sábado, 21 de septiembre de 2024

Historias tras Batas y Estetos*

La grandeza de los profesionales cubanos de la salud va más allá de cifras, metas y misiones, y radica en sus íntimas e intensas historias cotidianas...

Carlos Enrique Morales Valido en Exclusivo 03/12/2012
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Brigada Médica Cubana - 04
La grandeza de los profesionales cubanos de la salud radica en sus historias cotidianas.

Ya los galenos cubanos no se dejan patillas como las de aquel en cuyo honor se celebra cada 3 de diciembre el Día de la Medicina Latinoamericana. Sin embargo, sus vidas no son menos interesantes que la de Carlos Juan Finlay, que descubrió el transmisor de la fiebre amarilla, aunque luego quisieron escamotearle la gloria. Héroes de carne y hueso, que han hecho de Cuba una potencia médica de renombre mundial, a pesar de los pesares…

Isabel dedica sus lunes a cambiarle la vida a la gente, devolviéndole la claridad a ojos que la habían perdido, o que nunca la tuvieron. En un día de consulta puede revisar sin parar decenas de casos, y a todos los trata como si vinieran recomendados por su más querido amigo. Suele decirles "príncipe" a sus pacientes, pero igual los regaña si en el quirófano no la dejan enfocar el Excímer Láser. Sin embargo, sus primeras palabras cuando completa el milagro siempre son "¿Y entonces, me ves más linda?". Muchos quisieran contestarle, pero la emoción los deja mudos…

Gracias a la Operación Milagro, más de un millón 800 mil personas han recuperado la vista en una treintena de países desde su creación en julio de 2004. El más reciente centro oftalmológico cubano en el exterior fue inaugurado la víspera en Argentina, hasta donde fueron los especialistas de la isla a brindar su solidaridad, como en otras regiones…

Wawa se llama Daniel, pero sus pacientes bolivianos le apodaron así porque parece un bebé grande y prieto. Cuando llegó a la Clínica del Colaborador en La Paz, nadie sospechó que aquella inagotable máquina de joder fuera un profesional invaluable en el salón, donde ayudaba a salvar vidas que luego hacía más llevadera en la convalecencia. Se mudó al Cerro con el amor que encontró en las faldas del altiplano, y algún que otro domingo comparte un "planchao" con los otros negrones del barrio, que aún no comprenden como un enfermero intensivista puede ser tan aspavientoso pegándose al dominó…

La cooperación internacionalista de Cuba en materia de salud comenzó oficialmente en 1963, con el envío de una brigada a Argelia. De entonces acá unos 135 mil cooperantes han prestado sus servicios en 107 países, lejos de la familia, en parajes recónditos donde la vida se hace difícil y la soledad la empeora…

Ian es hijo de veterinarios, pero él quiso curar personas. Pese a ser uno de los tipos más flemáticos del hemisferio occidental le detectaron una hipertensión a los 16 años, pero él lo tomó con calma, y de paso se tomó un diurético. Al graduarse lo mandaron a cumplir su servicio social entre guajiros y actores en el Escambray. De ahí lo sacaron una madrugada porque en Perú había temblado la tierra y necesitaban a doctores dispuestos a salvar vidas y dormir en condiciones de campaña. Y allá fue, a curar dolores del cuerpo y el alma, lejos de la casa donde bañarse con agua caliente es religión…

De lejos han venido también a estudiar en Cuba. La Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) ha graduado ya a más de 7 000 jóvenes procedentes de 45 países y 84 pueblos originarios, y aún estudian en sus aulas otros 9 000 procedentes de 54 naciones, entre ellas Estados Unidos, el país cuyo gobierno obstaculiza el desarrollo de los médicos cubanos. ¡Y si fuera solo de los médicos…!

Mileidy perdió su inocencia de niña bitonga de Alamar tras su primera semana como doctora en el Combinado del Este. Aquel penal le mostró los muchos —y feos- rostros de una Habana que no conocía, pese a coincidir en tiempo y espacio. Ser una trigueñaza entre tantos hombres sin mujer la obligaron a sacar espuela y perder el candor, pero recuerda aquellos meses como su mayor lección de humanismo y medicina… y valga la redundancia…

Es duro trabajar con presos, pero su atención médica y estomatológica está garantizada por el sistema nacional de salud pública. También hay un médico en cada medalla olímpica, en cada artista que triunfa, en cada obrero anónimo, en cada campesino agreste y, sobre todo, en cada niño que nace en Cuba, que el año pasado registró la tasa de mortalidad infantil más baja de su historia: ¡4,7 por cada mil nacidos vivos!

Alemán no pudo escapársele por segunda vez a la Pelona, que lo sorprendió —y nos sorprendió- reventándole el corazón a uno de los ginecólogos más prestigiosos de Cuba. De lunes a viernes traía niños al mundo o realizaba sus hitos quirúrgicos, como sus vaginas artificiales, y el fin de semana salía a luchar el condumio como cualquier simple mortal. Su entierro fue una de las más extensas e impresionantes manifestaciones de dolor que recuerde Santa Clara. A la semana nació Nestico, tan sano e insolente que le regaló a su neonatóloga un certero chorro de orine… No es fácil ser médico…

* El texto originalmente fue publicado en exclusivo en Cubahora el 3 de diciembre del 2009. Por su vigencia e interés,  se le ofrece nuevamente a los amigos de Cubahora.


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Carlos Enrique Morales Valido


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