Cubahora 2019: una revista frente al espejo

Diciembre de 2019. El momento de “pasar revista” como todos los años. La tradición casi inherente a nuestra condición humana. Sentarse a pensar en lo bueno y en lo malo. Lo que se debe arreglar o desechar por completo. Reinventarse y ponerse metas nuevas.

Desde Cubahora también nos sumamos al ejercicio y recorremos un año que nos ha hecho crecer. Un devastador tornado que nos inundó las calles de amor y solidaridad luego. Una nueva constitución, refrendada por el voto unánime de los cubanos. El año del recrudecimiento de la política hostil de los Estados Unidos. El año de la coyuntura, pero también de las alternativas y la resistencia, de pensar y actuar como país.

Doce meses más que demostraron la continuidad histórica del liderazgo revolucionario. De una agenda de gobierno cercana al pueblo, y a la cual la primera revista digital de Cuba le brinda especial atención. El inicio de una renovación legislativa. Las nuevas medidas económicas Mediante las que se autorizó la venta de productos electrodomésticos y partes y piezas de autos en moneda libremente convertible (MLC) en la red de tiendas estatales.

Nuestra familia ha crecido. Más hijos de sangre y más hijos adoptivos. Una redacción oxigenada con maravillosos estudiantes de periodismo que han llegado a aprender y enseñar, con la misma intensidad. Los nuevos hijos de sangre que desde septiembre caminan por estos pasillos: Liz, la niña de los gráficos, novia de Harry Potter, y Jose, el programador que puso a moverse las infografías desde la revista y quien tendrá la importante tarea de hacer realidad nuestro sueño de renovar el sitio web.

Si miramos hacia atrás nos hemos visto crecer en el mundo de las redes sociales. El canal de Telegram fue el hijo mayor que tuvimos este año, seguido por el de Picta, que lleva apenas unos meses. Nos lanzamos al mundo del podcast, con la versión del blog Libre Directo en este formato, en el que con frecuencia quincenal, periodistas debaten sobre temáticas de actualidad relacionadas con el deporte más universal.

Buscar en los días del pasado es volver a vivir momentos de estrés y de emociones, típicos del periodismo. Es reciclar una gripe en la oficina y sentirte que estás a la moda. Es llegar somnoliento y encontrar un termo de café caliente, aunque a media mañana, cuando llegue Haroldo, saber que es termo perdido. Es vivir los desvelos de Giselle, la mamá de Amelia y editora de una revista. Llamar tres veces al día —o más— al departamento de tecnología porque no abre el Gmail o no funciona el botón de los comentarios.  

Correr de un extremo a otro del pasillo hasta llegar al grupo de gestión de la información y rebuscar el dato curioso o los grandes volúmenes de información para crear textos de calidad. Sentir a Mirtica al teléfono, cual especialista en relaciones públicas prestando atención a los colaboradores, columna vertebral de la publicación. Sortear los obstáculos del transporte para desde un lejano Bejucal, llegar cada día a hacer periodismo, y en eso Laydis tiene una especialidad. Ha sido un año de divertimentos gráficos, marcado por la popularidad de los memes, y en ello Alejandro se ha “lucido”.

Si tuviéramos que pedir un deseo para el año 2020, no nos alcanzaría un post para ello. Pero nos quedan lecciones de este año que nos deja, y ganas de hacer e innovar. Esperamos que ustedes, donde sea que nos lean, nos acompañen siempre.