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sábado, 2 de noviembre de 2024

Las FARC-EP y la espera de un gesto norteamericano

La silla que debe ocupar el guerrillero Simón Trinidad en las conversaciones en La Habana por la paz de Colombia continúa vacía y a la espera de que Obama apruebe su indulto…

Cubahora en Exclusivo 24/11/2012
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Simón Trinidad
La imagen Simón Trinidad, preso en EE.UU., y cuya presencia fue reclamada por la guerrilla.

“El gobierno de Estados Unidos haría un gran aporte a la reconciliación de la familia colombiana, facilitando la participación de Simón Trinidad, de cuerpo presente, en esta mesa”. Con estas palabras iniciaban, el pasado 15 de octubre, en Oslo, Noruega, las conversaciones entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) por el cese de las hostilidades en el país suramericano. Poco más de un mes más tarde, cuando continúa en La Habana el diálogo entre las partes, el pedido de las FARC-EP sigue vigente.

Las FARC-EP solicitan al presidente norteamericano Barack Obama un indulto al guerrillero Simón Trinidad —quien cumple en Estados Unidos una condena de 60 años de privación de libertad—, con el fin de que pueda estar presente en el proceso de negociaciones que actualmente se desarrolla en la capital cubana. Sin embargo, podría resultar espinosa la incorporación de Trinidad.

El embajador de Estados Unidos en Colombia, Michael McKinley, afirmó recientemente que hasta el momento no había sido enviada ninguna solicitud a su país por parte del gobierno colombiano, en relación con la presencia del guerrillero en los debates.

En ese sentido, el ejecutivo colombiano plantea que existe una división de poderes en los Estados Unidos, que no permitiría que la decisión de aprobar la participación de Trinidad en la mesa de negociación recaiga solo sobre el presidente. Pero los guerrilleros colombianos recuerdan que el mandatario estadounidense tiene la "facultad para indultar", por lo que insisten en la aplicación de la medida.

Una foto en escala real de Trinidad acompañó a la delegación insurgente durante su llegada al Palacio de las Convenciones de La Habana. Aquella conocida frase de que “una imagen vale más que mil palabras” no podría haberse acomodado mejor al hecho. Quien lleva por verdadero nombre Juvenal Ovidio Ricardo Palmera representa una de las figuras más importantes para las FARC-EP.

Actualmente, su vida transcurre en una prisión estadounidense y se resume a reducidos contactos con su abogado, un defensor público y su familia. Medios internacionales refieren que cuenta con 45 minutos de llamadas al mes, destinados a conversar con su hermano, su madre de 92 años de edad y su hijo Manuel. Su hija, Alix María, murió en 2010 junto a su madre, cuando aviones del gobierno atacaron un campamento de las FARC.

 Cuando desde un inicio las FARC-EP anunció sus integrantes para la mesa de discusiones, Trinidad estaba incluido en la lista de participantes. Para los guerrilleros, su experiencia en otros procesos de paz, como en San Vicente del Caguán, Caquetá (1999) resulta imprescindible para el desarrollo de las conversaciones actuales.

 “Creemos que Trinidad puede jugar un papel muy importante en este proceso y esperamos que el gobierno norteamericano asuma una actitud y vocación comprensiva. Todo no puede ser apoyo para la guerra, es hora de que Estados Unidos ayude a los colombianos en este anhelo de sembrar la paz”, insistió Iván Márquez, representante de las FARC-EP en el diálogo por la paz.

¿Llegará Trinidad a integrar la mesa de negociaciones? ¿Alcanzará la paz Colombia? Son preguntas que se repiten frecuentemente y cuyas respuestas dependerán de múltiples factores.


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