//

domingo, 29 de diciembre de 2024

Cuando Remedios se llenó de seres malignos

Hace más de tres siglos en una villa cubana hubo que lidiar con 800 000 integrantes de las huestes de Lucifer

Cubahora
en Exclusivo 22/04/2017
2 comentarios
Demonios
En San Juan de los Remedios del Cayo hubo que lidiar contra 800 mil integrantes de las huestes de Lucifer.

No sé si por sensibles, o por sensibleros, muchos nos leímos El exorcista —de William Peter Blatty— crispados hasta el retorcimiento. Y otro tanto se repetiría con la secuela fílmica homónima, dirigida por William Friedkin.

Hablando “mal y rápido”, dígase que el argumento gira en torno a Regan, una niña de doce años que cae en estado de posesión demoníaca, con la cual lidian dos sufridos exorcistas, hasta arribar a un final que difícilmente podría ser calificado de feliz.

Ahora, bueno… ahora anótese en lugar muy visible: los padres exorcistas Karras y Merrin sólo deben enfrentarse con una exclusiva presencia diabólica. Es Pazuzu, demonio del viento que ha tomado como guarida al cuerpo de la pequeña.

Y aquí viene lo bueno. Es bien sabido que nosotros, los cubiches, no nos andamos con minucias, pequeñeces, miserias ni poquedades, y hacemos las cosas a la tremenda. De manera que aquí, durante los días coloniales, en San Juan de los Remedios del Cayo no hubo que lidiar contra un solitario e infelicito demonio, sino contra… ¡800 000 integrantes de las huestes de Lucifer!, ante los cuales resultaron inefectivas las oraciones del Ánima Sola, del Justo Juez, de San Ciprián, de Las 7 Potencias Africanas o de La Santa Camisa.

LOS HECHOS

Dejemos que sea el más relevante entre los protagonistas de lo ocurrido, quien nos entregue su versión.

El padre José González de la Cruz, cura rector de la parroquial de Remedios, vicario juez eclesiástico, comisario del Santo Oficio de la Inquisición y real subdelegado de la Santa Cruzada, declara en 1682:

“Que ha más de dos años que estoy entendiendo en ejercitar y lanzar espíritus en nombre de Nuestro Señor en diferentes criaturas poseídas, y que a esta fecha se han lanzado según la cuenta y buena fe en el Altísimo Señor 800 000 (1), y en el transcurso de todo este tiempo he amonestado a mi pueblo según el Señor me ha dado a entender, y reconocido mucha tibieza de espíritu, antes de rogar al Señor en su casa se han tirado a los montes.

”A la fecha están ligadas con exorcismos ocho criaturas, y otras muchas, que pasan de veinte, por la experiencia que tengo, están poseídas.

”Y un espíritu ha declarado por los conjuros que se llama Lucifer, Príncipe de la Tinieblas”.

Mire usted qué personaje sale a la palestra. Lucifer, “portador de la luz”, el ángel cuya belleza esplendorosa lo llevó a ser identificado con el lucero vespertino, el hijo de la aurora, el mismo que —enceguecido por su narcisista soberbia— termina expulsado hacia las tinieblas exteriores, donde tomará el nombre de Satanás. (Sí, ese, quien se presentó en Remedios con sus orejas puntiagudas, pezuñas en sus patas de macho cabrío, alas de murciélago, rabo flechudo, peste a azufre y falo enhiesto).

Hojeando un viejo tratado de demonología me entero de que el mismo Lucifer-Satanás, en la figura corpórea de una voluptuosa negrita, se le apareció al piadoso San Pachnius, para despertar sus reprimidas tentaciones carnales.

Otro tanto le aconteció al bueno del padre José, hace más de tres siglos, en la cubanísima villa de Remedios. Sí, porque Lucifer, y treinta y cinco de sus legiones, se habían posesionado con especial predilección del físico curvilíneo de Leonarda, negra criolla esclava de la viuda Pascuala Leal.

Ah, pero ahora les contaré, comadres y compadres, lo que nuestros habitualmente originales presentadores de la TV anunciarían con las palabras “¡No se lo pierdan!”.

El padre José, transformado en un periodista del siglo XXI, se apresuró para entrevistar al mismísimo Príncipe de las Tinieblas, quien hablaba por boca de la jacarandosa morena.

De esa interview levantó acta ante el notario público Bartolomé del Castillo, en la iglesia parroquial, a las nueve de la mañana del 4 de septiembre de 1682.

  Y, créalo usted o no lo crea, ante notario el Sumo Demonio, el ángel caído, declaró:

“Yo, Lucifer, juro a Dios Todopoderoso, a la Santísima Virgen María y a todos los santos del Cielo que la causa por la cual nos hemos apoderado de estas criaturas son sus pecados y los de sus padres”.

Tal como lo oyen. Lo único que faltó fue que el Príncipe de la Tinieblas estampase la firma sulfúreamente apestosa en el documento.

El padre José sacaba como conclusión que la villa se hundiría, pues allí desembocaba una de las bocas de El Infierno.

En vista de eso, propuso el traslado hacia el Hato del Copey. (Cuando allí se estableciesen, claro está, el precio de los terrenos ascendería en flecha. Y, miren ustedes qué casualidad, el propietario de aquella comarca era el mismísimo padre José).

Muchos vecinos, quienes no creían en Lucifer, en Satanás, en los demonios ni en la madre de los tomates, se resistieron al traslado, a pesar de todas las amenazas y aspavientos del padre cura.

Y, por eso, a tres siglos y un tercio de distancia en el tiempo, gracias a aquellos descreídos pobladores, sigue aún existiendo la simpática, acogedora y cubanísima Remedios. (2)  

  1. Habida cuenta de que entonces la villa contaba con 613 almas, se puede aventurar cierto cálculo elemental. Si mi adorada maestra de primaria no me engañó al enseñarme división, eso toca a 1 305 demonios por habitante.
  2. Los hechos, atractivísimos, atraerían a dos cúspides de la cultura cubana. Don Fernando Ortiz, a pesar de encontrarse “preso entre nervios, arterias, años y nubarrones que me aneblinan la vista”, con entusiasmo escribe Una pelea cubana contra los demonios (Universidad de las Villas de Santa Clara, 1959; Editorial Ciencias Sociales, La Habana 1975). Y Tomás Gutiérrez Alea retomará el asunto, en una película del mismo título (130 minutos, b/n, 1971).

Compartir

Se han publicado 2 comentarios


Cuco
 24/4/17 12:21

 Interesantima historia . y la estoy oyendo desde que tengo uso de la razon pues soy y a mucha honrra Remediano de pura cepa, creo que esa fue una muy bien pensada operacion de guerra sicologica orquestada por los  salaos curas de marras  para llevarse a los infelices pobladores del pueblito  de Remdios de aquella epoca ,  para lo que despues fue Santa clara. En efecto los curas lograron llevarse a 19 familias para  Santa Clara pero siempre quedaron mis antepasados que decidieron  mandar a los demonios al demonio y quedarse alli  donde esta hasta nuestros dias ese glorioso y estancado en el tiempo y el espacio pero suigeneris  municipio  que ni crece ni decrece pero que entre pitos flautas y otros instrumentos tiene ya la friolera de  501 añitos  de parrandas tradiciones y leyendas . mis saludos para mi pueblo del alma,    pero sobre todo para los remedianos ausentes y presentes pues aunque no vivamos alli siempre llevamos a Remedios en el alma .

Andrey
 23/4/17 14:38

Soy oriundo de Remedios y me lei el libro de Don Fernando Ortiz Historia de una pelea cubana contra los demonios, excelente estudio sobre el caso que escoge el escritor a la villa de San Juan de los Remedios como centro para demostrar como era en aquella lejana epoca la Cuba nuestra, desde el surgimiento de la nacionalidad cubana donde negros africanos y españoles aportaron los ingredientes fundamentales de este pais. Gracias por este escrito, a mi Remedios la defiendo y la visito cada vez que puedo.

Deja tu comentario

Condición de protección de datos