Este domingo llegó a su fin la tregua de las hostilidades en Colombia, anunciada al iniciar las conversaciones de paz el pasado 19 de noviembre. Mientras el jefe de la delegación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP), Iván Márquez, pidió al gobierno un alto al fuego bilateral durante las conversaciones, o la firma de un tratado para la “regularización” del conflicto; el presidente colombiano Juan Manuel Santos reiteró que continúa a “la ofensiva”.
“Con dolor en el corazón, debemos admitir que vuelve la etapa de los partes militares de guerra que nadie quiere en este país”, señaló Márquez en el Palacio de Convenciones de La Habana.
“Podemos tratar de atenuar el impacto del conflicto a los civiles, con acciones como no instalar bases ni cuarteles militares, en medio de asentamientos de población”, afirmó Márquez.
Sin embargo, Santos advirtió que la Fuerza Pública colombiana está preparada para responder a cualquier acción de las FARC-EP.
Este domingo, Santos convocó al alto mando militar a un Consejo Extraordinario de Seguridad, para establecer una estrategia militar tras el fin del cese al fuego de las FARC-EP. Además, anunció que la Fuerza Pública colombiana está preparada para responder a cualquier acción de los guerrilleros.
Desde el comienzo del proceso de paz, las FARC-EP solicitó un alto el fuego durante las conversaciones, pero el gobierno colombiano ha dicho en varias ocasiones que no hará “concesiones de carácter militar”.
“El cese el fuego ha significado en el pasado ventajas para la guerrilla que no se pueden repetir”, expresó en noviembre Humberto de la Calle, el jefe de la representación del gobierno en el diálogo por la paz.
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