Quién le pone el cascabel…al cerdo (+Caricatura)

Los diputados y parlamentarios de la Asamblea Nacional del Poder Popular, es decir, el Parlamento, se reunió la pasada semana para analizar temas cruciales de la vida nacional.

Como pocas veces, he visto por televisión un seguimiento a intervenciones que van al meollo del arroz con pollo: la indignación por el relajo de los precios en nuestro país.

La cosa se resume en el siguiente problema:

Un producto x se vende en la tienda f, pero el mismo producto x lo puede usted encontrar en la tienda d que se encuentra a solo metros de la f con un precio diferente.

La respuesta a esta situación problémica, aparentemente sencilla, no aparece, no se ve, no se vislumbra, por lo que lo mejor sería ponerle al resultado: n/s

“No tiene solución”. Así en mi tiempo se clasificaba lo que no tenía solución en matemáticas por más que usted diera para “adelante y para atrás”.

Me llama la atención y satisface que muchos de nuestros representantes en el Parlamento hayan incluido en su intervención la frase: “la gente ya está cansada de tantas explicaciones”. Es valiente y urge dejar de tapar el sol con un dedo.

Nos emergen las excusas a la hora de explicar un fallo y más si es ante la prensa; frases pre elaboradas comienzan a tener vida a esa hora: “Estamos tomando medidas”, “hemos tomado nota del problema”, etc, etc, pero los espectadores de esa puesta repleta de ineficiencia se cansan.

Nuestro sistema de compra y venta en los agromercados genera intermediarios como el mejor de los Círculo de Interés. Personas que difícilmente en su vida hayan chapeado un surco te revenden lo que le compran al campesino o al otro que llegó hasta la Cooperativa del campesino o al Mercado Concentrador para hacer su agosto, mayo, junio, etc, etc.

Los diputados defienden y exigen la medida de la creación definitiva de precios topados, que no rebasen en su precio el salario medio de la masa trabajadora. Es tarea difícil, pero no imposible, aunque estemos acostumbrados a resolver grandes problemas y “dormirnos” con los más sencillos.

“Si esto sigue así, la carne de cerdo, en agosto, podría llegar a 60 pesos”, fue la alerta de un diputado. Imagino cuanta gente en su casa frente al televisor le agradeció sus palabras.

Todos sabemos que la carne es débil, pero la de cerdo es firme, dura y con tendencia siempre a subir, como si fuera un patrón a medir niveles de la economía, como el petróleo, el café, o el oro. Al menos en Cuba, ahora, es así.