Llegamos poco antes de las 10 de la mañana a la Tienda de Copextel situada en 41 y 34, en el municipio capitalino de Playa y aunque percibí algunos espacios vacíos en las estanterías, en venta estaban productos que, como se anunció con anterioridad, se expenderían en este establecimiento y en uno similar, ubicado en Galiano y Dragones, en Centro Habana.
Bombillos led, interruptores, cables de conexión de computadora, pinzas, conectores de sonido, audífonos con bluetooth, equipos de sonido, breakers y kits de paneles fotovoltaicos, entre otros. Los precios, tal y como leí en algunos comentarios en las redes sociales, no son baratos. Ya la empresa había advertido que estos productos de eficiencia energética se venderían en pesos cubanos, pero convirtiendo las tarifas anteriores en divisas a la tasa oficial de cambio de 120 CUP por cada unidad de Moneda Libremente Convertible (MLC). Obviamente, para el cubano que vive del salario que percibe, no resulta rentable, por ejemplo, comprar por más de medio millón de pesos esos kits de paneles fotovoltaicos. Sin embargo, cada vez que se coloca en venta uno de esos, se agota, según me confirmaron los trabajadores de la tienda visitada.
El ingeniero informático Liu San-Yee, de la Gerencia Comercial de Copextel, quien asume el rol de dependiente en la filial de Playa de la Empresa, nos comentó que, desde su apertura, la tienda ha tenido considerables ingresos, pues la población ha adquirido muchos productos.
Ahora no disponemos de ventiladores, cajitas decodificadoras, baterías de litio para triciclos ni calentadores de agua, pero cuando los hemos tenido en venta, muchas personas llegan a nuestra tienda porque su demanda es elevada, acotó.
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Explicó que en el caso del equipo cuyo precio es alarmante para la mayoría, no pocas personas naturales lo han adquirido para garantizar su consumo eléctrico en caso de apagón. Además, muchos de los que poseen un negocio en casa, encuentran rentable adquirirlo, porque le pagan menos a la Empresa Eléctrica, teniendo la electricidad garantizada por esta vía de energía renovable.
Consciente de esa “ventaja”, un cliente que se presentó como marino mercante, reconoció que aun así, resulta mejor importarlo desde China, por ejemplo, porque su precio equivaldría a 2500 dólares, aproximadamente, y el que se ofrece en estas tiendas es casi el doble. No obstante, para los que no tienen esa opción, considera que puede resultarle cómodo acudir a Copextel, quien además le facilita la vía para instalarlo.
Aldania Linares, especialista comercial de Copextel y también atenta a los pedidos de los clientes, aseguró que las colas se hacían desde la madrugada para adquirir los productos que, en otros escenarios, se venden al doble o el triple de su valor. Por eso, insistió, limitamos la cantidad de mercancía de cada cliente porque no apoyamos el acaparamiento para revender. “Una persona puede comprar cinco o diez bombillos para su casa, y es creíble, pero una cifra muy superior, ya es sospechosa”.
Justamente Katia y su esposo llegaron desde Guanabo para adquirir ese producto, cuyo valor es de 350 CUP. Compraron varios, pero fue engorrosa la operación mercantil porque el mensaje de confirmación del pago vía electrónica no le llegó a la dependienta, a pesar de que a ella le notificó la aplicación el descuento de su saldo. Es muy cómodo pagar de esta manera pero no podemos estar tranquilos si la conexión no acompaña, dijo Katia. Dejaron sus datos personales porque al cabo de una hora no podían esperar más, y ojalá haya llegado el mensaje y por supuesto, el dinero como pago realizado.
Dos vecinas del lugar afirmaron mantenerse al tanto del suministro de aquellos productos que saben son muy demandados, “para correr la voz, porque si alguien quiere comprar alguno, entonces debe ir a una tienda MLC, que no siempre se tiene esa posibilidad, o recurrir a las redes sociales que están inundadas de aprovechadores o a las mesas de venta de los barrios, en las que puedes encontrar de todo, pero con mayores precios también”.
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Lo que sucede, como me comentó después un médico habanero, es que el pueblo honesto y trabajador sigue sin tener acceso a lo que se dispone, supuestamente para él. “Uno espera con ansias que una tienda abra un día con productos necesarios para la vida cotidiana, como un breaker, y que con el salario que se obtiene, se pueda adquirir, aunque sabemos que siempre se venden los artículos con un precio muy superior al que cuesta y al que puede pagar un ciudadano común. Mientras, los que reciben ayuda monetaria del exterior o tienen una economía más holgada por estar vinculados al sector no estatal, son los privilegiados”.
Un colega, cuyo hermano reside en el centro del país y percibe ganancias significativas por su trabajo en la agricultura, me inquirió por la posibilidad de que esas tiendas se encuentren fuera de la capital, “justamente porque los equipos para la energía renovable deben expenderse donde más persistan los apagones”.
Poco tiempo ha transcurrido desde que ambas tiendas abrieron sus puertas. A la espera de la información precisa que puedan brindar desde la Empresa, esperemos que se estabilice el suministro de todos los artículos y que se estudien estrategias para extender la oferta al resto del territorio nacional, a la par que deben ser analizados los precios para una mayor satisfacción de la población cubana general.
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