Juan Antonio Quintanilla, delegado cubano en Ginebra, denunció este miércoles ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU las violaciones cometidas por quienes ostentan el poder para manipular la libertad de expresión según sus conveniencias.
Acerca de los pronunciamientos de Frank la Rue, Relator Especial sobre el derecho a la libertad de opinión y expresión, durante la XX sesión ordinaria de ese órgano, Quintanilla alegó que fueron parcializados y poco objetivos, en correspondencia con informes circunscriptos exclusivamente a países tercermundistas.
Añadió que, sin embargo, obviaron las graves transgresiones en Europa y Estados Unidos, señala la agencia de noticias Prensa Latina.
Se silencian las masivas violaciones -en esos territorios del llamado Primer Mundo- de la libre opinión de miles de indignados, entre ellos estudiantes, ejemplificó el diplomático cubano.
Quintanilla criticó la distancia mantenida por el relator respecto al caso de WikiLeaks, que evidencia una de las más burdas persecuciones y desprecio a la libertad de información.
El delegado de Cuba explicó la importancia de los profesionales del periodismo en su país, y subrayó cómo ejercen su trabajo sobre los principios de objetividad, imparcialidad y apego a la verdad.
Remarcó su discrepancia con quienes incluyen en el sector a los ciudadanos que -de forma individual o independiente-difunden falsas noticias.
En su mayoría -denunció- ellos operan como agentes o grupos bajo instrucciones y con el financiamiento de potencias foráneas, con el objetivo de tergiversar la realidad, destruir el orden constitucional y desestabilizar países para propiciar la agresión extranjera.
Añadió que la Isla es víctima de la utilización de Internet con fines subversivos, porque el Gobierno de EE.UU. paga a un grupo de ciber-mercenarios para negar al pueblo el derecho de libre determinación.
El diplomático manifestó conocer información sobre operaciones similares en Siria, donde la Organización del Tratado del Atlántico Norte prevé bloquear los canales de televisión para invadir al pueblo con mensajes fabricados por los servicios de inteligencia militar occidentales.
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