viernes, 20 de septiembre de 2024

Irse para satisfacer un hambre, pero son dos

Los movimientos migratorios estarán acompañando a la humanidad durante mucho tiempo más...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 25/03/2022
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Movimientos migratorios
“El caso es que mientras más vueltas le doy a las ideas, más fija se me hace una sola: aquella de que el hombre siempre tiene dos hambres.” (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

De alguna manera, tanto los que piensan de una forma como de otra me han preguntado si estoy en contra de que una persona prefiera emigrar, pero la interrogante se ha ido haciendo cada vez más frecuente desde la apertura del Mariel para que quienes desearan y pudieran, salieran desde Cuba hacia los Estados Unidos.

Hasta este instante, nunca fui muy explícito y me limitaba a responder con otra pregunta: ¿Crees que puedo estar en contra de mis propios orígenes en un padre y una madre que vinieron desde muy lejos, donde quedó toda su familia para empezar otra vida?

Muchas veces prefería guardar silencio cuando me decían: “No se imaginaron tus padres que huyéndole al comunismo de todos modos los iba a agarrar aquí en Cuba”, hasta que últimamente les hago la observación con sarcasmo: “Es verdad, mi papá acertó en la primera adivinación al venir huyendo en 1939, con 10 años de antelación al Primero de Octubre de 1949 que fue cuando triunfó la Revolución China, pero sus poderes le fallaron al no poder saber lo que pasaría otra década después, el Primero de Enero de 1959 en Cuba”.

Por no darle otro calificativo a la cara que ponen, diré que es de asombro al enterarse de que mis padres vinieron una década antes de que comenzara la construcción del socialismo en el gigante asiático.

Y más por ser amable que otra cosa, al notarles una risita nerviosa, les digo: “pero tienes razón, vinieron huyendo, pero no huyendo del comunismo que vendría 10 años después, sino huyendo de todo lo malo que estaban viviendo en esos días”.

Confieso que en una ocasión guardé total silencio, primero de admiración y respeto hacia los jóvenes que me lo decían y también por una cantidad de pensamientos íntimos que no creo necesario escribir, al menos en esta ocasión.

Eran varios chinos que estudiaban el idioma español en Santa Clara, quienes al conocer mis orígenes comentaron que mis padres debieron de haberse quedado en China, el país donde nacieron, para cumplir el deber de contribuir a engrandecer la nación.

En fin, con tales antecedentes, me resulta imposible estar en contra de que las personas emigren, aunque me gustaría que quienes se marchan guarden el debido respeto a quienes se quedan y superen situaciones hasta ser capaces de no entrar en conflicto consigo mismo al punto de tener que denostar del país donde nacieron para justificarse ante ellos mismos el porqué están en otro.

Hay quienes no pierden oportunidad para proclamar cómo es “allá” para trasladarse, comprar algo sin temor a que se acabe, ser tratado con cortesía al recibir un servicio…, y así transcurren los días de su visita por acá, siempre comparando en alta voz con cómo es allá.

En una ocasión tuve deseos de invitar a alguien a que disfrute plenamente de su allá sin sufrir lo de acá, pues para eso se fue, pero los pensamientos me lo impidieron al recordar una advertencia previa: “tú verás cómo te van a explicar que allá no pasa nada de lo malo que hay acá, pero fíjate bien en que matan una sola hambre, y el hombre tiene dos”.

Por supuesto que aludía a El caballo de coral la narración sobre cuatro hombres que pescaban a bordo de “Eumelia”, hasta que un quinto paga por incorporarse a mirar fijamente el fondo del mar, y uno de los pescadores que “tiene ojos para ver”, Lucio, al final del cuento de Onelio Jorge Cardoso dice: “El caso es que mientras más vueltas le doy a las ideas, más fija se me hace una sola: aquella de que el hombre siempre tiene dos hambres”.

Efectivamente, escucho a residentes en el exterior que rara vez hablan de cómo satisfacen la necesidad espiritual, y en muy contadas ocasiones alguno se refiere a cómo disfruta de su capacidad para soñar.

Tal parece que son la excepción esos que cuentan sobre paseos que no fueron los “paseos” por la ruta de los mercados, cafeterías y restaurantes, casi todos con constancia gráfica.

Estoy entre los quintos que abordan un Emelia y albergan la esperanza de que llegue el día en que una vez satisfecha una de las hambres, se acordarán de que son dos.

Telefilm Cubano - EL CABALLO DE CORAL


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.

Se han publicado 1 comentarios


Marta
 25/3/22 9:29

Hártate de pan y luego querrás también el caballo. El hombre siempre tiene dos hambres.

Me gusto mucho su crónica esta semana

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