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lunes, 23 de diciembre de 2024

Siria: de tumbo en tumbo

La posposición de la conferencia Ginebra Dos sobre Siria indica que las jugadas impositivas siguen sobre la mesa...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 08/11/2013
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Siria cancelada
La oposición siria está dividida y acosada militarmente.

En reciente conferencia de prensa, Lakhdar Brahimi, representante especial para Siria de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, y de la Liga Árabe, confirmó que será imposible iniciar el diálogo sobre la paz en ese país árabe.

Brahimi dijo que el próximo día 25 de noviembre tiene previsto un nuevo encuentro con los representantes de Rusia y Estados Unidos, promotores de la ahora pospuesta conferencia Ginebra Dos, a fin de analizar el presente y el futuro de esa iniciativa.

Como se recordará, la realización de las nuevas negociaciones surgió semanas atrás, cuando la diplomacia rusa y la flexibilidad de las autoridades de Damasco permitieron iniciar la destrucción de las armas químicas en manos de las autoridades sirias, un proceso que desbarató el pretexto por el cual la Casa Blanca anunció represalias militares directas contra el gobierno de Bashar al Assad.

Era, sin dudas, una buena perspectiva la que se abría en materia de acabar con el conflicto armado impuesto a la población y a las autoridades sirias por los Estados Unidos, sus restantes aliados occidentales, la derecha árabe, el sionismo, y los grupos extremistas islámicos. Pero, justo por tratarse de semejante listado de “carnales”, para no pocos observadores un fracaso resultaba totalmente previsible y casi inevitable.

Los días confirmaron esa tesis, por amarga que resulte para quienes defienden la integridad de Siria y el derecho de sus ciudadanos a elegir su propio camino.

Los padrinos de la titulada “oposición armada”, aquellos que le pagan, pertrechan, entrenan y la nutren de mercenarios y terroristas, han permanecido en franco y cómplice silencio ante la absurda y provocadora negativa de esos grupos de acudir a la mesa de negociaciones a menos que se les garantice de antemano el retiro total del presidente Al Assad y sus colaboradores.

Demanda que, por demás, proviene de bandas con cargados expedientes de crímenes contra la población siria, incluido el uso de las tan controvertidas armas químicas y que —¡vaya contrasentido!— militarmente están siendo derrotadas en toda la línea por las fuerzas armadas nacionales.

Desde luego, tampoco es difícil imaginar los móviles de los grandes intereses que suelen hablar de paz en Siria a la vez que insisten en la guerra.

Y se trata de que, objetiva y rotundamente, coinciden con sus marionetas armadas en que el gobierno actual de Damasco debe ser desactivado hasta la raíz, y Siria debe sumarse al bloque pro imperial  que se teje en Asia Central y Oriente Medio con las miras agresivas finales sobre Rusia y China.

De manera que en buena medida huelen a teatro de mala clase las recientes bravatas de fieles aliados estadounidenses como Arabia Saudita e Israel, presuntamente molestos ante la “debilidad” y la falta de un “mayor compromiso” de Washington en la tarea de desbancar al “régimen sirio”, así como de su presunto “acercamiento a Irán”.

De hecho, la monarquía saudí amenazó con disminuir sus multimillonarias compras bélicas a los Estados Unidos, renunció a asumir un puesto como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, y hasta habló de posibles revisiones de los suministros petroleros locales a la primera potencia capitalista.

Alboroto por el cual, en reciente visita a Riad, el secretario norteamericano de Estado, John Kerry, confirmó la identificación de fines entre su país y Arabia Saudita con respecto al gobierno sirio, aún cuando —dijo— pueden existir ligeras diferencias en determinados pasos conducentes a logar su materialización.

En cuanto a Israel, reacio a todo diálogo entre su socio mayor y Teherán, se mostró además airado con la Casa Blanca luego de que se supo que voceros militares norteamericanos revelaron que fueron aviones sionistas los que bombardearon en fecha reciente la base militar siria de Latakia, donde se dice se almacenaban diferentes tipos de misiles.

Para los voceros de Tel Aviv, la confirmación norteamericana frustró el enmascaramiento de la agresión aérea y ha dado argumentos a Bashar al Assad para cualquier medida de represalia.

Pero con todo, el asunto no pasa ni pasará de algunos platos rotos entre amantes perpetuos, al punto que otro de los frenos esenciales a la conferencia Ginebra Dos, de la cual Washington se auto otorga un importante grado de paternidad ante el universo mediático, es la negativa norteamericana a la presencia en la mesa de una representación oficial iraní.

En consecuencia, el drama sirio parecería destinado a prolongarse al infinito, porque del otro lado es impensable que el gobierno legítimo sirio admita esfumarse y dejar el futuro del país a cuenta de una oposición hosca, dividida y acosada militarmente, o que Damasco y Moscú admitan una bancada reaccionaria a lleno completo, junto a la ausencia forzada e irracional de un interlocutor esencial como Teherán.

 


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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