Por: Alina Perera Robbio / Angélica Paredes López / Wilmer Rodríguez Fernández
«Para mí es muy grato, es un gran honor que el Presidente, el Jefe del Estado cubano nos haya recibido y hayamos podido intercambiar sobre todos los temas que están en la mesa, diría yo». Así, desde la sinceridad y la típica pasión del hombre que gusta de poner a salvo lo que es justo, de quien hace pasar por su corazón de poeta las palabras para luego compartirlas mientras crecen al viento o sobre el papel, nos habló Tarek William Saab, actual Fiscal General de Venezuela, cuyo rostro resulta familiar a los cubanos desde hace mucho tiempo.
Desde el habanero Palacio de Convenciones, hasta donde había llegado el jurista para tomar parte en la clausura del XV Encuentro internacional de Ciencias Penales y el III Evento Legalidad, Derecho y Sociedad, él había sostenido —poco antes del cierre de los cónclaves— un fraternal encuentro con el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Al tanto de que se había producido el diálogo entre el dignatario y el amigo bolivariano, pedimos a Tarek William un recuento sobre lo que ya sabíamos había sido, en la tarde de este viernes, un intercambio rico y distendido. Y esa fue la rampa de lanzamiento que puso en órbita múltiples reflexiones marcadas por la firmeza, por la lealtad, y por las emociones.
Para no perder de vista eso que solemos llamar contexto, el entrevistado quiso «en primer lugar, agradecer al Estado cubano, a la Revolución cubana, a la Fiscalía cubana por siempre tener esta deferencia con nosotros, con nuestra institución —en este caso, en el marco del XV Encuentro de Ciencias Penales que se realiza en La Habana».
«En dicho encuentro, detalló, hemos presentado una ponencia que se llama Historia universal de los Derechos Humanos, y las garantías en la Constitución Venezolana, en el marco de lo que implicó la Revolución y el proceso constituyente de 1999». Y al entrar al tema relacionado con el intercambio fraternal, el Fiscal General de Venezuela expresó: «Hemos tenido la grata oportunidad de conversar con un líder latinoamericano (Miguel Díaz-Canel Bermúdez), un heredero de todas las enseñanzas, de la sabiduría de un gran hermano nuestro también, como lo fue y lo es Fidel».
Del Presidente cubano dijo Tarek William que, a pesar de su juventud, a pesar del desafío que le tocó —al igual que el Presidente Nicolás Maduro, pues ambos tuvieron que suceder a «dos gigantes como Fidel y Chávez»—, el actual mandatario de la Mayor de las Antillas «ha logrado de manera sabia, paciente, encaminar la Revolución cubana al destino que siempre ha tenido: brillar en las luchas de los pueblos por su liberación».
Sobre lo conversado, el escritor venezolano contó que, a modo de «preámbulo», quiso transmitir a su interlocutor «la admiración de mi país, de mi persona, por la Revolución cubana, por lo que ha significado Fidel en todas estas décadas para una generación como la nuestra que es la misma de Miguel Díaz-Canel».
Tarek hizo énfasis en que nació en 1962, al igual que el Presidente Nicolás Maduro: «Es decir, somos una generación que nace, que tiene su fortaleza de lucha a partir, literalmente, del triunfo de la Revolución cubana. Y hablamos de todo eso; hablamos de lo que significó esa generación nuestra para el mundo, en la lucha; de lo que implicó la contracultura que ha enfrentado».
Hizo énfasis en que, entre ambos, abordaron el tema de las grandes transnacionales de la comunicación, de la propaganda, del complejo industrial militar —cultural incluso— que todavía se tienen por delante en la batalla: «nos ha tocado a nuestra generación eso: seguir el legado, el ejemplo de líderes eternos como Bolívar, como Martí».
El valor que entraña la justicia, según declaró Tarek William, formó parte de los contenidos del encuentro. Y «hablamos sobre la importancia, obviamente, que tiene el tema de la cultura, que tiene el tema de la unidad de nuestros jóvenes con el legado de nuestros antepasados para mantener vivo —y eso es sumamente clave y estratégico— la idea, el espíritu de soberanía, de independencia, de entender que los pueblos cubano, venezolano, estadounidense, europeos, podemos ser hermanos más allá de lo que significan sus gobiernos».
El escritor hizo referencia, además, a reflexiones compartidas durante el fraternal intercambio, como esa según la cual, en la época más dura de la pandemia de COVID-19, tanto a Cuba como a Venezuela buscaron literalmente masacrarles a sus pueblos «no vendiéndonos las medicinas, nos vendiéndonos los ventiladores, no vendiéndonos las vacunas; y pudimos nosotros, tanto Cuba como Venezuela, sortear ese destino».
«Todo esto lo conversamos —siguió detallando Tarek William—: el tema de la geopolítica; el ejemplo de las luchas del mundo árabe; lo que significó y significa todavía, de presencia viva, la izquierda como vanguardia, la verdadera izquierda como vanguardia cultural, ideológica, política; o sea, yo creo que ha sido un encuentro sumamente grato».
Fue un diálogo en el cual gravitó la hermandad, dijo el intelectual: esa virtud «siempre nos va a unir como naciones, y yo siento que nos queda aún un hermoso camino por recorrer en el caso de las instituciones que represento, y la Fiscalía cubana». Sobre lo anterior, el Fiscal General de Venezuela enunció: «Firmamos en febrero el segundo acuerdo de cooperación entre ambas instituciones, y en el día de ayer firmamos el plan de acción; o sea, lo que vamos a hacer entre el año 2023 y el año 2025, que es fortalecer aún más las cercanías pedagógica, educativa, entre ambas fiscalías, y las visitas, la formación para salir adelante».
—En Cuba siempre lo recordamos como uno de los políticos, de los activistas sociales y también de los escritores e intelectuales más jóvenes que acompañaron a Chávez desde que en diciembre del 98 llegó por primera vez la Revolución Bolivariana al poder. Tantos años después, ¿Cuál es el desafío que tiene la Patria bolivariana, la patria chavista, en un contexto regional tan complejo?
—Imagínate lo impresionante que pudiera ser eso: el camino, yo diría el sendero trazado, no solamente en esa victoria tan épica que fue el inicio de la Revolución democrática de la izquierda en el continente. Recordemos que Chávez gana en el año 98 contra todo pronóstico, y ese fue el impulso para que ganara Lula, para que ganara Kirchner en Argentina, Correa en Ecuador, o se reeligiera Ortega en Nicaragua, para que ganaran Lugo en Paraguay, Zelaya en Honduras. Eso fue un oleaje tremendo.
—…Y Evo…
—Un Evo Morales en Bolivia, que lo estamos viendo ahora, nuevamente. Esa recuperación sostenida. Pero yo diría que el antecedente fue la rebelión del Cuatro de Febrero de 1992, donde me tocó ser uno de los abogados defensores de Hugo Chávez en prisión; por lo tanto diría que, si nos vamos a esos treinta, veinte años en perspectiva con los desafíos de hoy, yo diría que siguen siendo los mismos, pero con la fortaleza de una Venezuela, de una revolución bolivariana consolidada, con la conciencia de nuestro pueblo mucho más elevada, porque ha resistido situaciones límites, como por ejemplo la temprana y sorpresiva muerte del Presidente Hugo Chávez en el año 2013.
En ese punto de la entrevista Tarek William recordó cómo fue que, ante la desaparición física del Comandante bolivariano, «el imperio y sus aliados más inmediatos juraron que no íbamos a durar un mes, y yo diría que la inteligencia, la estrategia como líder que ha tenido el presidente Nicolás Maduro, y el equipo que lo hemos ido acompañando, lo lograron: sortear ese gran vacío que dejó obviamente el fallecimiento de Hugo Chávez».
«El reto más grande que tocó a nuestra generación fue ese: sobrevivir, resistir, y avanzar posterior a la muerte de un líder global». Hubo que hacerlo, denunció el escritor, «en medio de circunstancias incluso atroces, como por ejemplo, resistir la Orden Ejecutiva que lanzó Obama, donde nos colocó como una amenaza supuestamente extraordinaria contra los Estados Unidos de América».
Los venezolanos tuvieron que «resistir y luchar de manera denodada al gobierno neonazi, con las 960 medidas coercitivas unilaterales que lanzó Donald Trump contra nuestro pueblo, resistir y vencer el intento de asesinato del Presidente Nicolás Maduro».
El intento de magnicidio, dijo Tarek, que se produjo el cuatro de agosto del año 2018, fue posterior a que el gobierno bolivariano hubiese podido vencer las «llamadas guarimbas —que fueron embriones de guerra civil del año 2017, durante abril, mayo, junio y julio, y que ocasionaron una cifra enorme de fallecidos y de heridos, producto del intento de derrocar por la vía violenta al Presidente Nicolás Maduro—».
Al ver que no lograron nada de lo anterior –apuntó el jurista— «lanzaron entonces las bombas atómicas». Lo dijo en referencia a «las medidas coercitivas unilaterales que produjeron a Venezuela una violación masiva de los derechos humanos de nuestros pueblos. Cuando te digo masiva es que nos han impedido comercializar nuestros productos; vender nuestro petróleo a quienes pudieran ser nuestros compradores directos en el planeta, nuestro gas, nuestro hierro, nuestras riquezas naturales, para matarnos de hambre».
El propósito era, dijo el intelectual, llevar a Venezuela al suplicio, al sufrimiento extremo y de ahí buscar un cambio de gobierno: «Esos retos los hemos tenido enfrente y los hemos ido venciendo; hemos ido derrotando, paso a paso, cada uno de estos intentos de tomar por asalto a Venezuela y convertirla en una colonia estadounidense, que fue lo que era antes de la llegada al poder del Presidente Chávez».
«Son desafíos que están en camino, que están en marcha, y que yo estoy convencido de que vamos a lograr, poco a poco, ir venciendo; y afortunadamente teniendo como aliado solidario a Cuba, siempre leal a la Revolución venezolana, a nuestro país y a nuestro pueblo».
—En su corazón sensible, de escritor, de hombre que ama la palabra, que ha escrito incluso libros que hemos leído, ¿qué lugar ocupa Cuba?
—Cuba es mi segunda Patria.
Tarek William nos dijo que esa verdad suya la ha compartido en varias ocasiones, «incluso en el período especial (momento difícil vivido por la Isla caribeña en los años noventa del siglo XX) visité una vez Cuba; y luego de la victoria del Presidente Chávez no he dejado de venir». Lo ha hecho motivado por las Ferias de Libro, los encuentros con escritores cubanos, o los eventos de solidaridad con nuestros pueblos.
«A partir del 2016 he venido a los encuentros internacionales de Ciencias Penales, y es como estar no solamente en casa: uno aquí siente la energía poderosa de una Revolución, de un pueblo que tiene una historia mundial».
Resultó inevitable que el intelectual venezolano evocara su libro Los niños del infortunio. Recordó que se trata de «un homenaje a la Brigada Henry Reeve, y un homenaje a la Revolución cubana, a su líder máximo Fidel».
Sobre la saga de ese texto que vio la luz, su autor dijo que era sorprendente estar en Pakistán y hablar con paquistaníes jóvenes, y nombrar por ejemplo a Cuba, y que ellos dijeran: «Fidel», «Viva Fidel», «Viva Cuba», y que conocieran en un lugar tan lejano —que en ese momento estaba arrasado por un terremoto similar al que hoy sacudió a Turquía— «que Cuba era el único país, el único país del mundo que tenía aproximadamente 3 mil médicos asistiendo, apoyando a los paquistaníes».
«Entonces, son muchas cosas que nos han unido: mi hermandad con Fidel, mi larga amistad de décadas». Aunque Tarek nos dijo que no pudo conocer personalmente al Comandante en Jefe en los años 70, 80, 90 del siglo XX, reconoció que «uno sentía que él era un hermano».
En 1999 el joven escritor comienza a tratar a Fidel de manera cercana: «Siempre venía a Cuba. Petrocaribe se fundó en Venezuela, en el Estado Anzoátegui, cuando yo era gobernador del Estado Anzoátegui, y Fidel se quedó en mi Estado natal aproximadamente tres días, compartiendo con nosotros; y obviamente, tú me preguntas por mi corazón de escritor, te nombro Los niños del infortunio porque eso era un homenaje completo a lo que es esta nación, y cuando nosotros presentamos el libro, sorprendentemente yo vi allí a Chávez y a Fidel acompañándome en la presentación del libro, y ellos tuvieron palabras en esa presentación, el dos de febrero del año 2006; por lo tanto Cuba siempre va a ser para mí, aparte de una segunda Patria, una fuente de inspiración para luchar, para soñar, para resistir y salir adelante».
—Hace pocos días estuvimos en Venezuela acompañando al General de Ejército y líder de la Revolución cubana, Raúl Castro Ruz, y usted estaba allí en el Teatro Teresa Carreño, en Caracas. Fue un momento realmente muy emocionante, ver llegar a un grupo de líderes, de amigos de Chávez, y entre ellos allí estaba Cuba…
—Y yo diría que lo que dijo Raúl queda para la historia, lo que él leyó es una cátedra no solo de lealtad y de solidaridad sino también de lo que significa Venezuela para Cuba, lo que significa Chávez para Cuba, lo que significa hoy, también para Cuba, el liderazgo de Nicolás Maduro que nunca ha permitido torcer el rumbo de unidad de nuestros pueblos más allá de cualquier adversa circunstancia.
«Fue un momento, ese acto, ese evento de clausura, excepcionalmente hermoso, porque ver tantos líderes, seis presidentes, delegaciones del mundo reconocer lo que ha sido Chávez y lo que va a seguir siendo, es un homenaje a nuestra Patria que resulta inolvidable, que siempre vamos a agradecer».
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