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sábado, 5 de octubre de 2024

Alejarse de los mitos

Para que se logre la salud sexual y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud…

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 04/09/2016
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Muchas veces se cree que resulta difícil, a lo interno de la familia, el grupo de amigos o de la sociedad en su conjunto, hablar con los niños, adolescentes y jóvenes de temas como la protección en las relaciones sexuales, el embarazo, la anticoncepción, el uso del preservativo, la violencia de género, el aborto como última opción, la eyaculación y la identidad sexual.

No obstante, hoy más que nunca se necesita romper ese mito y dialogar con las nuevas generaciones, sobre todo, acerca de la salud sexual. Ello tiene que hacerse a través de información precisa sobre la base del conocimiento científico, pues para que esta se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos en toda su amplitud.

Según la Asociación Mundial para la Salud Sexual, esta se refiere al estado de completo bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad, que no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o malestar. Supone, además, la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras, seguras, libres de coerción, discriminación y violencia.

Entonces es muy necesario no solo promover que las personas puedan disfrutar de esta esfera de la vida a partir de un adecuado conocimiento de su cuerpo, de los derechos sexuales y de la sexualidad en general; sino también eliminar estereotipos y prejuicios que en muchas ocasiones llevan a malograrse tales propósitos. Y ello cobra especial significado este 4 de septiembre, cuando el mundo celebra el Día Mundial de la Salud Sexual, enfocado a romper los mitos que sobre este tema existen.

Como apuntó Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), en una de las celebraciones organizadas en Cuba, es necesario hablar sin prejuicios a la juventud sobre estos asuntos. “No podemos esperar a que crezcan para hablar. Una educación integral de la sexualidad responde a todas las preguntas, y eso le da mucha seguridad a los jóvenes, más capacidad para decidir responsablemente, y les impide caer en la manipulación de otras personas”.

El Cenesex, como diversas instituciones cubanas, ha buscado las vías más adecuadas para abordar de manera creativa los temas que prepararán a infantes, adolescentes y jóvenes para la vida sexual, reproductiva y familiar; siempre en correspondencia con el grado que cursan, la edad y los intereses de los educandos, con el afán de garantizar el desarrollo integral y armónico de las nuevas generaciones, sobre la base del respeto a la equidad de derechos y deberes sin distinción de género.

No podemos negar que la Mayor de las Antillas, aun con sus dificultades, se cuenta entre las naciones que a nivel mundial respeta y protege los derechos sexuales de sus ciudadanos. Mucho ha avanzado en ese camino. Ahí está, por ejemplo, la posibilidad que tienen las personas transexuales para construir su vida, incluso, a partir de una intervención quirúrgica gratuita que les propicie la reasignación del sexo, y el apoyo jurídico que se les garantiza para su cambio de nombre y de sexo.

Nuestro país ha trabajado por lograr la igualdad en la atención sin discriminación de sexo, por promulgar servicios de salud equitativos para toda la población, así como por mantener acciones que eviten la explotación, el abuso, el acoso sexual, la violencia, prácticas sistemáticas de violaciones y toda forma de trato inhumano, muy cotidianas en otros países.

Las jornadas contra la homofobia y la transfobia organizadas cada año en varias provincias e instituciones del país, la existencia de los Servicios de Orientación Jurídica del Cenesex, que han desempeñado un rol importante sobre la base de lo que transmiten a las personas, son ejemplos loables de cuánto se ha realizado. En el VII Congreso del Partido, celebrado recientemente, se ampliaron elementos relacionados con la no discriminación por orientación sexual e identidad de género, lo cual evidencia un aporte esencial en materia de salud sexual.

También está el Programa Cubano de Educación Sexual, con un abanico de opciones para el enriquecimiento del ser humano, que compromete a toda la sociedad en la educación de la sexualidad desde el inicio de la vida. “Vale destacar su enfoque basado en los derechos humanos, pues hoy se entiende que los derechos sexuales y reproductivos deben ser considerados como tales, un principio que Cuba defiende y trabaja en todos los aspectos posibles”.

Como apuntó Castro Espín, al inagurar este año en Matanzas la Novena Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia, si estamos trabajando por una sociedad justa y equitativa, entonces tenemos que educar, intervenir desde la educación con un mensaje ideológico, revolucionario y transformador de la conciencia, que es como único podremos superar los prejuicios. Que el Día Mundial de la Salud Sexual sería otro camino para hacer realidad ese empeño.


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Yuniel Labacena Romero


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