Querido presidente Andrés Manuel López Obrador:
Estimados Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe:
Distinguidos Jefes de Delegaciones e Invitados, amigos todos:
Gracias hermanos. Mis primeras palabras en esta histórica Cumbre sólo pueden ser de profundo agradecimiento al pueblo mexicano y, de manera especial, al presidente Andrés Manuel López Obrador, por su entrañable amistad y solidaridad con Cuba; igualmente a los Gobiernos y pueblos aquí representados que nos han expresado su apoyo, y comprendieron de inmediato la naturaleza de la oportunista campaña de descrédito, financiada con fondos federales estadounidenses que aún pretende amenazar la estabilidad, integridad y la soberanía de mi país.
Reafirmo aquí que el pueblo y el Gobierno cubanos defenderán el Estado Socialista de Derecho y Justicia Social, “Con todos y para el bien de todos” como quería José Martí.
Aprovecho también la ocasión para reconocer su respaldo al levantamiento del ilegal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba, recrudecido de manera deliberada y oportunista en condiciones de pandemia, a pesar de ser condenado durante décadas por la abrumadora mayoría de la comunidad internacional.
Esta política criminal e inmoral es una violación masiva, evidente y sistemática de los derechos humanos del pueblo cubano, que nos impone el mismo gobierno estadounidense que amenaza, agrede y aplica medidas coercitivas unilaterales contra otros países de la región.
Su intervencionismo y las desembozadas pretensiones imperiales de relanzar la Doctrina Monroe para impedir el desarrollo soberano de nuestras naciones, es otra violación flagrante de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, el Derecho Internacional y los postulados de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
Ante los crecientes intentos de dividirnos, urge promover la solidaridad y la cooperación para consolidar nuestra mayor fortaleza: “la unidad en la diversidad”, concepto y propósito por el que nuestro General de Ejército Raúl Castro Ruz trabajó incansablemente en los cercanos aún pero ya históricos días en que se fundaba CELAC en esta entrañable tierra.
Soportando el peso del acoso económico y las enormes limitaciones que nos impone, Cuba ha logrado avanzar, demostrando la solidez de su sistema de salud pública y la capacidad de continuar cooperando con otros países.
Nos enorgullece haber conseguido producir 3 vacunas y 2 candidatos vacunales en los últimos meses, como resultado de la abnegación de nuestros científicos y del robusto sistema de ciencia e innovación tecnológica creado e impulsado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Consideren estos éxitos, como lo consideramos nosotros, una conquista latinoamericana y caribeña.
Hoy queremos reiterar aquí la voluntad de trabajar en el marco de la CELAC en acuerdos de suministro y producción de vacunas para países interesados, como modesta contribución en el objetivo de alcanzar la pronta inmunización universal en la región.
Distinguidos colegas:
La Cumbre de la Unidad, celebrada en esta hermosa tierra en 2010, materializó los anhelos de integración genuinamente latinoamericana y caribeña de nuestros próceres.
La fundación de la CELAC reivindicó más de dos siglos de luchas y esperanzas; y constituyó un momento cimero para la historia de Nuestra América. Fidel la calificaría como el hecho institucional más trascendente del hemisferio en el último siglo1.
Una década después, continuamos construyéndola y consolidándola, con el objetivo de recuperarnos de los devastadores efectos de una pandemia que ha exacerbado la multidimensional crisis que ya afectaba al mundo, reducir las enormes brechas que nos convierten en la región más desigual del planeta y avanzar en el bienestar de nuestros pueblos.
Apoyamos el diálogo respetuoso y sin intromisiones externas que lleva a cabo la República Bolivariana de Venezuela en México y denunciamos el régimen punitivo injusto al que está sometido su pueblo por presiones imperiales.
Condenamos las sanciones impuestas contra la República de Nicaragua y la injerencia en los asuntos internos de esa hermana nación.
Ratificamos el derecho de los hermanos países del Caribe a recibir un trato justo, especial y diferenciado; y acompañamos sus reclamos de reparación por los daños del colonialismo y la esclavitud. Un esfuerzo especial demanda hoy el pueblo de Haití, que tanto precisa de nuestra solidaridad.
Cuba mantiene su compromiso con la búsqueda de la paz en Colombia.
Reiteramos el apoyo irrestricto a Argentina en su demanda de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur; y reafirmamos el compromiso inequívoco con la libre determinación y la independencia del hermano pueblo de Puerto Rico.
Distinguidos colegas:
Urge revitalizar la CELAC, para avanzar hacia una recuperación inclusiva y justa que nos fortalezca como región y contribuya al bienestar de nuestras naciones. Urge fortalecer este mecanismo único que nos permite dialogar como un haz de naciones con similares necesidades e intereses.
No dejemos pasar la oportunidad de seguir haciendo historia.
Muchas gracias
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