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lunes, 25 de noviembre de 2024

Una deuda saldada...desde las tablas

La Historia de Juan Lennon es la oportunidad de decir, escuchar, cantar y sentir lo que en otra época no se pudo y hoy, en el cincuentenario de Los Beatles, aún es necesario...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 11/07/2012
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La Historia de Juan Lennon
Mariela Bejerano y Michel Labarta, los protagonistas.

Todos tenemos una deuda con John Lennon. Los más viejos, aquella de haberlo escuchado siempre aunque fuera a escondidas pero sin dejar de desear que no fuera prohibido; los más jóvenes, la de no dejar de rescatar el tiempo perdido, ahora que Los Beatles son símbolo, luz y fuerza de una época pasada, difícil pero jamás olvidada.

Saldar esa deuda o más bien, mantenerla viva es el objetivo de quienes, desde las tablas, hacen de La Historia de Juan Lennon, de Pepe Piñeyro, un tributo a la memoria del cuarteto británico y, en especial, a su director.

La puesta en escena que Teatro de las Dos Orillas presenta en el Café Teatro Bertolt Brecht cada martes, miércoles y jueves de este mes y hasta el 2 de agosto, no es más que la posibilidad que tienen dos actores-en nombre de todos los cubanos- de abordar, con un acercamiento agudo y conmovedor, un tema para muchos controversial en la historia reciente de Cuba; la oportunidad de rememorar una etapa triste que ha quedado atrás.

“Se trata, sobre todo, de la oportunidad de recordar algunas verdades muy conocidas pero poco dichas, en relación con sucesos que ocurrieron hace más de 30 años pero que los de mi generación y la anterior a la mía no han olvidado”, afirmó Enriquito Núñez Rodríguez, director de la pieza y apasionado de la música de Los Beatles, quien no dejó de reconocer que también nos regala humor y drama en esta propuesta.

ELLOS, NOSOTROS, TODOS

Juan Pérez, un cubano nacido el primero de enero de 1950, fanático de Los Beatles, rockero frustrado y soñador empedernido, nunca se adaptó al entorno socio-político cubano durante su adolescencia y juventud. Por eso, como un “marielito” más emigró a los Estados Unidos, donde vivió hasta su muerte junto a su esposa Carmelina, de quien estuvo separado 14 años, mar mediante.

Allí adoptó el apellido Lennon y pidió como última voluntad que esparcieran sus cenizas alrededor de la estatua de su ídolo que se encuentra en el parque John Lennon del Vedado. La fiel Carmela llega a su país la víspera de Año Nuevo para cumplir las palabras de su marido, a quien trae-hecho cenizas-en el interior de una caja de cereales Corn Flakes. El sueño tejido entre la fantasía y la realidad en el que se sumerge junto a la estatua, da vida a esta obra, la primera que dirige Núñez Rodríguez en sus más de 30 años como director artístico.

Mariela Bejerano y Michel Labarta son los que logran trasladarnos en ambiente, tiempo e intensidad a la época de la que se habla, sorprendiendo a los espectadores con cada matiz de sus personajes.

“Para mí fue difícil la interpretación de Carmela, tan dulce y fuerte a la vez, tan risueña por momentos y tan amargamente sufrida en otros. Me crezco como actriz cada que subo al escenario y puedo sentir, en cada poro de mi piel, la fascinante relación que se establece con el público, agradecido de que uno de sus sueños se haga realidad, al menos de la mano del arte”, afirma Bejerano.

La obra suponía un gran reto para el intérprete de Lennon, y a su vez de Juan, comenta Núñez Rodríguez. En él se acumula mucha tensión desde el mismo instante en que debe valerse de cuanto recurso teatral tuviera a su alcance para ser una estatua, creíble y auténtica.

“Luego de mucho tiempo de estudio y preparación en torno al estatismo, solo con mover los ojos y los labios, con ligeros cambios de voz, me transformaba y desplazaba a mis personajes”, refiere Labarta.

No fue tan complicado, agrega, porque mi gusto por Los Beatles y su música, que trasciende generaciones, fue más que suficiente. La historia de Juan Lennon no solo es un homenaje a él y sus colegas sino también una manera de redención catártica, como la permite el teatro, para esa generación de cubanos que escuchó esa música y la seguirá escuchando”, aseguró Michel.

En ese instante se oían los acordes de Imagine, interpretada-como el resto de los temas musicales-por el grupo de rock Miel con Limón, conformado por estudiantes aficionados de la Universidad de Ciencias Informáticas y la obra crecía aún más, desde dentro, en vez de llegar al final.

De pie, aplaudiendo y bailando al compás de las últimas canciones, los presentes agradecieron el momento, la oportunidad, la posibilidad…de saldar su deuda con Lennon y con Los Beatles, porque todos la tenemos, de alguna manera.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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