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sábado, 5 de octubre de 2024

La herencia de oro

Desde las artes, la literatura, los juegos, la ciencia, el deporte, las nuevas tecnologías… los niños cubanos amanecen este domingo de fiesta para celebrar su día, una fecha que propuso el líder histórico de la Revolución…

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 17/07/2016
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Los más pequeños de casa amanecen este domingo de fiesta y con el corazón feliz. Nada ni nadie podrá impedirles que festejen a toda plenitud el Día de los Niños, una celebración que deben al líder histórico de la Revolución, cuando hace 43 años, en un acto efectuado en el Campamento de Pioneros del Parque Lenin, en la capital del país, propuso la celebración, cada tercer domingo de julio.

El agasajo para los que saben querer ocupa miles de escenarios. Desde las artes, la literatura, los juegos, la ciencia, el deporte, las nuevas tecnologías… se festejan a fuerza de color y alegrías la fecha. La risa, el entusiasmo y la creatividad se apoderan de nuestros príncipes en sus casas, en las escuelas, en las comunidades…Y es que a esos pequeños hacedores de felicidad, Cuba los trata como “la herencia de oro” de la que habló Martí.

Arte y parte en la celebración tienen también, y mucha, los palacios, campamentos, centros de exploradores y otras instalaciones pioneriles con que cuenta el país, las casas de cultura, los Joven Club de Computación y Electrónica, canchas deportivas, parques infantiles, cines, teatros y otros centros de recreación. La fiesta se expande, además, por los hogares de niños sin amparo filial, las escuelas especiales y de formación integral, los hospitales pediátricos o con salas especializadas en la atención infantil.

En una fecha como hoy dejamos en casa o preparamos el mejor de nuestros bocados, lo más tierno de nuestra literatura, lo más ingenioso e inmunizante de nuestras vacunas, lo más seguro de, amanecer cada día mochila en mano y escuela a la vuelta de la esquina y maestro allí. Amanecen, no como los millones de infantes que en el mundo llevan consigo hambre, insalubridad, ausencia de agua potable, de clases y maestros, de empleos para sus padres… sino confiados en el futuro de la Patria.

Y será esta otra jornada para que entre aplausos, risas, globos y ovaciones, los niños canten a la vida, a los sueños, a la inteligencia, a la bondad, a un mundo mejor para todos, ese que también Fidel les ha enseñado que es posible construir. Y será otra jornada para seguir demostrando que en Cuba cada minuto pertenece por entero a los pequeños, pues como aseguró el Apóstol “paralos niños trabajamos, porque ellos son los que saben querer, porque ellos son la esperanza del mundo”.


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Yuniel Labacena Romero


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