El Creyente

“El Creyente” de nuestros días es muy fácil de reconocerlo(a).

Mira a todos por encima del hombro, en una conversación es quien se la sabe todas, pero además te menciona fuentes y testigos de su afirmación con una seguridad que conmueve. Cómo no va a ser reconocible, si lo primero en destacar en estas personas es la distancia que limitan entre ellos y “los demàs”.

Si por alguna casualidad física estás cerca de su existencia, puedes hasta hablarles, pero no te ven. Su ego tiene la cualidad de hacer invisibles a los de menor categoría, según su exquisito proceso de “selección natural”.

Esta denominación que les ha dado la voz popular a estos personajes es muy inteligente, la síntesis que conlleva “ser creyente” o “creerse cosas” es otro aporte a la gramática popular y describe muy bien a uno de los personajes de nuestro costumbrismo criollo.

No imagino el trabajo que pasarán sus jefes a la hora de hacerles una evaluación profesional. Por más controlado y archivado que tengas su trabajo de todo un año, él sentirá que lo han discriminado y que es la envidia la que intervino para que su jefe no fuera màs profundo en su análisis evaluativo.

Aunque parezcan pocos, si usted revisa bien su entorno, si agudiza sus sentidos, comenzará a percatarse de la existencia real y abundante de estos seres.

Se lo digo yo, que soy el mejor de todos!