Este 25 de febrero a las 4 pm, podría decir que celebro mis 36 millones 792 mil segundos de vida, o sus equivalentes que son 613 mil horas, 25 mil 550 días o también 840 meses, pero lo que se conmemoran son los años: 70.
Tales celebraciones se han ido considerando parte especial de la vida, y aunque la pandemia ha vuelto todo al revés, aún debe seguir gustando festejar en compañía disfrutando de alguna comida y bebida.
Como en este mundo hay de todo, existen quienes rechazan u odían sus propios cumpleaños, cada cual con alguna razón, pero cuando son detectados, generalmente reciben felicitaciones sin alusión a cifras ni hechos reveladores de la edad.
La opinión generalizada es que esas personas se resisten a envejecer, pero también puede haber quienes con una dosis de miedo escénico y timidez, no gustan recibir muestras de afecto siendo el centro de atención.
Cuando el homenajeado o sus familiares son los encargados de organizar la celebración y ser los anfitriones, pueden sentir también algún rechazo al cumpleaños por temor a que los convidados no queden satisfechos.
Si el agasajado es un niño, es cuando más la atención está dirigida hacia el kake y las velas para soplar, pero aunque ambos no esten presentes, es difícil que alguien no los evoque, aunque en el festejo no haya ni una pizca de dulce.
El autor de estas líneas, que ha tenido 70 cumpleaños, se entera que esta costumbre comenzó en el antiguo Egipto, pero no con el propósito de celebrar los años de vida, sino la fecha desde que el faraón era investido.
Cuentan que en la antigua Grecia, extendieron las celebraciones a sus sus dioses, y fueron los iniciadores de preparar una tarta redonda, así como de usar velas indicadoras de la cantidad de vida y prosperidad según el tiempo que se mantuvieran encendidas.
Atribuyen a los romanos quienes introducir en esos festejos la fecha de nacimiento de sus emperadores, cónsules y senadores, aunque algunas religiones conmemoran los fallecimientos.
Sin dudas, en cada lugar hacen las celebraciones a su manera, y con el tiempo se van modificando, sobre todo en lo concerniente a las frases y maneras de felicitar, que en estos tiempos de redes sociales y nuevas tecnologías están marcados como nunca antes.
Tradicionalmente era considerado que significamos mucho para la persona que se acuerda de nuestros cumpleaños, pero resulta que modernidades como Facebook avisan con antelación los aniversarios y facilitan enviar felicitaciones hasta a los "amigos" hechos pocas horas antes.
Hay usuarios de esas redes con tantas amistades para felicitar, que no les alcanza el tiempo, y por eso desean alguna aplicación que tan automáticamente como reciben el anuncio del onomástico, se robotice la transmisión de la más sentida y amorosa congratulación.
Cuando la Internet no existía en Cuba, el desaparecido colega Pedro Pérez Madrigal se afanaba cada año en recordar personalmente a todos que se acercaba el día de su cumpleaños y aclaraba: "Este año cumplo el 28 de febrero", o "Este año cumplo el primero marzo".
Resulta que el día de su nacimiento fue el 29 de febrero, y si el año no era bisiesto, lo acomodaba a su conveniencia.
La víspera me enviaron este video:
Esa filmación llegó acompañada de esta frase: ¡Feliz cumpleaños en la mitad de tu vida!, una profesía que si se cumple, significará que dentro de 70 años podré actualizar este post.
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