Cuando el paisaje viste de poesía (+Fotos)

Un evento cautivará a los pobladores y transeúntes que intenten atrapar con una mirada magia y maravillas desde el día 10 hasta el 14 del presente mes, cuando la danza transforme en versos y melodías calles, espacios, fachadas, patios, fuentes, luceras de mediopunto, guardacantones y guardavecinos; que constituirán la escenografía de un panorama infinito, que atraerá a creadores procedentes de 16 países.

Entre castillos y palacios, en áreas de callejas revestidas de adoquines, donde reverbera la luz al tamizar cristales multicolores, se unirán danzantes de América Latina, Europa y Eurasia, al conjuro de Isabel Bustos, una artista que incursiona con sabiduría y talento por los códigos de la coreografía, la pintura, la fotografía y el videodanza; especialidades imprescindibles para quien despliega su arte a plenitud cuando la danza se viste de poesía, para el 18 Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos Habana Vieja, Ciudad en Movimiento.

METÁFORAS DANZARIAS BAJO EL SOL Y LAS ESTRELLAS

—¿Qué características definen esta edición del festival?

—La presencia mayoritaria de América Latina, con delegaciones de México, Chile, Colombia y Brasil. Queda de manifiesto la unidad de América Latina y, más aún, las expresiones de solidaridad que están implícitas en cada actuación, en el modo de crear las coreografías que conllevan, en sí mismas, un acto de amor.

“Es muy importante el protagonismo de la joven generación. Los jóvenes le otorgarán una dimensión diferente al evento. Estoy hablando de los talleristas de Retazos y, también, de los bailarines de la compañía que traen sus propias propuestas coreográficas y están trabajando como nunca antes. Quieren presentar sus obras y los apoyo porque pienso que debemos hacer un trabajo de futuro, hay que trabajar por el porvenir”.

QUE LOS NIÑOS TENGAN UNA VISIÓN CREATIVA DE LA DANZA

—¿Cómo viabilizarás que la actuación de los niños y jóvenes trascienda en este contexto?

—Hay que prepararlos para que puedan hacerlo lo mejor posible y eso me tiene contenta, porque me percato de que los jóvenes de Retazos intentan y logran hacer sus propias creaciones.

—¿Y los niños de los talleres?

—Me siento muy satisfecha porque los niños van a interpretar muchos espectáculos. Los Retacitos tradicionales van a participar en un espectáculo montado por Raquel Pavéz, una coreógrafa francesa que es parte de la familia, y con la bailarina y profesora austriaca, Michaela Schmidlechner y otra profesora, quienes dirigirán el trabajo de los niños. Van a enriquecerse con maestros que vienen de diferentes lugares y van a enseñarles su método de trabajo, su manera de divertirse, junto a su creatividad y movimiento en el espacio. Me parece muy importante que los niños tengan una visión creativa de la danza, bien diferente a una clase repetitiva de cualquier escuela de danza o ballet. Que tengan la posibilidad de crear, de volar su imaginación en todo lo que les van a proponer los maestros que vienen.

LOS NIÑITOS SOÑANDO EN DANZA PARA SU CIUDAD

—¿Alguna sorpresa en relación con los niños?

—Ha ocurrido algo extraordinario. Ellos siempre han tenido protagonismo, pero este año tenemos el propósito de que los Retacitos creen sus propias obras y bailen a partir de sus ideas con la asesoría de sus profesores.

“Me llevé la gran sorpresa cuando me dijeron que los pequeñitos de los talleres también querían idear sus coreografías. ¡Imagínate que dieron argumentos contundentes!: ‘Yo quiero hacer mi baile para la esquina donde vivo’, ‘…para el parquecito frente a mi casa’, ‘…para el círculo infantil’, ‘…para los leones de la fuente’... Y yo los estimulo con todo mi entusiasmo en esta nueva etapa, de los niñitos soñando en danza para su ciudad”.

EL INTERCAMBIO CULTURAL PUEDE SER UN FRENO PARA QUIENES AVASALLAN A LOS PUEBLOS

—¿Cómo valoras la participación de otras provincias?

—Me parece muy significativa esa presencia. Este es un evento creado en la ciudad, pero es para todos, y este año vienen ocho provincias: Matanzas, Villa Clara, Camagüey y las cinco orientales. Que vengan los bailarines de Villa Clara, por ejemplo, y puedan intercambiar con quienes aportan sus conocimientos con la compañía Butoh Space Dance, de Japón, representa un intercambio muy valioso para quienes cultivan otro tipo de danza o poseen otra filosofía de vida que aplican a su forma de movimiento, y plantea otras alternativas. Por eso pienso que los intercambios son fundamentales para ampliar las perspectivas, desde todo punto de vista, para que se respeten las culturas, pues conocer los valores de otros pueblos es un freno para quienes avasallan a los pueblos”.

HE PRETENDIDO ACERCARME A LA MÚLTIPLE PERSONALIDAD DE VIOLETA PARRA

—¿Podrías sintetizar tus fuentes de inspiración en el estreno mundial que aporta esta edición?

—Se trata de un homenaje a Violeta Parra. Para mí es un reto enorme porque la considero una gran mujer, siempre en presente. Creo que Violeta Parra es una artista continental, una gran cantante latinoamericana, una poeta mayor. Ella empezó a escribir sus poemas, a realizar sus investigaciones y a saber qué pasaba, cómo se cantaba en los pueblitos más remotos. A partir de ahí, fue creciendo su obra, recreando y cultivando la canción y la poesía. Es una artesana mayor y nunca imaginó que iba a adquirir tal dimensión. Es multifacética, pues teje, borda, hace escultura, toca la guitarra y es muy buena conversadora cuando quiere. Un ser muy especial y creativo.

“Por eso, he pretendido expresar su múltiple personalidad trabajando con varias bailarinas que van representando diferentes etapas de su vida dentro de la obra. Intento acercarme a ella a partir de su dimensión poliédrica y espero haberlo logrado”.

—¿Con la música de Violeta?

—Incluyo su música, pero también la de otros autores.

EL CENTRO HISTÓRICO ES LA ESCENARIO DEL FESTIVAL

—¿Qué perspectivas posee este festival?

—Me gustaría que viniera cada vez un mayor número de artistas y que trascendiera aún más. He actuado en festivales de otros países y me doy cuenta de que el nuestro es superior en cuanto a perspectivas y razón de ser —incluso que en Europa—. Es superior porque está hecho en un centro histórico y es posible recorrerlo todo. Ir de una casa a otra, de un parque a un balcón, a una puerta. Y esto representa una gran escenografía.

“El espacio con que contamos representa una gran escenografía, gracias a Eusebio Leal, porque el centro histórico está en función del evento y de la creatividad que tengan los coreógrafos y los creadores. En otros países todo es distinto, puedes trabajar en el Museo Dalí, coger una guagua para llegar al Joan Miró…, todo es una dispersión tremenda. Y esto no sucede aquí, las personas se envuelven en lo que está sucediendo, tanto quien organiza el evento como el que está creando o el transeúnte que llega. Eso es muy importante”.

SENTIDO DE PERTENENCIA POR EL FESTIVAL

—He advertido algo así como una atracción muy especial de los vecinos y visitantes de la Habana Vieja hacia el evento. ¿Qué podrías decir en este sentido?

—Ya el festival forma parte de la cultura del centro, porque pertenece a él y a sus moradores, quienes lo sienten suyo, participan y colaboran con gran entusiasmo.

—¿Y en cuanto a la experiencia de incorporar este año a las estatuas vivientes?

—Me parece un contraste visual muy importante poder establecer un diálogo entre una estatua que permanece casi inmóvil y un bailar que trabaja con ellos. Es crear una atmósfera diferente, sin dejar de ser estática, pero el conceptotes poético. Y en la medida que adquiere esta connotación física, el público lo contempla por largo rato. Es algo muy hermoso.

—Existe un aporte muy atractivo en este conjunto de propuestas y me refiero a tu obra pictórica, que últimamente también forma parte de este panorama artístico. Háblame sobre esta faceta de tu arte.

—Empecé a pintar cuando comencé a diseñar los vestuarios, las gorras, los vestidos, los tules; todo lo que lleva la obra. Y el estrés que comparto con los bailarines, me hizo tomar una hoja y un papel y empezar a pintar pequeñas obras. He tenido la intervención de un pintor que trabaja los sábados con los niños, Eduardo Yáñez, y yo hago las pinturas. También tomo las fotos, porque no me gusta que retraten los eventos, y grabo las videodanzas.

CUBA ESTÁ EN MI CORAZÓN

—¿Has dicho que eres una artesana del movimiento, ¿podrías ampliar tu definición?

—Del movimiento y de todo lo que significa un espacio para la creación. Una puede crear con todo, con una hoja, con un sombrero, con una música. Es la disposición de las personas de trabajar con el espíritu y darle cauce a la imaginación, a la poesía que a veces se agazapa en lo hondo del ser.

—¿El espíritu de Cuba está unido a esa inspiración?

—Los cubanos son creadores desde que nacieron, maravillosos creadores, que quieren alcanzar las alturas, bajar a lo más profundo, tirarse a una playa. Ese espíritu no puede encontrarse en Europa.

—¿Y cómo lo sientes?

—Está en mí, porque formo parte de todo eso. Es parte de mi acervo. Cuba está en mi corazón.