domingo, 22 de septiembre de 2024

Para que tu perfume sea solo tuyo

La autenticidad es la premisa del trabajo de los perfumistas, quienes además de tener un buen olfato, gozan de extrema sensibilidad para diseñar las fragancias y ofrecer confianza...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 06/02/2013
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“Lo que me atrapa es la sonrisa del cliente cuando huele su fragancia"

Gustamos de los perfumes como parte de nuestro atavío. Algunos los prefieren dulces; otros, florales... Colonias, esencias, cremas, todo lo que lleve un olor agradable y que al interactuar con nuestra piel nos haga sentir limpios, atractivos, distintivos, nos agrada.

Pero, ¿alguna vez ha pensado en la posibilidad de tener un perfume único? Sí, uno que se haya creado solo para usted y que por lo tanto, responda a sus gustos, preferencias, sensaciones.

Pues ese es el trabajo diario de la ingeniera química y perfumista desde hace casi 20 años Clara Iglesias Cremallery, quien trabaja en la Casa Cubana del Perfume en el Centro Histórico de La Habana Vieja, en el área de perfumes personalizados.

“El buen olfato es esencial en el trabajo de un perfumista y esa, entre otras habilidades, es puesta a prueba en los exámenes olfativos que se realizan en la empresa Suchel cuando alguien egresado de Ingeniería Química o Farmacia se interesa por este trabajo. Sin embargo, se requiere también de sensibilidad extrema y hasta de un poco de psicología”, dice, sonriente, Clara.

Cada día recibe a personas, algunas seguras de sus gustos y otras no tanto, que acuden a sus servicios para tener una fragancia personalizada. Y es un reto constante el de Clara poder conocerlas y mediante su entrevista y conversación elaborar el perfume que vaya bien con sus personalidad y sus preferencias.

“Cuando trabajé en Suchel Fragancia, la creación era distinta. Allí los perfumistas diseñan las fórmulas a partir de distintos criterios. Si se quiere producir y comercializar una fragancia para la noche o para el día, para hombre o para mujer, suave o fuerte, en fin, el trabajo creativo se encamina hacia el cumplimiento de esos supuestos.

”A diferencia de lo que sucede en otros países, aunque la creación es individual, luego los perfumistas se reúnen, y en colectivo valoran sus diferentes propuestas, hasta elegir la que más se corresponda con lo solicitado. El mismo procedimiento se sigue con la creación de cremas, jabones, detergentes, entre otras sustancias”, explica Clara, creadora de la línea de crema, desodorante y perfume Camerata.

El trabajo directo con el cliente es diferente y tal vez, aunque no lo parezca, más complejo, pues no existe una guía establecida para su conocimiento y ha sido la experiencia de Clara y su “sexto sentido” el que le ha proporcionado buenos resultados.

“En mi área tengo todas las materias primas naturales y químicas que necesito para diseñar una fórmula según las peticiones del cliente. Podemos obtener fragancias frutales, florales, maderables, verdes, cítricos, de especies, entre otras, y su satisfacción es la prioridad. Pero no cabe dudas de que para ello hay que tener paciencia, y darle tiempo a discernir qué le gusta de todo lo que huele”, añadió.

—¿Cuán difícil, desde el punto de vista químico, es hacer un perfume?

—No es difícil. Para entender la creación de un perfume hay que conocer la pirámide olfativa. En el fondo, con el mayor por ciento, estará la sustancia “elegida” por el cliente, la que perdura en la piel, la que define la fragancia. En el medio, también llamado el corazón de la sustancia, hacemos una combinación de esencias y en la cima está la primera impresión, lo que es más volátil, lo primero que olemos al destapar un pomo, pero que no necesariamente es lo que perdura.

“En el caso de las fragancias que llevan alcohol, claro está, los distintos componentes de la fórmula deben interactuar con él. Por ello se necesita de un proceso de envejecimiento, para el que yo le indico al cliente que debe dejar reposar la sustancia por un período de 25 días antes de usarla, teniendo en cuenta que el proceso de elaboración es completamente artesanal.

”Pocos países ofrecen este tipo de servicio, según he investigado y me han comentado los turistas que acuden con frecuencia a esta área de la Casa Cubana del Perfume. Lo más distintivo es que, además de “construir” olores en conjunto con el cliente para lograr la fragancia que desea, la fórmula queda registrada con un código que permite su repetición cada vez que el cliente así lo quiera”, detalló Clara.

Preguntarle a esta perfumista qué es lo que más le gusta de su trabajo puede ser una pregunta reiterativa, pero nunca innecesaria, luego de escucharla hablar con tanta pasión.

“Lo que me atrapa es la sonrisa del cliente cuando huele su fragancia, y me la agradece. Saber que ha quedado satisfecho e identificado con ella es el premio a mi trabajo, es el éxito de mi desafío. Todos los días obtengo olores nuevos, no dejo de estudiar y aprender y sobre todo, además de ofrecer autenticidad, para que cada cual tenga el olor que sea solo suyo, ofrezco confiabilidad, porque lo hacemos paso a paso, juntos”.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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