La muchacha del Titanic

La protagonista de Titanic, la cinta de James Cameron que fuera un éxito de taquilla en el año 1999, ha probado hace ya mucho que es más que una cara bonita. Pequeño caos, película dirigida y coescrita por el actor Alan Rickman sobresale, ante todo, por el excelso desempeño que tiene la actriz de Kate Winslet en ella.

¿De qué va Pequeño caos? Siglo XVI. Francia. Luis XIV decide mudar su corte al Palacio de Versalles. Contrata entonces a un grupo de diseñadores de exteriores para que delineen los rasgos de un jardín esplendoroso, que guíe sus caminatas matinales. Cuenta para ello con el maestro André de la Note (un muy correcto Matthias Schoenhaerts) y con Madame de Barra (Kate Winslet), quien manifiesta modernas ideas –para la época- que aportan desorden y caos allí donde todo es simetría.

Los paisajes que muestra esta cinta tienen una gloria exquisita y lo mejor: son reales. Son todos jardines naturales, nada forzados, que emergen y hacen aún más resonante y de inigualable belleza al palacio de Versalles, convirtiéndolo en una escenografía de aromas frescos, que más que ambientar e ilustrar la cinta, enamoran y seducen.

La historia de amor de Pequeño caos es un romance que contrapone orden y caos, razón frente a lógica. Pero, lamentablemente, es también un flirteo que deviene amante débil ante la admiración impetuosa que suscita el vestuario, armonía y altura de cada escenografía, tanto interior como exterior, de la cinta.

Sin embargo, aunque al coqueteo entre Kate Winslet y Matthias Schoenaerts le falte suculencia y delito, la desnutrición del idilio entre estos personajes se anima con la intensa actuación de la Winslet. Pequeño caos, la segunda producción de Alan Rickman como director, deviene una cinta para los amantes de esta actriz y para los admiradores de paisajes exteriores majestuosos. Estas son las principales fuentes de las que se nutre la agudeza de este filme.

Alan Rickman, que se asegura un pequeño personaje en la cinta –interpreta al rey Luis XIV- se reserva para sí en el guión que coescribió una escena en la que comparte la pantalla con Kate Winslet. Este fragmento de Pequeño caos, en el que ambos actores intercambian conocimientos sobre flores en un jardín paradisíaco, es una de las escenas mejor logradas del filme.

Pequeño caos, un filme que carece de pasión y cuyos diálogos añoran haber sido más fascinantes y picarescos, pero que presenta, en cambio, un impresionante elenco y un increíble diseño de vestuario. Estos elementos, unido a la honestidad actoral de los personajes y la manera convincente de presentar la vida aristocrática del siglo XVI francés, equiparan en belleza los jardines –de por sí sublimes- de la cinta.