“Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es que estemos aquí, lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba”, así expresó el Comandante en Jefe Fidel Castro el 16 de abril de 1961 en la céntrica esquina de 23 y 12 frente a obreros, campesinos y milicianos.
“Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!”
Congregados en la céntrica esquina de 23 y 12 en la capitalina barriada del Vedado durante las honras fúnebres del cruel bombardeo perpetrado por aviones norteamericanos contra las bases aéreas de San Antonio de los Baños, Ciudad Libertad y Santiago de Cuba; el líder del proceso revolucionario definió ante el mundo los principios políticos y éticos que ya regían el proyecto social iniciado en 1959.
“Compañeros obreros y campesinos: esta es la revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. Y por esta revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, estamos dispuestos a dar la vida”.
Fue esta la declaración formal de acciones y hechos que hacía ya más de un año se apreciaban en el país, por lo cual encontró una aprobación unánime al exponer el camino de Cuba. “Y se hizo con el estilo que inauguró la revolución cubana de contacto directo con el pueblo, un método de plebiscito directo con el pueblo”, manifestó.
En esa ocasión explicó también que los hechos acontecidos serían el preludio de una inminente invasión, y bastaron pocas horas para que las palabras del guía rebelde se volvieran realidad
En las primeras horas del 17 de abril desembarcaron por Playa Girón y Playa Larga en La Bahía de Cochinos mercenarios entrenados durante dos años por Estados Unidos. Pero en solo 72 horas fueron derrotados.
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