El ataque de Israel contra Gaza ha provocado protestas en todo el mundo, incluido Estados Unidos. Aunque últimamente la atención se ha centrado en las manifestaciones estudiantiles en los campus universitarios, también ha surgido otro movimiento de protesta: el de funcionarios del gobierno de Estados Unidos que se oponen a las políticas estadounidenses que están devastando Gaza y que ofrecen una crítica desde adentro del accionar de su gobierno. A pesar de esta ola de disenso interno, y aunque al mismo tiempo esté pidiendo un alto el fuego en Gaza, el presidente Joe Biden sigue proporcionando armas y cobertura diplomática a Israel.
Lily Greenberg Call fue designada por Biden, a principios de 2023, como asistente especial de la jefa de gabinete del Departamento del Interior, pero renunció a su cargo el 15 de mayo de este año. En una entrevista que mantuvo con Democracy Now!, la exfuncionaria del Gobierno de Estados Unidos expresó: “Existe un sentimiento generalizado en todos los niveles y en todas las agencias del Gobierno [estadounidense] de que el persistente apoyo del presidente [Biden] al ataque israelí contra Gaza es desastroso”. En su carta de dimisión, que consta de cuatro páginas, Greenberg Call invocó el “desastroso y continuo apoyo del presidente Biden al genocidio de Israel en Gaza”, según sus propias palabras, y agregó:
“[Este apoyo] es desastroso para la política exterior de Estados Unidos y para la imagen de los estadounidenses en el exterior. Es desastroso para nuestro propio país. Y resulta sumamente desolador que los líderes de nuestro gobierno no solo no escuchen a sus colegas, sino tampoco a la mayoría de la población estadounidense, que clama por un alto el fuego y está horrorizada por lo que está sucediendo en Gaza”.
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Greenberg Call es la más reciente funcionaria del Gobierno de Biden en renunciar a su cargo por su postura respecto a la guerra en Gaza, así como también la primera funcionaria judía designada por Biden en hacerlo. De hecho, la decisión de Greenberg Call estuvo profundamente influenciada por su judaísmo. La funcionaria renunció el 15 de mayo, el día en que los palestinos conmemoran la Nakba, un acontecimiento ocurrido hace 76 años en el marco de la creación del Estado de Israel, en el que cerca de un millón de palestinos fueron expulsados de sus hogares y decenas de miles fueron masacrados, mientras grupos paramilitares israelíes llevaban a cabo una limpieza étnica del pueblo palestino.
Greenberg Call escribió en su carta de renuncia: “Tanto ‘Nakba’ como ‘Shoah’, el término hebreo para referirse al Holocausto, significan lo mismo: catástrofe. Rechazo la premisa de que la salvación de un pueblo debe lograrse a costa de la destrucción de otro. Estoy comprometida en crear un mundo donde esto no suceda, y esto no puede hacerse desde dentro del Gobierno de Biden”.
En la conversación con Democracy Now!, Greenberg Call agregó: “Me criaron con un cuento de hadas sobre la Nakba, […] con esta idea de que Israel era una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra. Si no hay una sociedad palestina, si no hay nada que destruir, entonces no hay nada que lamentar. Así que, como judía, era especialmente importante para mí reconocer el significado de la Nakba, de una Nakba que en realidad nunca ha terminado y que continúa hasta el día de hoy”.
Lily Greenberg Call no siempre tuvo una postura crítica hacia Israel. En 2019, como estudiante universitaria en la Universidad de California en Berkeley, se desempeñó como presidenta de Bears for Israel, una organización afiliada al Comité Israelí-Estadounidense de Asuntos Públicos (AIPAC, por sus siglas en inglés). Greenberg Call expresó en su entrevista con Democracy Now!: “En la comunidad en la que crecí no había diferencia entre ser judío y apoyar al Estado de Israel”. Y explicó luego su transformación política:
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“A medida que fui creciendo, y durante los últimos ocho años aproximadamente, dos cosas empezaron a suceder […]. Por un lado, mi mundo comenzó a ampliarse. Conocí a diversas personas palestinas y palestino-estadounidenses y trabajé con algunos refugiados palestinos sirios en Grecia. Vi con mis propios ojos algunas de las injusticias que padecen los palestinos tanto en Israel como en Palestina, como los controles de seguridad y el sistema de apartheid al que están sometidos. […] Por otro lado, con el ascenso de Trump al poder y el giro hacia la derecha del Gobierno israelí, la coalición de personas con las que solía abogar por Israel a través del Comité Israelí-Estadounidense de Asuntos Públicos comenzó a virar hacia la derecha. Empecé a notar cómo estas personas con las que había pasado varios años impulsando acciones en defensa de Israel, en especial los cristianos evangélicos, respaldaban a Trump y a los fascistas de derecha de Estados Unidos, y cómo algunas comenzaban a alinearse con los supremacistas blancos y los antisemitas”.
Greenberg Call continuó: “En el judaísmo, ‘pikuach nefesh’ significa ‘salvar una vida’. […] Y nos guía la creencia del ’b’tselem elohim’, que significa que cada persona está hecha a imagen de Dios. […] Por lo tanto, al defender al pueblo palestino y exigir su libertad, siento que realmente estoy viviendo acorde a mi judaísmo, a los valores que me inculcaron”.
Lily Greenberg Call se suma a otros funcionarios que han renunciado a sus cargos en señal de protesta por el apoyo del Gobierno estadounidense a Israel. Entre estas personas se encuentran, entre otros, Josh Paul, un exfuncionario del Departamento de Estado de Estados Unidos encargado de supervisar las transferencias de armas a otros países, incluido Israel; y Hala Rharrit, la principal portavoz de lengua árabe del Departamento de Estado y la primera diplomática que dimitió en protesta por las políticas estadounidenses respecto a Gaza.
Otra de las personas que dimitió fue Annelle Sheline, funcionaria de asuntos exteriores en la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo, donde trabajaba para promover la defensa de los derechos humanos en Medio Oriente y el norte de África. Tras renunciar a su cargo, Sheline asistió a una manifestación de trabajadores federales denominada “Feds United for Peace” (“Trabajadores del Gobierno Federal Unidos por la Paz”) que se celebró frente a la Casa Blanca. En conversación con Democracy Now!, Sheline expresó: “Cuando comencé a decirles a mis colegas que planeaba renunciar a mi cargo por [la política estadounidense respecto a] Gaza, la respuesta de mucha gente fue: ‘Por favor, habla públicamente; habla por nosotros’”.
El presidente Biden y su círculo íntimo están cada vez más aislados en su apoyo inquebrantable a los crímenes que Israel está cometiendo en Gaza. Sin embargo, a diferencia de los palestinos que viven en el enclave ocupado, Biden tiene una salida: impulsar un alto el fuego inmediato y permanente en Gaza.
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