Cambio de sexo y otras burocracias

Este sábado 14 de mayo arrolló por la céntrica calle 23 del Vedado habanero una colorida Conga contra la homofobia y la transfobia como parte de la IX Jornada que auspicia en Centro Nacional de Educación Sexual CENESEX. Esta es parte de otras tantas acciones que se realizan en Cuba contra la discriminación por motivos de género. Los propios sindicatos cubanos se han pronunciado por el respeto a la dignidad personal y defienden espacios laborales sin estas discriminaciones, pues resulta importante la sensibilización de la población en el respeto a estas comunidades.

La Organización Mundial de la Salud el 17 de mayo de 1990 desterró el concepto de que el homosexualismo tuviera relación alguna con enfermedades mentales y desde ese momento se ubica esta fecha para apoyar y no discriminar a nadie por sus preferencias de género.

El respeto a estas decisiones tan personales es una evidente muestra de libertad y buena convivencia, pero que “te cambien de sexo” sin contar con tu autorización, sí es una grave falta de respeto. Esto le ocurrió al ciudadano Eduardo Gonzáles, según publicó el pasado viernes la sección Cartas a la Dirección del periódico Granma. El lector comentó varias anomalías contenidas en un Certificado de Nacimiento solicitado en la oriental provincia de Guantánamo el cual incluía  la nueva categoría sexual para Eduardo, pero lo peor de todo es que al reclamar le argumentan, vía telefónica desde la oficina, que debía buscar una certificación de sexo con un médico legal para subsanar ese error, pues los otros podían corregirlos…

El surrealismo tiembla ante estos ejemplos de burocracia y falta de sensibilidad. Ya en la noche del mismo día de la publicación Eduardo tenía algunas excusas de funcionarios del Ministerio de Justicia, que respondieron con agilidad al tamaño disparate, pero son tantos los  ejemplos de maltrato a la población en las áreas de servicio y atención al público que no habría espacio para publicarlos. Servir se ha mal interpretado en nuestra sociedad. Todo el personal que trabaja con público está en el deber de servirle a quien viene a gestionar algún trámite. No es un favor, los funcionarios y dependientes cobran sus salarios gracias a esas gestiones que debían realizar con eficiencia. La lucha por una sociedad más justa es larga, no dudo que en algún momento se pueda arrollar igualmente por la calles 23 contra la burocracia y el maltrato.