Nuez

No solo por ser ambos del signo Virgo, pero ya era costumbre visitar a Nuez cada 8 de septiembre, día de su cumpleaños y vísperas del mío. El tipo me caía muy bien.

Desde su expo sobre el garabato como elemento de la cultura afrocubana, por la década de los 80 comencé a familiarizarme con él.

Es de la generación que pudo vivir el triunfo revolucionario y su obra tan amplia que se necesitarían varios tomos para recopilarlas.

Se sabía enfermo, pero nos tenía ya acostumbrados a salir airoso de las crisis.

Con paso lento participaba en todo, la última reunión preparatoria de la Bienal Internacional del Humor de San Antonio contó con su presencia y participación crítica.

Reclamaba con pasión más atención al Museo del Humor de San Antonio de los Baños, “ es internacional, aunque sea de San Antonio”, recordaba a cada rato reclamando lo que ya estamos cansados de reclamar: Condiciones de conservación de tantos originales valiosos de todas las latitudes del planeta, entre otras cosas.

Dibujo a Cuba en las etapas que él la disfruto y sufrió.

Las caricaturas del período especial recogidas en su libro Habanauto de Fe, son un clásico para indagar cuáles fueron algunas de las más increíbles expresiones de creatividad desarrolladas por un pueblo dispuesto a no claudicar y salir adelante.

Pero Nuez lo reflejo todo: La Zafra, los alzados, Girón, los descarados, los burócratas, los buenos, los malos.

Quiso publicar la corrupción de cuello blanco, pero como algunas veces pasa, chocó con incomprensiones que quizás ahora se lamenten de haber perdido una etapa importante de las rectificaciones que hacemos

El 8 de septiembre lo visitamos y lo animamos a dibujar algo, él quiso usar su propio número de cumpleaños, para afirmar que había llegado a los 77.

No solo por su edad en sí, sino también por que 77 es el número de San Lázaro en la lotería.