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lunes, 4 de noviembre de 2024

Una legislación para la familia

Próximamente entrarán en vigor las nuevas medidas migratorias que eliminan trámites, y ahorran dinero y tiempo a las personas que deseen viajar por asuntos personales...

Raúl Menchaca López en Exclusivo 13/01/2013
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Tramite pasaporte
Tramite pasaporte

Tema difícil y a veces doloroso para algunos, la nueva política migratoria cubana llega desde hoy como una soberana aspiración familiar y una pretensión de la nación para acercarse a sus emigrados.

Las decisiones que entran en vigor este lunes tienen como contexto, que nadie lo olvide, la permanencia de la hostilidad de Estados Unidos, el poderoso vecino que durante varias décadas ha alentado la salida de Cuba.

Precisamente, ese uso del tema migratorio como arma política contra la Revolución Cubana es lo que fija los límites de las medidas que aplica el país, que, como todos, se defiende del robo de cerebros con la aplicación de mecanismos de control.

No se puede perder de vista que Estados Unidos, además de la Ley de Ajuste Cubano, aprobada en 1966, tiene vigentes al menos seis programas para favorecer a los emigrados cubanos por encima de todas las otras nacionalidades.

La nefasta Ley de Ajuste, que facilita de manera expedita la residencia de los cubanos que lleguen por cualquier vía a suelo norteamericano, es un descarado estímulo a las salidas ilegales que alienta una emigración ilícita e insegura y que ha provocado numerosas pérdidas de vidas humanas.

También el gobierno norteamericano mantiene un programa para estimular la deserción de nuestros médicos, en particular de aquellos que realizan misiones de colaboración.

A pesar de esa hostil política norteamericana, Cuba ratifica ahora la voluntad de continuar favoreciendo las relaciones con la emigración y garantizar que los movimientos migratorios se realicen de forma legal, segura y ordenada.

Las medidas se adoptaron por una decisión soberana del Estado cubano y no responden a presiones ni a imposiciones externas. Tampoco el país busca con ellas un certificado de buena conducta ante Estados Unidos, que mantiene el obcecado afán de destruir a la Revolución Cubana.

Las normas migratorias que entran en vigor este lunes son similares a las que se aplican en diferentes Estados, por eso hay restricciones para quienes están sujetos a procesos penales, o los que están pendientes o en cumplimiento de una sanción judicial, o quienes son poseedores de secretos del Estado, o aquellos que cumplen con las obligaciones del Servicio Militar.

También hay otras muy propias de la singularidad de Cuba, que responden a la legítima defensa del Estado revolucionario frente a la constante acción subversiva de Estados Unidos, que no renuncia a destruir el orden sociopolítico de la Isla.

Sin embargo, en general, las decisiones que se aplican desde este lunes constituyen una flexibilización que mucho agradece la familia cubana, pues en la profunda transformación que vive el país, la política migratoria tenía que ser también modificada y no podía ser de otro modo.

Ese proceso ha tenido que hacerse sin apresuramientos y calculando todo al detalle para no solo beneficiar a quienes quieren viajar al extranjero, sino también a una emigración que cada vez mayoritariamente trata de normalizar sus relaciones con la Patria.

Eliminar trámites hacia afuera y hacia adentro de Cuba, además de ahorrar dinero y tiempo a la ciudadanía, es una decisión que favorece una emigración organizada y segura, pero, sobre todo, alimenta los lazos familiares, por eso es una legislación para la familia.


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Raúl Menchaca López


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