El Atlético tumba al Madrid y el Barça espera

El Barça se limpia las heridas

El Barcelona está en una crisis, quizás la misma desde que se fue Guardiola, pero que se ha agudizado cada temporada y cada vez cobra más víctimas. La última fue Zubizarreta, y todo parece indicar que Luis Enrique será el próximo en salir por la puerta de atrás. Pero mientras tanto, se recupera de los goles recibidos ante un rival muy inferior.

En espera del duelo liguero frente al Atlético este fin de semana, el Barça le endosó una manita al Elche, con par de dianas de Neymar y otras tres de Messi, Jordi Alba y Luis Suárez, la del uruguayo toda una joyita que hizo recordar por qué los culés trajeron al ex del Liverpool a la ciudad Condal.

Y es que por momentos, cuando uno ve jugar a los azulgranas, siente que la falta de conexión en el campo entre los nuevos jugadores y las viejas glorias es un problema táctico, y no es que culpe a Luis Enrique, porque antes de su llegada, el Barça ya tenía muchísimos problemas, pero mientras más estrellas llegan, más difícil es hacer encajar el rompecabezas.

Por suerte para la entidad, existen equipos balsámicos, donde pueden simular que las heridas están curadas, mientras llega el próximo rival.

Atlético de Madrid vs Real Madrid

Era el retorno del hijo pródigo a casa. Después de ocho años y 124 goles, Fernando Torres volvió a vestir la camiseta del Atlético de Madrid para enfrentar al único rival posible, némesis de los colchoneros, y destructor del sueño de la Champions, el Real Madrid. Era difícil imaginar un escenario más espectacular para reestrenar la camiseta rojiblanca que la Copa de Su Majestad el Rey.

No obstante, para nadie era un secreto que sería un partido trabado, rudo, de poco fútbol y mucha fuerza. Los del Cholo Simeone apelaron a lo que mejor saben, un juego fuerte, de contacto, líneas cerradas y mucho músculo. Con Torres y Griezmann en punta, el técnico argentino, hoy un semidiós en Madrid, logró incomodar a los de Ancelotti. Cierto temor se respiraba en el ambiente cuando el ariete francés ponía la vida en cada carrera hacia el arco de Keylor Navas. El Madrid aportaba lo suyo gracias al talento de sus jugadores, hombres capaces de darle un vuelco a cualquier partido en una cuarta de tierra, literalmente.

Con Cristiano en el banquillo, Ancelotti era consciente de la posibilidad de un varapalo, y de que el portugués, aunque se estuviese tomando un descanso (de las navidades), quizás tendría que saltar al campo en busca de una revolución. Y así mismo ocurrió. Ramos cometió un penal infantil (y dudoso) sobre Raúl García, quien se encargó de enviarlo al fondo de las redes defendidas por el costarricense. Cinco minutos de calentamiento y Ronaldo ya estaba dentro.

Pero como este Madrid no vive sus mejores momentos (segunda derrota oficial al hilo), el efecto destructivo que suele tener el portugués pasó desapercibido, y Keylor Navas se tragó la segunda del día, esta vez a la salida de un córner. Si bien Godín es el rey de los goles a balón parado en este Atleti, fue un compatriota suyo el encargado de encarrilar la eliminatoria: José María Jiménez. Con poca experiencia y mucho talento, el joven uruguayo está supliendo muy bien la ausencia de Miranda, algo que parecía imposible.

Y luego fue el final. Gritos en el Calderón, ovación a sus futbolistas y el Real Madrid con una gran tarea por delante: remontar en casa ante un Atleti que se crece y ya le ha derrotado par de veces esta temporada.