¿Dónde demonios está Batabanó?
No importa que lo llamen a uno “gramatiquero”, forma despectiva de referirse a quienes nos preocupamos por el sufrido idioma. Pero, en realidad, no son caprichos tontos ni exquisiteces alambicadas los móviles que nos impulsan. Una mínima palabra puede cambiar radicalmente el sentido de lo expresado.
Y, como uno cree en el poder esclarecedor del ejemplo, ahí va un botón de muestra, donde el sencillísimo trueque de una preposición todo lo puso de cabeza.
Hace poco escuché una noticia cuyo texto era aproximadamente el que sigue: “Mañana brindará un recital el poeta Mengano, en Batabanó, al sur de la provincia Mayabeque”.
A mí me place la cartografía, y mapa que me vuele bajito va para mi archivo. Por eso me dejó pensando lo dicho: “Batabanó, al sur de la provincia Mayabeque”.
¿Se desarrollaría el recital, milagrosamente, flotando sobre las aguas del golfo de igual nombre? ¿Quizás está Batabanó en Isla de Pinos? O, insistiendo en el rumbo sur, ¿se hallan las coordenadas de Batabanó en Honduras? O, continuando tras el mismo punto cardinal, tal vez se encuentre en el Mar Pacífico.
Sí, gacetillero de mis pecados, aturdido emborronacuartillas: Batabanó no se ubica al sur de esa provincia, sino en el sur de tal territorio. Porque, de lo contrario, usted es un dios, un demiurgo, capaz de trastocar la geografía a su inverecundo gusto.
UNA HORA PELIAGUDA
Y ahora viene una buena del habla popular cubana. Ante situaciones espinosas, problemáticas, cruciales, decimos que llegó “la hora de los mameyes”.
¿De dónde salió tan singular frase?
Bueno, podrá ser singular pero no inexplicable. En 1762 los británicos emprenden la mayor expedición hasta ese momento vista. Surcan el Atlántico para golpear al poder español donde más puede dolerle: en San Cristóbal de La Habana, Llave del Nuevo Mundo, Antemural de Indias, Margarita de los Mares.
El asunto, como dice el pueblo, “no fue jamón”. Se combatió durante meses en defensa de la plaza habanera.
Y, como los militares ingleses de George III vestían casacas rojas, desde entonces cualquier situación apretada se define como “la hora de los mameyes”.
Carlos de New York City
14/7/18 10:28
? Cual es una de las Palabras que mas admiro , respeto y extraño , antes de comenzar este comentario mio muy personal ?
" compañero ' lo escribo , expreso , porque me da la gana en decir la verdad.
? que Bola asere ? " bien ecovio ' en la misma de siempre, resolviendo por aqui y por alla"
" nada mas bonito que nuestro cubaneo , muchos millones en cuba no entenderian nunca , pudiendo apreciar mi extraño por cada palabra de aquel cubaneo ; aqui cuando nos juntamos por casualidad hasta con una mujer negra que me encontre en una tienda ( grocery ) quincallas de aquellas que hubieron en cuba hasta las ultimas interversiones del 1968.... ella pidiendo algo , yo tambien , virandose para mi , saludandome como si nos hubieramos conocido de hace años, que belleza de amor de mujer , mas (o) menos comtemporanea xonmigo pero con un corazon de 20 años y una belleza natural , una mujer llimpia ,. amable , le tocaba el hombre , le decia " nosotros los cubanos hablamos , nos encontramos , nos conocemos enseguida , nos identificamos por nuestra manera de hablar , de saludarnos y de querernos, ? que lindo es eso verdad ? me dice ella ; juro Por dios " mis hijos y mis 6 nietos " aquella mujer me hablo en apenas segundos con un respeto y cariño que solo nosotros los cubanos sabemos mostrar y darnos en esta SELVA con el piso de concreto " porque aqui fue la unica vez que yo le di la razon a el presidente TRUMP : " aqui son animales y bestias los emigrantes de muchas naciones por no decir Todas " y es cierto; aun muchos cubanos se vuelven tambien BESTIAS y ANIMALES cuando muchos de miles han perdido los mismos valores y morales con su emigracion y nuestro propio cubaneo... ? que bola caballeros ? " quizas no me entiendan mi Pita pero yo tiro el tompo y me gusta jugar limpio "
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