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sábado, 5 de octubre de 2024

Ni Santa, ni Clara…sencillamente entrañable

Así se define una ciudad que es orgullo por su historia, su cultura inmensa, sus tradiciones, su modernidad, su gente siempre tan abierta…

Leticia Martínez Hernández en Exclusivo 15/07/2016
1 comentarios

Pocas ciudades tienen su encanto. Cierta distinción suele aparecer cuando uno de sus hijos usa el gentilicio que lo ata a ese pedazo de tierra en el centro del país. Esté donde esté, en el Mediterráneo, en el Cerro o en el mismísimo Parque Vidal, el santaclareño tiene una conexión especial con el sitio fundado 327 años atrás por 18 familias remedianas que, huyendo de piratas y corsarios, encontraron allí asiento seguro.

Dice Sabina que “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”, pero la santaclareña que escribe discrepa soberanamente. Algo en el pecho se dispara a partir del kilómetro 259 de la autopista nacional. Y no es solo el sentimiento bueno que nos crece a todos por el lugar donde vimos la luz inicial. A esa maravilla de sentirse identificado con un espacio terrenal, se suma también, al menos en el caso de los que habitan Santa Clara, el orgullo por su historia, su cultura inmensa, sus tradiciones, su modernidad, su gente siempre tan abierta…

Para decirlo sencillo: Santa Clara es su Parque Vidal y la nube de totíes al caer la tarde, que nadie sabe de dónde aparece ni a dónde se va luego;  es el hermoso teatro La Caridad, bordeado por un muro que se le ha quedado el nombre de “Malecón sin agua” y que no tiene noches de soledad; es la estatua del Niño de la Bota agujereada, por la cual no siempre sale el agua; es el Coppelia y sus colas; es la Loma del Capiro, sus enamorados y esa vista sublime que regala; es el monumento al tren blindado que descarrilara el Che Guevara y que pusiera en jaque mate a la dictadura de Batista; es su Plaza de la Revolución con la estatua del Guerrillero argentino a 16 metros de altura y sus restos mortales a la vera de una llama eterna.

Santa Clara es también su bullicio y sus pregoneros; los carretones de caballos que suben y bajan toda la ciudad; los ríos Bélico y Cubanicay, que antes se llamaron de la Sabana y del Monte e inspiraron a renombrados poetas, pero que hoy dan ganas de llorar; es su Mejunje, ese espacio donde siempre cupimos todos; es su Universidad prestigiosa; es el estadio Julio César Sandino y el color naranja; es la iglesia del Carmen y las columnas de mármol situadas en su explanada, con los nombres de aquellas familias que un 15 de julio vieron nacer la ciudad.

Desde entonces nos llamamos “pilongos”, aunque no hubiésemos sido bautizados en la antiquísima pila de la Parroquia Mayor donde fueron bendecidos los primeros hijos de Santa Clara. Y aunque este nuevo aniversario de la urbe vuelva a agarrar a muchos fuera de sus límites geográficos, no habrá santaclareño que no añore escuchar la Diana Mambisa de esta madrugada, que no desee reencontrarse en el Puente de la Cruz o en el Parque del Carmen, que no quiera poner sus manos para sostener las ofrendas de flores que llegarán hasta el monumento a  Marta Abreu, la patriota y benefactor de la ciudad, o que no sueñe con ser parte de la fiesta que este día se desata. 

Desde el Mediterráneo, el Cerro, o el mismísimo Parque Vidal serán muchos los que en este nuevo aniversario estarán deseando larga vida a una villa que no es ni tan Santa, ni tan Clara…es sencillamente entrañable.


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Leticia Martínez Hernández

Madre y periodista, ambas profesiones a tiempo completo...

Se han publicado 1 comentarios


Cuco
 21/7/16 15:19

Hola yo tambien soy pilongo , pero importado igualito que aquellas 18 familas que vinimos de Remadios . Pero eso no me demerita como pilongo para nada, llevo muchos años atado a estas ciudad y sus particualaridades y su encanto desde 1980 estoy ligadao a a ella de muchas formas  . y en casi todas me gusta su espiritu cosmopolita  de aldea culta , abierta y agradable hace 29 años que vivo alli y la unica cosa que no le perdono es que no tiene al mar al doblar la esquina , que para mi es vital pero no importa teien todo lo bueno que la hace mi amiga y confidente . todo eso es mi Santa Clara .

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