domingo, 5 de mayo de 2024

Mente fotográfica

Son pocas las personas capaces de retener detalles de los rostros de quienes le rodean, pero existen inventivas que solucionan el problema...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 09/10/2015
10 comentarios

En 1966 tuve en mis manos, por primera, vez una cámara fotográfica. Parecía una cajita negra, que en pocos segundos aprendí a usar, pues solo bastaba mirar por un pequeño huequito y apretar un botón cuando viera a todos.

Todos los días preguntaba si ya podía ver la foto y siempre respondían que primero debía esperar a que se gastara el rollito para llevarlo a revelar, hasta que meses después me dijeron que esa parte no salió porque se veló, explicación que no entendí, ni volvió a interesarme hasta que en 1970 recibí un cámara soviética marca Kiev como parte de mis instrumentos de trabajo como reportero en la antigua región Escambray, en el centro de Cuba.

Lo primero que aprendí fue a calcular a ojo de buen cubero la intensidad de la luz para después graduar el tiempo que la película estaría expuesta a la luminosidad, aprendizaje en el cual invertí casi un año, pero gracias a los consejos del veterano fotorreportero Bermúdez, desde la primera vez logré fotos, pues a cualquiera de las cifras estimadas, le ponía tres valores por encima y otras tres por debajo, de modo que hacía siete tomas de una misma escena, y siempre lograba una imagen de cierta calidad.

Yo hubiera preferido una de las llamadas camaritas de cajón que no requerían de nada más que mirar y apretar un botón, pero caí en la tentación de creerme que como periodista no podía utilizar un equipo de aficionado, orgullo que cayó estrepitosamente cuando me entere que mi Kiev también lo era.

Tras varios regaños porque en un solo reportaje gastaba un rollo completo de 35 fotos, decidí no volverlos a pedir, y los compraba hasta que enterado de que existían los fotómetros, adquiri uno para medir la luz y tener idea precisa de como debía regular la cámara, a partir de lo cual era capaz de gastar racionalmente el material, más o menos como los demás.

Ya empezaba a gustarme aquellos embrollos de la fotografía que aún no llamaban analógica y aproveché la amistad con Pablo Pildain, Calvito y Espinosa para incursionar en otros aprendizajes que me hicieron reír en una cola de abundantes personas que superamos los 60 años de edad, muchos de los cuales estaban en las afueras de la siempre concurrida farmacia del reparto Escambray de Santa Clara.

Al llegar encontré que el ultimo, detrás de quien me correspondía, era una persona conversadora que revelo tener 83 años y estar allí para comprarle medicinas a su nieto. Entonces sentí preocupación por la posible pérdida de memoria a causa de la vejez de ese Inmigrante Digital y quise conocer a quiénes tenía delante para evitar que se le perdiera la ubicación, y me señaló con tanta rapidez a tres hombres y dos mujeres, que le pedí moderación de la velocidad.

Negado a repetirlo aseguró que nadie se le perdería ni tampoco habría colados entre los ocho que tenía delante, y fue el preciso momento en que pensé estar ante un mentiroso porque según estudios, mundialmente son escasos quienes pueden recordar detalles de rostros y me parecía imposible que en tan poco tiempo lograra fotografiar mentalmente a casi una decena de caras.

Como si hubiera leído mis pensamientos, y pareciendo que hablaba solo, se refería a los que marcan varias veces, a los que se van sin decir nada, a los que se cuelan, los viejitos que se confunden y una lista de situaciones que pueden desorganizar una cola.

Explicó: “Yo nunca he sido buen fisonomista, ni de joven, pero gracias a las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, con este aparatico que hace muchísimas cosas y también sirve para hablar como si fuera un teléfono, yo resuelvo todo.”

Al tiempo que mostraba fotos fijas y videos de los que estaban delante, me decía tener una sorpresa que resulto ser mi imagen porque para evitar problemas cerca de él, también retrataba a los que llegan detrás.

No pude disimular una sonrisa pensando en qué se hubiera hecho si en vez de un celular con correo, chats, navegadores, calculadora, GPS, mapas, reloj despertador, calendario, medidor de la presión, diccionarios, traductor automático, música, grabadora, mapas, linterna…  tuviera que tirar la foto con una cámara analógica, llevar el rollo a un laboratorio donde revelar e imprimir en  papel para poder identificar a tanta gente en una cola.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.

Se han publicado 10 comentarios


Capitan Chucho Paniagua
 13/10/15 9:01

Senelio Ceballos:

Amigo-te mando un abrazo desde el 5to piso de la Embajada de los EUA en Cuba, donde tengo mi temporal oficina.

Capitan Chucho Paniagua

senelio ceballos
 12/10/15 23:06

Saludos capitan chucho paniagua..Bravo estas apretando con estos comentarios!!!! Saludos desde Rusia..ChinoSEGUID ASI..LE LEEMOS SIEMPRE

El guajiro del PINTO

Capitan Chucho Paniagua
 12/10/15 15:11

Chang:

Con el proposito de continuar dentro del tema (los videos estan OK, no) me encontre con un video en YouTube que esta localizado no solo en Cuba, sino en PINAR del RIO! Te propongo que lo veas. Reconoces a alguien? https://www.youtube.com/watch?v=GIaEgAnS28A

Capitan Chucho Paniagua

Morgado
 11/10/15 16:11

Estimado e ilustre   chino, ejemplo del buen periodismo  . Muy bueno el trabajo  sobre la mente fotográfica. Y muy interesante lo del viejito controlador de la cola. . Yo me he buscado muchos problemas, discutiendo con los que se cuelan , violando el derecho de los demás. Eso es individualismo burgués,  egoismo  y falta de respeto . Hasta una vez me tuve que fajar, en una ruta tres, la de la Universidad,  porque un sujeto al que le llamé la atencion por colarse descaradamente,  me mencionó , ofensivamente, a mi madre. Un abrazo y que sigan los interesantes articulos de los viernes. Desde México, profesor Morgado .

 .  

Arístides
 10/10/15 12:27

Amigo Chang, me atrevo nuevamente a comentar en tu blog y esperoque esta vez sí sea publicado, sin que tengan que mediar otros métodos noconvencionales que se han tenido que usar en varias ocasiones para que aparezcan en tu página.

“Misterios electrónicos” inexplicables que los supuestamente más entendidos en la materia no han podido encontrar una explicación más o menos inteligente de lo que ha sucedido, pero me ha hecho sentir tan mal, que hasta llegué a proponerme no participar más.

Con todo el respeto y sin ánimo de estar rectificando lo que tanbien tú nos escribes, eso de “memoria fotográfica” lo había conocido desde mucho, sin que sea algo distinto, como “memoria fotostática”.  Y te confieso sin ruborizarme que en eso de recordar rostros olo demás de una persona para reconocerla más tarde donde quiera que la vuelva a encontrar, soy pésimo, y mucho menos relacionar un rostro, que me puede parecer conocido, con un nombre o un lugar.

Si no ha existido una larga o nada corta relación con el portador del rostro reconocido, no hay manera que pueda vincularlo con su nombre o el lugar donde habíamos coincidido. Y encuentro excepciones. Tal vez como criterio muy personal, y no he conocido que la ciencia haya encontrado razones, las mujeres son las mejores “retratistas”. Los hombres prestamos solo atención “al todo”, mientras que nuestras mujeres lo hacen “a los detalles”. Como ejemplo: pasa una persona - que en estos casos tiene queser “llamativa” - y el hombre se fija, por ejemplo: si es alta, bajita, másgorda o flaquita, en su color de piel, tal vez en el pelo o el color que viste,en general, aunque un minuto después no podamos hacer una descripción aceptablede lo que vimos. Pero si pasa unos contados segundos esa misma persona frente auna mujer - con buena vista y mejor luz, eso está claro - la escudriña a lavelocidad de la luz de arriba abajo y de derecha a izquierda, y al momento, ya sin la persona a la vista y sin vacilación, te dice cómo estaba vestida, los colores de sus ropas, la combinación, el modelo, de los zapatos, del pelo, de la cara, de sus formas, y hasta de sus uñas de manos y pies. Y aunque vista pantalones, en el caso de una fémina, te dice, como mismo me sucedió a mí, que tiene celulitis. Y ya eso deja de pertenecer a la categoría de “memoriafotográfica” y pasa a ser “un video memorizado”. De que una cámara fotográfica, sea de las de cajón, de las algomás moderna, o de la actual generación, ayuda a recordar rostros y demás, esalgo muy relativo, ¿Cuántas veces registrando una caja llena de fotos defamilia, o uno de esos álbumes de fotos de bautizos, de cumpleaños o bodas, que no tenemos que apelar a alguien para quenos diga de quién es el rostro que aparece en una tal vez amarillenta foto? 

Capitan Chucho Paniagua
 10/10/15 9:13

Chang:

Me imagino que te gustaria este video! https://www.facebook.com/mvallejotv/videos/1704850453067835/

Capitan Chucho Paniagua

Choy
 9/10/15 14:06

Amigo CHANG, gracias por el  articulo.  Eres un chino comico, ademas de excelente periodista y persona.

Afectos,

CHOY

Capitan Chucho Paniagua
 9/10/15 11:59

Chang:

Te felicito en escoger este tema: la fotografia es una cosa que me interesa mucho y gracias a Dios he tenido muchas oportunidades de disfrutarlo y ejercer su practica por los años.

Ya te he dicho que mi entrenamiento profesional es de quimica/ingenieria quimica, ingenieria ambiental y economia. Pero en mi juventud, en el 1968, un amigo me introdujo a un Canon SLR. Como la camara que describiste, yo no tenia metro y estaba forzado a adivinar la "exposicion?" (exposure) de el lente.

Bueno, despues de esta camara compre una Minolta SRT 101 durante mi tiempo en Navy (como piloto de combate) durante la guerra de Vietnam. Esa camara y despues una serie de Nikons me sirvieron bien por muchos años. Hoy en dia mis camaras son digitales o estan integradas dentro de mi telefono celular. Pero mi aficcion con la fotografia se ha trasnferido a la coleccion de camaras viejas: de 1905-1930, de fuelles de cuero. Tengo una partida grande en mi oficina en la casa.

El otro dia estaba limpiando y enderezando mi garage y encontre una caja grande, que estaba llena de carrousels de diapositivas, Tenia por lo menos 3000 diapositivas (slides). Toditas que las habia revelado yo personalmente. Ektachrome no es tan dificil, pero si requiere un poco de trabajo y atencion.

Saludos Chang!

Capitan Chucho Paniagua

 

 

Paloma
 9/10/15 9:46

Saludos estimado Chang. Muy refrescante el artículo de hoy. Me ha hecho reir con la conducta de este viejito precioso. Nada, que eso de las nuevas tecnologías de la comunicación nos engrampa a todos de una forma u otra. Y creo que sí, que resultan de tremenda ayuda a las personas de la tercera edad siempre que aprendan a usarlas convenientemente. Buen fin de semana para todos.

senelio ceballos
 12/10/15 11:00

Hola paloma....No solo refrescante...informativo, educativo y humorista..xaxaxaxa

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