El 22 de octubre de 1962, el presidente estadounidense John F. Kennedy, habló públicamente durante17 minutos sobre una cuarentena y un "cerco naval" que al siguiente día fue realmente un bloqueo aeronaval con barcos y aviones de guerra y la creación de condiciones para bombardear e invadir la isla.
Así se desarrollan los acontecimientos que pusieron al mundo al borde del holocausto nuclear, y se desencadena la llamada Crisis de Octubre en la cual EEUU demandaba retirar las armas estratégicas soviéticas de Cuba, que respondió con una Alarma de Combate que incluyó la movilización popular.
Los Estados Unidos y la URSS se pusieron de acuerdo para que el primero inspeccionara los barcos soviéticos fuera de las aguas territoriales cubanas y se pone fin a la Crisis sin la participación del gobierno cubano.
Tienen razón quienes afirman que el 20 de noviembre de 1962, Kennedy ordenó levantar el bloqueo aeronaval y que el 22 el Gobierno Revolucionario declaró la normalidad, pero otra cosa es escamotear la verdad con la falacia de que fue levantado el bloqueo sin mencionar el intensificado cerco económico, comercial y financiero.
Resulta válido invitar a pensar cuál es el propósito de ocultar la existencia de esa guerra económica, minimizarla e inducir a que cuando se habla de bloqueo, llevar inmediatamente el tema hacia el bloqueo interno y negar toda posibilidad exponerlo como contexto en el cual viven, sobreviven, trabajan y pasan trabajo los cubanos dentro de Cuba, sin que escapen de esos problemas algunos que están fuera.
De finales de 1962 y principios de 1963 guardo el recuerdo de que en Loma del Puerto, cerca de Trinidad ardía un ómnibus usado para trasladar trabajadores hacia la Papelera Pulpa Cuba y que ya había sido tiroteado en ocasiones anteriores.
Por la zona está el actual Patrimonio de la Humanidad, el Valle de los Ingenios que incluye el central FNTA y cañaverales que por la época fueron pastos de las llamas como también sucedía con plantaciones de otras regiones del país.
En una reunión informal de milicianos escuché a uno de ellos reclamar insistentemente en la necesidad de no solo luchar con las armas, sino con la vigilancia, pues argumentaba su sospecha de que estaban agregando sustancias extrañas en la molienda de la caña para dañar los rendimientos y las maquinarias.
Pudiera alguien decir que era un miliciano paranoico, pero recuerdo sus explicaciones de que en zafras anteriores no ocurrían desperfectos que estaban sucediendo en esos momentos. Guardó silencio al ver un par de niños que estábamos atentos a sus palabras.
No son descabelladas las sospechas, pues tras el fracaso de la invasión de Playa Girón o para usar el lenguaje más común de la brigada mercenaria 2506, el fracaso de Bahía de Cochinos, el gobierno de los estados Unidos puso en marcha la Operación Mangosta desde octubre de 1961.
Las tenebrosas mentes que dirigieron los destinos de la nación más poderosa del mundo en aquel tiempo, previeron bajo ese nombre, realizar sabotaje en Cuba con el propósito de incitar una revuelta contra el gobierno revolucionario cubano.
Ese objetivo se mantiene, y para ello crean dificultades mediante el bloqueo que tratan de que no sea culpado por las mayorías, que inducen a señalar como responsables de los problemas al gobierno cubano y socialismo.
Y aunque no hemos visto publicadas pruebas de que así sea, no dudemos que los sabotajes actuales también incluyan provocar que los tramites sean engorrosos y que las aprobaciones tengan que pasar por todos los niveles posibles para hacerlos largos y tortuosos.
En tales condiciones, no basta con llevar una meta a feliz término, sino que esa eficacia sea lograda con eficiencia, tema del cual volveremos a hablar próximamente pues es momento de denunciar el bloqueo que no está levantado.
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