El cha cha cha que dice en sus estribillos A esconderse que ahí viene la basura fue un éxito de los años 50 del siglo pasado, pero podría ser una magnífica intervención en alguna reunión de la comunidad para tratar la acumulación de desechos sólidos y no tan sólidos en los alrededores de las viviendas.
Aunque habitualmente los videos son colocados al final, esta vez por excepción, para amenizar les presentamos un video y la letra de la melodía compuesta por el cubano Jorge Zamora:
A esconderse que ahí viene la basura/A esconderse que ahí viene la basura/Cuando siento la campana por allá/Con el ritmo de un alegre cha cha cha/Ya se acerca el basurero a llevarse lo que no sirve pa na
A esconderse que ahí viene la basura/A esconderse que ahí viene la basura/A esconderse que ahí viene para acá guaracheando y bailando cha cha cha/A esconderse, caballeros, que se lleva lo que no sirve pa na
A esconderse que ahí viene la basura/A esconderse que ahí viene la basura/No me dejes los papeles, basurero, que mañana usted no viene a trabajar/Yo me escondo basurero que escondido no me puede usted llevar
A esconderse que ahí viene la basura/A esconderse que ahí viene la basura/El basurero llega entonando este cha cha cha/Corre, yurima, saca la basura/Avísale a Lourdes y a Caridad/Aviso a la población: Lo bueno se queda y lo malo se va/Mi Habana alegre y bonita siempre se mantendrá/La basura de aquí va para el tanque/Debemos tener el ornato público en óptimas condiciones/El basurero ha cumplido con todos sus labores
- Consulte además: Prado y Neptuno, La Engañadora y El Cha Cha Chá (+Video)
Los que vivimos aquellos años en pueblecitos como el costero de Casilda al sur de la actual provincia espirituana, recordamos a Celiano tocando la campana para avisar que venía con el carretón tirado por una bestia para recoger la basura.
Al terminar, aquel popular habitante de esa comunidad barría la calle Real de pobladito, mientras a su paso recibía saludos según se acercaba a alguien, pero también había hasta quienes expresaban su lamento por no haber podido sacar el cesto de basura a tiempo y tuvo que guardarlo para el siguiente día.
Entonces la vida era apacible, las calles se mantenían limpias, pero al avanzar los 60 y sobre todo después de los 70, por aquellos lares hubo cambios que seguramente también sucedieron en otras partes del país, pues los vehículos automotores llegaron para humanizar el trabajo.
Al paso del tiempo, el camión dejaba de pasar o llegaba a cualquier hora sin previo aviso, y como que nadie puede amontonar los desperdicios dentro de sus viviendas o patios durante semanas y meses, había que colocarlos en algún lugar.
- Consulte además: La maldita circunstancia de la basura por todas partes
Se habilitaron espacios para depositar los desechos sólidos hasta que los vinieran a recoger, y esos sitios fueron los llamados supiaderos, donde puede permanecer cualquier cantidad de tiempo lo que llaman basura: un conjunto de desperdicios o desechos inservibles.
Los tiempos cambian, ya no viene alguien como Celiano a recoger el cesto de basura a la puerta de la casa según un calendario, ni avisa poco antes de llegar, ahora hay que llevarlo al supiadero, donde lo mismo se lanzan fuera que dentro del depósito, esté lleno o no.
Seguimos siendo los humanos quienes generamos esa basura en el ámbito doméstico donde lo mismo hay residuos orgánicos que inorgánicos reutilizables o no, pero también fuera del hogar convertimos cosas en desechos que echamos en un cesto, caminamos sin encontrar el dichoso cesto o lo lanzamos a la calle o acera.
La melodía llama a los trabajadores a recoger la basura, no dejar ninguna, pero también a toda la población a ser disciplinada para tener ciudades alegres y bonitas.
Es mucho pedir, pero solo le faltó haberse referido a la necesidad de desarrollar el reciclaje. Aún así, es una magnífica intervención para cualquier asamblea del barrio donde se trate el tema de la higiene comunitaria.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.