Cuba afirmó hoy que el fracasado proyecto de Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA) está marcado por ambigüedades, inconsistencias, indefiniciones y vacíos y lejos de los reclamos y necesidades de la comunidad internacional. Se privilegiaron los intereses de determinados Estados exportadores por encima del sufrimiento humano causado por el tráfico ilícito y no regulado de armas, dijo el jefe de la delegación cubana a la reunión, embajador Rodolfo Benítez.
El diplomático opinó que la conferencia ofrecía una oportunidad histórica para dar respuesta efectiva a las graves consecuencias del tráfico ilícito y no regulado de armas, pero "la oportunidad histórica no fue debidamente aprovechada".
La llamada conferencia final del TCA fracasó este jueves cuando Irán, la República Popular Democrática de Corea y Siria objetaron su aprobación y rompieron el consenso necesario para la adopción.
Benítez indicó que el documento presentado omitió la prohibición de transferencias internacionales de armas a individuos, grupos e instituciones que no están debidamente autorizados por las autoridades gubernamentales del Estado receptor.
Se trata de los mismos agentes no estatales que están entre los principales responsables del desvío y el tráfico ilícito de armas y de los flagelos asociados, precisó.
Y puntualizó que esa omisión debilitó profundamente el TCA y atentó contra su eficacia, pues legitimaría de hecho las transferencias de armas sin el consentimiento del gobierno del Estado receptor.
Benítez también criticó que el tratado no contenía la prohibición de transferir armas para llevar a cabo acciones de uso o amenaza del uso de la fuerza, en contravención con lo dispuesto en la Carta de la ONU, incluyendo actos de agresión.
El texto privilegió a los Estados exportadores para evaluar a discreción el comportamiento de los Estados importadores sobre la base de un listado de criterios subjetivos e imprecisos que pueden ser objeto de abusos y manipulación por razones políticas, subrayó.
Eso puede obstaculizar el derecho de los Estados a adquirir y poseer armas para su legítima defensa, el cual está reconocido en el artículo 51 de la Carta de la ONU.
El embajador cubano alertó además que, en su redacción final, el TCA podría convertirse en un nuevo sistema de control de transferencias de tecnologías, equipamientos y partes para afectar su empleo en la esfera civil.
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