¡Al fin, Cristiano!

Terminó el martirio para CR7. Después de cinco años, volvió a levantar el trofeo. Y por supuesto, con la debida polémica alrededor. A France Football dicen que se le filtró la portada con Cristiano como ganador, y ellos rápidos, para zanjar cualquier duda, dijeron tener listas tres portadas diferentes, una para cada uno de los finalistas. Al final, qué casualidad, fue Cristiano quien entre lágrimas se llevó el premio.

Es válido recalcar el homenaje a Pelé, a quien fue entregado un Balón de Oro honorífico para enmendar un error histórico, pues en su época no se le entregaba a jugadores no europeos. O Rey recibió su premio en lágrimas. ¿Quién sabe cuántos Balones de Oro pudo ganar en su momento?

Pero la noticia de la noche fue el premio del portugués. Sí, Messi tenía muy pocas probabilidades de ganar, pero Ribery tenía tantas posibilidades como el luso. Polémica habrá. CR7 no ganó ningún título este año. Ninguno. Cayeron en la final de la  Copa del Rey, se quedaron sin Liga y eliminados de la Champions en semifinales. Cero títulos. En el 2011 el pretexto para no darle el premio fue que no levantó suficientes títulos. Messi había levantado la Liga y él la Copa, así que no era suficiente. Al año siguiente ganó el torneo doméstico con números de espanto, pero tampoco hizo méritos para el esférico dorado. Eran necesarios más goles, más que los anotados por Messi. Este año ni fue el máximo anotador de la temporada, ni levantó un mísero título. El argentino fue Bota de Oro y todo parecía indicar que Cristiano se quedaría otro año sin el ansiado lauro.

Pero todo lo que sucede conviene. Portugal nunca debió llegar al repechaje. Debieron quedar por encima de Rusia en su grupo clasificatorio. ¿QUé pasó? Cristiano se redime ante Suecia, deja sin Mundial a Ibra con cuatro goles, y medio mundo se queda encantado con él. No me malinterpreten, sus 69 tantos (24 más que Messi y 46 más que Ribery) son una buena justificación para el premio, pero una vez más, caemos en la misma historia. ¿Qué están premiando? ¿El gusto de la élite del mundillo futbolístico? Tal parece. En esa misma gala no estaba Diego Pablo Simeone, y no me refiero a estar entre los tres primeros, sino que ni siquiera entre los diez; parece un chiste de pésimo gusto. Pero, "el cholo" no es tan mediático como otros.

Sí, Cristiano se lo merecía, ya era hora de una segunda número cinco de oro, sería triste pasar a la historia como uno de los máximos goleadores del club insignia de España (y Europa) con apenas lauros colectivos y personales.

Pero insisto, cada día uno sabe menos qué premia el Balón de Oro. Un día dicen algo, y al otro cambian por completo. Con los títulos ganados por Ribery, no hay justificación para no haberle dado el premio. ¿Es tan importante el premio? Sí, es muy mediático, y lo mediático es tan importante como lo futbolístico. Quizás más, los premios individuales ayudan a vender camisetas, y eso, todos sabemos, a veces es tan necesario como los goles.

Ya en el 2010 la pifiaron con Messi, y ahora, la decisión de Cristiano puede traer aún más polémica. La lógica indicaba Ribery. La calidad indiscutible a Messi. Para el portugués, este era el año con menos méritos, y aun así, France Football y la FIFA se lo otorgan a Cristi. Así es el fútbol. Complejo. Complicado. Si Uruguay, Brasil o Alemania ganan el Mundial, ¿para quién es el premio? ¿Luis Suárez? ¿Neymar? ¿Özil? No, para el más mediático, para el que más respaldo tenga de los medios. Y eso se consigue a través de una agenda. ¿Quién diseña la agenda? Ni idea.