Diseño en función del desarrollo local comunitario

Desde hace algunos años los creativos cubanos aspiran, desde la Oficina Nacional de Diseño (ONDi), a contribuir al desarrollo económico de la nación. Hoy no puede pensarse en ese tema sin tener en cuenta el desarrollo local comunitario.

En ese sentido, la Primera Bienal internacional de Diseño de La Habana, organizada por la ONDi, tomó el lema “Diseño y prosperidad” para centrar también la mirada en las comunidades.

Entre los objetivos estratégicos del Grupo para el Desarrollo Integral de la Capital (GPDIC), creado en 1987 —a propuesta del Comandante en Jefe Fidel Castro— por un equipo de arquitectos, diseñadores, investigadores, sociólogos y especialistas de otras disciplinas, se encontraba, precisamente el desarrollo de la economía local.

El GPDIC estaba encaminado a garantizar una real y efectiva descentralización de la gestión económica, incrementar la participación popular, mejorar las condiciones higiénicas, sanitarias y ambientales, elevar la calidad de vida de la población y solucionar los problemas de infraestructura urbana.

A tono con esas premisas del GPDIC y con la aprobación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución (el 18 de abril de 2011), en el Instituto Superior de Diseño (ISDi), reconocidos profesionales de Cuba, México y Colombia disertaron acerca dela relación entre el diseño gráfico, industrial y de comunicación visual y el desarrollo endógeno, la identidad cultural de los pueblos indígenas originarios y sobre la importancia de proponer nuevas formas de ver los productos autóctonos de las comunidades.

En exclusiva para Cubahora, comentó el diseñador Boris León Valdivia, Director de la Unidad de Desarrollo del Diseño, de la ONDi, que varios profesores y especialistas del Centro de Información del ISDi presentaron ponencias sobre la necesidad de crear programas educativos específicos en las academias, encaminados a poner el diseño en función del desarrollo local.

“Una experiencia presentada está dirigida al rescate de valores en La Habana mediante la inclusión de la artesanía y la unión de arquitectura y diseño. Esta ciudad nocturna, con clubes y bares, va despertando sobre sus raíces a partir de la recuperación de espacios que se habían ido perdiendo.

”Hubo un trabajo muy interesante del municipio de La Sierpe, en Sancti Spíritus, de desarrollo local endógeno, que propone el uso de materiales desechables o propios de la región para un pueblo donde habitan 3 000 niños y no había un parque infantil.

”El Proyecto Parque Infantil La Sierpe obtuvo un reconocimiento especial del jurado en los Premios ONDi de Diseño (categoría de Diseño Industrial) por el atrevimiento de personas, no totalmente relacionadas con la especialidad, de diseñar buscando la funcionalidad en un espacio”.

Tal como se esperaba, la Primera Bienal internacional de Diseño de La Habana rebasó los muros teóricos para poner a dialogar a los diseñadores con las comunidades. No puede perderse de vista que en el nuevo contexto económico y socio cultural resulta vital volcar la mirada hacia el barrio con la participación consciente de todos.

Como sentenció Boris León: “Todavía al diseño cubano le queda mucho camino por recorrer para observar las necesidades de la población y luego buscar soluciones en cada zona a partir del empleo de materiales locales”.