Muestra Joven ICAIC: un espacio para mover ideas

Continua la Muestra Joven ICAIC y con ella la ocasión de intercambiar y debatir en torno al cine. Realizadores y espectadores no se quedarán sólo con la simple proyección de los materiales, este festival trae más que eso. Y es que también durante esta coyuntura se pretende establecer un diálogo que nos conduzca por el camino de la reflexión,  asimismo incita a repensar nuestro contexto inmediato y las formas de reflejarlo.

La oportunidad para los nuevos realizadores cubanos de exhibir su obra y al mismo tiempo conocer lo que el público piensa de ella, viene en el menú de la Muestra. Moviendo Ideas, el espacio en el que creadores y audiencia permanecen como en un tablero de ajedrez, se ha desarrollado a lo largo de este certamen en el Centro Cultural Fresa y Chocolate. Una vez concluido el visionaje de alrededor de cinco materiales comienza la acción.

Entonces hacen entrada los directores, pudiera decirse que al banquillo de los acusados. Cada uno explica el proceso, defiende su punto de vista, otros cuentan anécdotas del rodaje. Luego comienzan a levantarse las manos, en un inicio reina alguna que otra timidez, pero después el debate se extiende. Moviendo Ideas pone a andar las neuronas, dispara el instinto decodificador que los amantes del cine llevan de por sí.

Y en ese ir y venir de parlamentos surge un escenario donde prima la diversidad de criterios, sin embargo cada opinión, cada sugerencia, cada sentencia, termina en un sólo acuerdo: mejores maneras de construir nuestra realidad con el lente de una cámara.  Aunque los realizadores protagonistas del debate muchas veces se sientan cuestionados o juzgados, tener la oportunidad de participar en Moviendo ideas es digno de agradecer.

En una de las jornadas de estos encuentros se proyectaron los materiales Plegaria de Eyder Armas, Memorias de Joel Jardines, Quisiera de Diomnys Matos, Felicidad de Jorge de León, y Superación de Néstor Siré. Esta vez el debate giró en torno a los deseos, realidades y reflexión en el documental. Con la presencia del director de cine Jorge Luis Sánchez, el intercambio hurgó en la necesidad de producir una idea artística que realmente logre despertar y conmocionar al espectador. En tal sentido, muchas de las obras presentadas no alcanzan esa meta.

Varios criterios coincidieron en cuanto a la originalidad y el nuevo tratamiento de los temas. Cuba es rica en sucesos diarios. La mayoría de las propuestas audiovisuales llevan la mirada hacia lo mismo, especialmente a las situaciones más dolientes. Los materiales de la Muestra se caracterizan por esto, y en tal sentido es de admirar la valentía con la que los realizadores asumen realidades que para algunos resultan escabrosas. Entonces hay que esforzarse por contar lo que todos ya conocemos, de manera diferente.

“Cuando observaba algunos de estos documentales, me parecía que estaba viendo materiales de los 60´. Ya hay cosas que no dan más. El cubano está cambiando, Cuba está cambiando ¿Dónde están nuestras películas que aventuren esas trasformaciones que están sucediendo? ¿Cómo va a ser el cubano dentro de 25 o 50 años? Es necesario conocer y experimentar las herramientas que da el cine para abrir una nueva ventana dentro de nuestra producción cinematográfica”, comentó Jorge Luis Sánchez en Moviendo Ideas.  

En otra ocasión,  producciones como Nani y Tati de Adolfo Mena, Dieta blanda de Ray Díaz Cabrera, No de Ronald Vill, y Felicidades, Fulana, en tu día de Alejandro Arango, condujeron el debate en torno a cómo inquietar al espectador. Y es un hecho que en tal escenario sigue aflorando la preocupación por la audiencia, en definitiva es para ella que se trabaja. Algunos de estos trabajos pusieron en tela de juicio la credibilidad de los conflictos planteados, tal fue el caso de la propuesta de Alejandro Arango.

Así siguen surgiendo opiniones, algunas lógicas, otras contraproducentes. Pero lo más importante de Moviendo Ideas es lo que genera, un contexto donde todos tienen la oportunidad de expresarse con libertad, y al unísono ayuda a que los realizadores conozcan, o tengan al menos un norte, para seguir emprendiendo su ruta dentro del cine.   Sólo queda incitar a que estos espacios continúen proliferándose, aun fuera del marco de la Muestra.