Remulta (+Caricatura)

Como una plaga se extienden los revendedores. No hay tienda en divisa o rastro de venta de materiales de la construcción en que no se exhiban, a la cara, estos personajes.

La mayoría exhiben un atuendo “de éxito” con cadena de oro, pantalón apretado, pero picado hasta las piernas, camiseta, celular, tatuaje y, por supuesto, una variedad de productos en oferta que muchas veces la tienda no lo tiene.

Ya sé que usted también domina la fórmula: dependiente-almacenero-revendedor, donde estos últimos acceden a las rebajas o buenas ofertas para luego de acapararlas y ofertarlas en los mismos portales del centro comercial.

Es un tema ya manido y por lo que veo no aparece la otra formula, la de acabar con ellos. Podrá surgir el debate de los salarios deprimidos, pero lo que estamos creando al permitirlos es como un Círculo de Interés para estimular el amor a revender y no producir.

Actúan, como dije, a la cara de todos y no parecen tener pena al hacerlo, se desinhiben tanto que a veces hasta te ignoran como cliente, como tantas veces ocurre tienda adentro.

Se sabe que tienen una red, pues sus ofertas se repiten en todos los municipios. Revender se ha vuelto en nuestro país una norma. Te revende el del puesto en el agro mercado, el carretillero, el del portal de la tienda, y hasta los vecinos en ocasiones te quieren revender algún producto siempre dejando claro que es exclusivo y que te lo habían guardado con esmero.

Si encima de eso los tradicionales revendedores le agregan “su impuesto” a lo que venden, bastante mal estamos.

Lo que no acabo de comprender es la impunidad con que acomodadamente ellos ofertan sus productos en áreas comerciales del Estado y porqué el estado no los multa, exigiéndole el doble de lo que equivale cualquier tipo de sanción de estas, para que de una vez sientan lo que la mayoría sentimos.