Según cuentan, durante varios siglos, los chinos conservaron el secreto de la fabricación de papel, producto que junto a la invención de la imprenta tuvieron una repercusión en todos los ámbitos de la humanidad.
Los pliegos ligeros y transportables contrastan con los pesados pedazos de piedra usados, alguna vez, para escribir o dibujar mediante objetos punzantes y duros que dejaban marcas cuya durabilidad sobrepasan, sin discusión cualquier otro soporte surgido posteriormente.
A partir de esas facilidades, cada cual ha escogido su proceder, como el caso del escolar que desde la enseñanza primaria tenía una sola libreta donde tomaba las notas de todas las asignaturas, y sencillamente la llevaba doblada en el bolsillo trasero del pantalón.
No pocas críticas ha recibido ese alumno, que al graduarse en la Universidad de La Habana también se negó a portar una agenda para su trabajo periodístico, y acude a hojas bien o mal presilladas que también lleva dobladas y estrujadas por doquier.
Y si a alguien se le ocurriera ahora mismo reiterar el señalamiento y endilgarle algún calificativo como el de descuidado, la respuesta no se hará esperar, pues ripostará que lo verdaderamente criticable es que personas con responsabilidades acuden a reuniones donde imparten orientaciones, y no anotan nada.
No tienen que cargar pesadas piedras, cinceles ni martillos para escribir, pero no hacen uso de los modernos recursos, aunque antes de entrar al local les obsequian elegantes agendas o block de notas con sus correspondientes lapiceros.
En una ocasión, ante el regaño o crítica constructiva que hizo quien presidía una reunión, alguien dijo que no anotaba nada, pero que todo lo tenía grabado, y resulta evidente que con esa experiencia, en una próxima ocasión preguntó: ¿quién trajo grabadora?
Y ante la negativa, hizo otra: ¿Trajeron lápiz y algo en que anotar?
Seguidamente procedió a la crítica con argumentaciones de que confiar a la memoria los datos podría provocar interpretaciones erróneas. Dijo: “cuando se escribe, la idea queda más clara para su compresión y posterior reflexión.”
Hasta aquí, lo que iba a escribir hoy. Lo demás, los comentarios, quedan para los lectores.
Candido
26/4/19 9:32
Es muy cierto que hay dirigentes que anotan en hielo las orientaciones que les dan desde los niveles superiores, pero en vez de regañarlos o de invitarlos a anotar, lo que debieran de hacer es declararlos no idóneos o incumplidores de los deberes del cargo, pues por eso, aunque tengan muy buenas intenciones, pueden tergiversarlo todo y hacerlo todo torcidamente porque olvidan cosas y luego las inventan y en esos inventos cometen las mayores barrabasadas.
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