La efusividad

Cuando todavía abundaban los asiáticos naturales en el barrio chino de La Habana, a principios de la década de los años 70 del siglo pasado, un condiscípulos, Sergio, que me acompañaba a visitar a mi familia en la calle San Nicolás, me decía: ¡Qué raros son ustedes! Con los meses que dices que no veías a tu tío, llegaste y ni la mano le diste.

¿Los chinos no dan besos?, preguntaba con insistencia porque según decía, en las películas chinas no veía que los protagonistas se besaran ni se abrazaban siquiera, lo cual le reforzaba la idea de que los de esa parte del mundo son extraños.

Ante mi silencio, él iba hablando solo, a mi lado, en la entonces ruta 32 que nos conducía a Playa. Decía que las costumbres de los asiáticos son al revés de las que tienen los occidentales porque hasta el color de la ropa de luto es blanca y no negra.

No sé si fuera cierto o no lo que dijera, pero llamó supersticioso a los chinos porque no se tocaban al saludar por la creencia de que en el contacto con una persona débil, le sustraía la fuerza al más fuerte.

Y también dijo que en el Asia no hubo epidemias como las de Europa porque no comían a mano limpia, sino con palillos a manera de extensión de los dedos.

En fin, que a partir de este instante empiezo a indagar sobre si lo que dijo de mis antepasados es cierto o no, lo cual no constituye el centro de atención de este post, sino el de aludir a los conveniente que resultan esas costumbres calificadas por no pocos como raras, pues coinciden con las recomendadas para evitar el contagio del virus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad llamada neumonía por coronavirus o COVID-19 (acrónimo de Coronavirus Disease 2019).

Sin dudas, la efusividad ha sido característica de cubanos, pero lo del beso acompañado del apretón de manos o el abrazo, o sustituyendo estos dos últimos, es algo que a simple vista parece haberse estado extendiendo en los últimos años.

Por tanto, como mismo se ha ido introduciendo el llamado “besuqueo” entre íntimos o hasta en recién conocidos, pudiera ser un hábito que se reduzca ante el razonamiento de que es la más clara violación de la norma de estar a un metro o más de otra persona.

Descendiente de madre y padre chinos, nacido y criado en un ambiente hogareño semejante al de cualquier hogar de la nación asiática de la década de los años 40 y 50 en zonas rurales, el autor de El Foro se siente muy a gusto cumpliendo las normas para evitar el contagio, sobre todo lo relacionado con las distancias entre personas y los contactos entre unos u otros al saludarse y, por supuesto también cumplir todas las medidas recomendadas.