//

domingo, 6 de octubre de 2024

Cuidar la fertilidad desde edades tempranas

Urge incrementar las acciones de educación sexual en adolescentes y jóvenes para que no asuman comportamientos de riesgo en su vida sexual...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 07/10/2016
0 comentarios

¿Existe un método ideal para que los adolescentes y jóvenes se protejan contra las infecciones de transmisión sexual y a la vez, eviten un embarazo? Pues claro, me dirá quien lee. ¡El condón! Y sí, tienen razón. Ese es un método de barrera ideal para impedir el contagio de enfermedades que luego pueden comprometer la fertilidad de la mujer a largo plazo y, al mismo tiempo, es un método anticonceptivo eficaz ante un embarazo.

¿Que el condón puede romperse o deslizarse? Es posible, pero en ese caso se puede acudir a la anticoncepción de emergencia en la atención primaria de salud, es decir, a ingerir las tabletas indicadas para evitar la fecundación en las primeras 72 horas luego de la relación sexual desprotegida. Con esta alternativa no es necesario acudir a la interrupción de la gestación por métodos más riesgosos, como la regulación menstrual o el legrado.

Parece fácil, ¿verdad? Cualquier adolescente que inicie sus relaciones sexuales puede comprender que con el uso del preservativo garantiza una vida sexual protegida. Pudiera entender rápidamente que si, además de utilizar el condón, hace uso de cualquier otro método anticonceptivo de larga duración estaría asegurando por partida doble su salud.

La adolescente, más que el adolescente, inicia sus relaciones sexuales cada vez a edades más tempranas y con frecuencia, con parejas cuyas edades superan la suya. Son más vulnerables a dejarse convencer de no usar el condón, y el diagnóstico de cualquier patología se hace más complejo. Con el paso del tiempo llegará su deseo natural de tener hijos, y no son pocas las que deben entonces enfrentar las secuelas de una vida sexual irresponsable.

En el XVI Congreso de la Sociedad Cubana de Ginecología y Obstetricia, que hasta el próximo 7 de octubre sesionará en la capital cubana, ha sido un tema recurrente en los cursos precongreso, las conferencias y las entrevistas a expertos en esta rama, la necesidad de incrementar las acciones de educación sexual en adolescentes y jóvenes para que no asuman comportamientos de riesgo en su vida sexual.

El vicepresidente de la mencionada sociedad, Jorge Peláez Mendoza, insistió en su conferencia magistral en la urgencia de que nuestros adolescentes tengan a su alcance la información oportuna que les permita tener relaciones sexuales seguras.

Lo ideal es mantener una doble protección, aseguraba el especialista. “La mujer puede optar por las píldoras anticonceptivas, los dispositivos intrauterinos o los implantes hormonales, como métodos anticonceptivos de larga duración que la mantengan alejada de la posibilidad de quedar embarazada y, al mismo tiempo, usar el condón como método infalible contra las infecciones de transmisión sexual”.

¿Tiene consecuencias no dominar esta información? Por supuesto. Se eleva la transmisión de las infecciones de transmisión sexual con sus consiguientes secuelas en un aparato reproductor del que, tiempo después, se querrá que cumpla con su función procreadora. Por otra parte, se abusa del derecho de acudir a una institución hospitalaria y solicitar la interrupción del embarazo, ya sea mediante una regulación menstrual o un legrado, métodos que, aunque se realizan en condiciones seguras, afectan la salud de la mujer.

¿Las y los adolescentes conocen los riesgos a los que se exponen ellas cuando deciden interrumpir sus embarazos? Tal vez no los conozcan lo suficiente, y por ello no son pocas las que viven esta amarga experiencia más de una vez, en vez de protegerse durante sus relaciones sexuales.

El aborto farmacológico, por ejemplo, es el camino más seguro para la mujer que desee interrumpir su gestación, pues es menos invasivo y más humanizado, es factible hasta las 12 semanas de gestación, y se reduce a tabletas que se aplican por la vía vaginal, rectal o sublingual. Sin embargo, la ginecobstetra Lucía Raysa Menéndez, del Hospital Materno Infantil Diez de Octubre, afirmó que no se recurre a este método tanto como se debiera, a pesar de que está generalizado en el país.

“Si la mujer quiere postergar su embarazo y no asumió conductas responsables ante una relación sexual, el empleo del misoprostol como método abortivo será la vía más segura, aunque no exenta de complicaciones y malestares. Lamentablemente, algunas adolescentes cuando vienen a la consulta prefieren acudir a este método y no al uso de anticonceptivos, y es una triste realidad que el sistema de salud debe prevenir, y junto a nuestro sistema de educación fomentar una cultura sexual en nuestros jóvenes”, agregó.


Compartir

Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


Deja tu comentario

Condición de protección de datos