. Cayó en decadencia quien fue llamado en la radio “Señor bolero” o “Su majestad”. Un género musical de tiempo lento, música romántica, con textos amorosos para escuchar y enamorar y bailar en pareja, acurrucaditos. Con letras líricas, escritas por poetas, que aluden a lo erótico, no se desplayan en lo pornográfico como… para qué mencionar. Una rareza en la época del perreo, de euforias colectivas casi tribales.

Ya una vez parecía muerto y en los 90 tuvo un renacer de la mano del mexicano Luis Miguel con sus álbumes Romance. Impulso proseguido por otros cantantes como Alejandro Fernández, en México, y Charlie Zaa, en Colombia. Y con otro ropaje, el de la bachata dominicana, por Juan Luis Guerra y Víctor Víctor.

“Bolero sangriento” sin embargo, como otras canciones escuchadas en el Guzmán, son como los ecos de “Tristeza”, aquel primer latido de Pepe Sánchez. Pionero del bolero trovadoresco, variante que tuvo entre sus principales cultivadores al propio Sánchez y a Sindo Garay, Manuel Corona, Rosendo Ruiz Suárez, Alberto Villalón, Patricio Ballagas y Eusebio Delfín.

Latidos del amor en compás de 4/4 que en artistas como los de Buena Fe siempre renacerán.