lunes, 23 de septiembre de 2024

El Barrio Cuba: ¿lo esencial invisible a los ojos?

¿Cuál es el Modelo cubano de bienestar? ¿Qué soñamos?, ¿qué tenemos?... la Dra. Patricia Arés respondió recientemente a estas preguntas en un artículo publicado por el diario Granma. A propósito, Cubahora brinda un acercamiento…

María del Carmen Ramón en Exclusivo 14/05/2013
3 comentarios
Familia Cubana
“Hoy día la dimensión económica no puede aislarse de las dimensiones sociales"

Este Día de las Madres una de mis mejores amigas me envió un mensaje por correo electrónico que me hizo evocar no pocos recuerdos de mi infancia. Katia, quien hace más de tres años vive en otro país, escribió: “Felicítame a tu mamá y dile que extraño dejarle su postal por debajo de la puerta”.

Ella era una de las vecinas del edificio donde viví toda mi niñez y adolescencia. Éramos compañeras de juegos, meriendas, trabajos voluntarios de fin de semana, movilizaciones de pioneros para crear cadenetas que adornaran las fiestas por los aniversarios de los CDR, de viajar diariamente a la escuela y ver los muñequitos todas las tardes.

Sin tener conciencia, fuimos hijas de un Período Especial que nos hizo vivir los apagones más esperados del mundo, porque llegaban con ellos los momentos de tocar guitarra, cantar en los bancos del edificio, jugar al tradicional “veo-veo”, reírnos, contar chistes.

Cuando leí su mensaje confieso que llegaron a mí millones de recuerdos, reflexiones…que a su vez se entrelazaron con un reciente artículo publicado en el diario Granma por la Dra. Patricia Arés Muzio, una reconocida profesional con quien tuve el placer de compartir como estudiante de Periodismo en varias entrevistas.

Tomo como pretexto mi experiencia para compartir algunas ideas expuestas por Arés que me llamaron mucho la atención. La destacada psicóloga tocó un tema muy espinoso en la Cuba de hoy: ¿Cómo lograr que lo que ella llama el “modelo cubano de bienestar” pueda ser asumido por todos como tal? En sociedades dominadas por el consumismo, la proliferación de las nuevas tecnologías y de dispositivos para el entretenimiento de las personas que cada vez más llegan a nuestro país, ¿cómo recordar cada día que, como dice el Principito, “lo esencial es invisible a los ojos”, y va más allá de los recursos materiales?

Para Arés, ese reto pasa por lograr crear redes de intercambio que hagan a las personas sentirse parte de un lugar, que hagan a dos individuos por ejemplo, pese a los kilómetros de distancia, seguir siendo vecinos. Se escribe fácil, pero es bien difícil.

EL BARRIO: NUEVO CONCEPTO DE FAMILIA EN CUBA

¿Cuáles serían las principales razones para decir que es bueno vivir en Cuba? Comienza preguntándose la psicóloga. Explica que la mayoría de los cubanos asumen como principales logros del país la salud, la educación y la seguridad social, pero alerta que estos resultan “muchas veces realidades tan asumidas desde la cotidianidad, que se tornan demasiado habituales o quedan congeladas en un discurso que, a fuerza de repetición, se hace irrelevante”.

Para Arés, el verdadero modelo cubano de bienestar se ha incorporado con tanta familiaridad acrítica que ha quedado invisible a nuestros ojos.

La doctora identifica algunos rasgos que tipifican ese modelo. En primer lugar  se refiere a lo que denomina “el no sentimiento de exclusión, el no vivir "anomia social", es decir, el sentimiento de pertenencia a una familia, escuela, comunidad, centro de trabajo. Eso, para Arés, nos hace únicos.

En segundo lugar, la psicóloga menciona los diversos espacios de socialización existentes en Cuba. Expone que es poco frecuente que los niños o adolescentes dispongan en el mundo de hoy de las plazas públicas, las calles y los parques al aire libre como lugares de encuentro porque no hay seguridad ciudadana, en cambio la vida familiar en Cuba no se produce a puerta cerrada. “La puerta de un hogar cubano puede ser tocada muchas veces por los agentes de fumigación, por los vecinos, por la enfermera, por los dirigentes de base, por los "puerta-propistas". Hay que salir diariamente al mercado, ir a casa de los vecinos para recoger mandados, botar la basura, ir a la farmacia, buscar a los niños en la escuela”.

Y como últimos rasgos cita “la solidaridad social a contracorriente del individualismo”, más allá de otros países del mundo donde el “nosotros” es sustituido por el “yo; y “la creatividad e inteligencia colectiva”, referida al capital cultural acumulado por muchos cubanos y que les permite hablar de cualquier tema.

El verdadero bienestar cubano se define entonces por: vivir en comunidades, interactuar en diversos espacios de socialización y por la capacidad de poder hablar de diversos temas. Como dice Arés, este modelo cubano de bienestar es uno de los principales logros de nuestro sistema, pero ¿cómo potenciarlo?, ¿Cómo no perderlo?

Cuando la doctora apostaba por un concepto superior de familia en el caso de Cuba, y valoraba la familia como redes sociales de intercambio, con los vecinos, con las organizaciones, con la escuela, con los parientes, incluidos los emigrados, yo no podía dejar de recordar otros pasajes de mi infancia que así lo confirman.

El apartamento donde viví toda mi niñez pertenece al reparto Antonio Guiteras, en el municipio Habana del Este, en La Habana. Allí aprendí que, cuando era mi cumpleaños, el pedazo de cake se repartía con cada uno de los 30 apartamentos del edificio y que debía conocer todos los nombres de los habitantes de mi cuadra, para decirles “buenos días”.

Cuando se tienen experiencias como estas, no queda otra que apoyar la tesis de Arés, “ese tejido social en redes representa una de las fortalezas invisibles más grandes que tiene el modelo cubano de bienestar, es ahí donde radica el mayor logro de nuestro proceso social, la solidaridad social, la contención social, el intercambio social permanente”.

Creo que la esencia estaría en ese llamado intercambio social permanente. Arés deja encaminadas algunas directrices que quisiera subrayar a modo de cierre: “hay que continuar tratando de construir un modelo de bienestar alternativo "a la intemperie", bajo todas las influencias que genera la colonización de la subjetividad, incluyéndonos, a pesar del efecto modulador de nuestras políticas sociales. Cuba deberá seguir asumiendo el reto de crear una sociedad de inclusión, de subjetividades, donde prime el pensamiento emocional por encima del consumismo”.

“Una aspiración importante es que en la comunidad se encuentren soluciones novedosas a muchos de los problemas sociales que tenemos basado fundamentalmente en esa visión de la comunidad como espacio potenciado en la solución de los problemas. Para ello se necesitará una mayor dinamización de la comunidad en su capacidad para influir en las problemáticas locales”.

“Hoy día la dimensión económica no puede aislarse de las dimensiones sociales, culturales, históricas y políticas que otorgan al desarrollo un carácter integral e interdisciplinario, para recuperar como objeto fundamental el sentido del bienestar y del buen convivir”.


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María del Carmen Ramón

Se han publicado 3 comentarios


Emilio
 24/5/13 11:45

Es una gran verdad lo que plantea en su exelente artículo (algo que comparto plenamente) pero una parte sustancial de la población sobre todo joven no piensa igual y hay que ser realista en esto.

Maria del Carmen
 14/5/13 15:51

Gracias!!!!!!!

Magda
 14/5/13 10:06

Muy bueno el articulo.

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