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martes, 1 de octubre de 2024

Mariposario: un lugar especial de La Habana (+Fotos)

Una de las cuatro sorpresas del programa Rutas y Andares para descubrir en familia es un recorrido por la Quinta de los Molinos, donde se encuentra emplazado el primer Mariposario de Cuba...

Maya Ivonne Quiroga Paneque en Exclusivo 06/07/2015
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El Mariposario propicia el acercamiento al ciclo vital de las mariposas.

Es una mañana de sábado y varias familias desandan los caminos de un paraje muy parecido al paraíso: un lago artificial, pavos reales, fuentes con peces de colores, flores, árboles milenarios poblados de aves cantoras. Es la Quinta de los Molinos, una muestra palpable de biodiversidad. Y es que allí radicó el Jardín Botánico de La Habana, en el siglo XIX.

Este paseo sabatino posibilita andar un buen trecho entre tanto verdor y descubrir unas 170 especies de la flora, entre ellas una bicentenaria ácana, el exótico árbol Bala de Cañón, el del viajero y el del pan.

Nadie permanece impasible ante tantas bellezas naturales presentes en este sitio declarado Monumento Nacional en 1981 y que fue devuelto a los habaneros en el año 2006 cuando la Oficina del Historiador de La Habana emprendió la revitalización de su fondo patrimonial.

Hoy la Quinta es un centro permanente de educación ambiental a través de talleres,  festivales del medio ambiente, conferencias y otros eventos dirigidos fundamentalmente a las personas discapacitadas, adultos mayores, adolescentes, jóvenes y niños de las escuelas primarias de Plaza de la Revolución, Cerro y Centro Habana. 

Un Mariposario en La Habana

Este verano la Quinta de los Molinos tiene una novedad para la familia cubana. Hacia la mitad del jardín se localiza un laboratorio o cuarto de cría donde se aprecian varias larvas de mariposas,  antes de convertirse en pupas y finalmente alcanzar la fase adulta.

Muy cerca de allí algunas personas esperan su turno para penetrar a un recinto sagrado. Luego de aguardar unos veinte minutos, las familias logran entrar a un jardín de ensueños que ofrece a la vista un  momento único e irrepetible. Por unos instantes, se olvidan del ruido de una urbe muy cercana y vuelven en el tiempo a la infancia, ese tiempo feliz donde no habían preocupaciones.

La causa de tanta dicha es el Mariposario, ubicado en una nave de estructura metálica cubierta con malla: un área pequeña de 12 metros por 14 metros. Se trata de un espacio cerrado con condiciones de humedad, temperatura y alimentación adecuadas para la exhibición y reproducción de mariposas en un medio natural.

El Mariposario era un viejo anhelo de la Facultad de Biología, la organización civil Patrimonio, Comunidad y Medio Ambiente, y la Quinta de Los Molinos. Fue concebido para la interacción del público con estos insectos, con el propósito de lograr una mayor sensibilización y cuidado de los mismos.

En él, los niños corren extasiados cámara en mano, por los pequeños senderos, tratando de captar la instantánea, en pleno vuelo, de mariposas amarillas con listas negras. Es algo verdaderamente difícil aún para los más experimentados fotógrafos.

Las mariposas vuelan felices y con orgullo se posan encima de las plantas hospederas y  productoras de néctar, que ellas eligen para su alimentación. Saben que son las reinas absolutas de este vergel que alberga ejemplares de seis especies autóctonas de la Isla, entre ellas:  la conocida cebrita, la Asia moluste, la dria y la danaus.

Hace años dejaron de verse en muchos jardines habaneros. Por eso la mirada asombrada de los visitantes y la emoción que embarga lo mismo a grandes que chicos. Esta maravilla, cercana a la Avenida Carlos Tercero, donde el humo y el hollín se confunden con el palpitar de una ciudad, fue posible gracias a la Sociedad Civil Patrimonio, Comunidad y Medio Ambiente, Organización No Gubernamental de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

Si su valor solo radicara en el placer que produce a la vista este escenario estético ya valdría la pena su existencia pero, además, los pequeños insectos voladores de la familia de los lepidópteros, traen grandes beneficios a los ecosistemas donde habitan.

Por eso, el equipo de especialistas, liderado por el microbiólogo Roberto Rodríguez,  está  convencido de la importancia de un proyecto como este -enclavado en la zona de Centro Haban,a donde la vegetación es escasa-, no dudaron en trabajar intensamente durante un año para regalarle a la comunidad este tesoro viviente.

La noticia comienza a correr entre la población y muchos anhelan visitar el primer Mariposario de Cuba, con capacidad para unas veinte especies de mariposas autóctonas y treinta variedades de plantas.

Por el momento, una de las cuatro Rutas Especiales del programa Rutas y Andares para descubrir en familia es un recorrido por la Quinta de los Molinos. Además, los especialistas de la Quinta impartirán talleres para niños como Conozcamos las mariposas, En defensa del bosque, Confección de manualidades ecológicas, Conozcamos las cotorritas, entre otros.

Precisamente, el gran premio del programa veraniego será un recorrido por este lugar concebido con fines científicos, educativos y ejemplo del uso sustentable de los recursos naturales. A partir del mes de septiembre, el acceso al Mariposario será mediante el sistema de visitas guiadas.


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Maya Ivonne Quiroga Paneque

Periodista, locutora, guionista y directora de radio y televisión


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