Es más viejo que andar a pie, diría cualquiera sobre el dicho de que a quien no quiere caldo, se le dan tres tazas, en alusión a dar más de lo que alguien reniega o rechaza.
Sin embargo, también existen los casos en que quien más tiene, más quiere, y esta es otra añeja frase aplicable a personajes como el del cuento El camarón encantado que una vez satisfecho un deseo, el próximo capricho era aún mayor.
Aunque entre realidad y ficción hay puntos de contacto que no vienen al caso en esta ocasión, con las expresiones citadas examinaremos a esos que hoy están detrás de seguras y cómodas barreras observando, pero concretamente a los que están en esa posición con malas intenciones.
Recalcamos: hay ingenuos y otros hasta con los mejores propósitos, pero el objetivo ahora es únicamente los que fueron a ese punto con torcidos intereses para provocar todo el daño posible a los que hacen.
Lo dicho viene a la memoria por una expresión del periodista José Antonio Benítez como profesor de Técnica Periodística en la Universidad de La Habana a finales de 1969 cuando comentaba que puede ser más fácil agredir que defenderse.
No tenía mucho que ver con la clase, que era sobre las maneras de escribir los leads o encabezamientos de las noticias, pero sí con lo que le dije acerca de que los medios del enemigo hacían ese inicio de manera muy llamativa.
Y para impedirme que pudiera disociar la clase, amablemente me invitó a seguir la charla fuera del aula, donde entre otras cosas que tal vez recuerde en otro momento, (no textual) dijo:
Cuando los enemigos no encuentran algo contundente que sea atractivo, fíjate que apelan a cuestionar que no haces algo, y por lo menos te acusan hasta de que los periodistas cubanos no damos información y a eso le achacan la causa de cualquier cosa, pero ellos si dan mucha, mucha basura.
En una realidad tan compleja, en la que cada persona es un mundo, si observamos los emplazamientos mediáticos del adversario notaremos que con una idea fija lanzan una sobreabundancia de información para ahogar el entendimiento.
Exigen información al contrario e inducen a que todos la pidan al mismo tiempo que ellos mismos la dan en una cantidad tal que bien puede aplicarse el dicho de que a quien quiere caldo, miles de tazas.
Al paso de las décadas, de aquella charla con Benítez interpreto que los mal intencionados apuestan a lanzar un enorme cúmulo de datos (la mayoría falsos) para crear el malestar por alguna carencia y nublar la capacidad de razonamiento para que predomine la ira, la tristeza o el miedo y con esos elementos es fácil (o facilista) encabezar o hacer el lead de cualquier publicación.
Afortunadamente, en medio de la oscuridad que se va apartando con el trabajo, no ha dejado de existir el amor y el deber cada vez en un número mayor de tazas…
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