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sábado, 5 de octubre de 2024

Violencia de género: ¿garantía del poder masculino?

La dominación y las reglas de género, a nivel social, siguen siendo las del poder masculino...

en Cubaperiodistas 11/08/2016
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Un anuncio televisivo, alguna vez, ha mostrado una escena de discusión y maltrato subida de tono en la que una mujer, en medio de la disputa, agrede a su pareja…e inmediatamente un mensaje  exhorta a poner fin a la violencia de género. Luego, en un debate sobre una investigación estadística, se escucha decir que no hay diferencias notables entre la violencia que se ejerce contra las mujeres y contra los hombres.  Luego, durante un análisis sobre el tema entre profesionales, se desliza la opinión de que urge prevenir la violencia de género, se ejerza sobre las mujeres o sobre los hombres….

Estas y otras situaciones, repetidas en el tiempo, evidencian que hay todavía mucho desconocimiento y confusión acerca de qué es la violencia de género, esa que ya se reconoce como un problema social y de salud en todo el mundo, que requiere políticas de prevención y, sobre todo, de protección, ayuda y acompañamiento integral a quienes lo padecen. Pero que muchas veces, también, se maneja arbitrariamente, fuera de contexto, y termina por tendernos una trampa en la cual el mensaje acaba siendo contraproducente, como en los ejemplos anteriores, al punto de tener un efecto totalmente contrario.

Por eso es bueno volver a los conceptos elementales. Detrás de todo acto de violencia, mínimo o extremo, se esconde siempre un desequilibrio de poder. Muy sucintamente, esa puede ser una definición válida para entender las esencias de cualquier acto de violencia. Alguien se siente o se cree superior, poderoso, por encima, para decidir y disponer sobre otra persona. 

Llevado ese criterio a lo que es violencia de género, entonces, supone el ejercicio de la violencia y el poder que tiene como base motivos de género. Esa se ejerce, fundamentalmente, sobre las mujeres, pero también sobre todas aquellas personas que no adoptan la normativa heterosexista de la dominación masculina.

Porque no se trata ni puede reducirse a un tema del sexo de agresor y agredida, sino a las relaciones de género y dominación que, históricamente, se han establecido en función de los atributos socialmente asignados a lo femenino y lo masculino. Y eso es lo que lleva, justamente, a que ellas sean mayoría entre las personas desestimadas, maltratadas y discriminadas por su condición de ser mujeres.

La socióloga cubana Clotilde Proveyer Cervantes, profesora de la Universidad de La Habana y precursora de los estudios sobre violencia de género en Cuba, lo ha resumido en la frase “es la violencia del patriarcado como sistema de dominación”.

Entre otras ideas, la profesora enfatiza que la violencia de género es aquella que “se ejerce para legitimar y defender el poder y el dominio patriarcal”. Y para evitar confusiones, la enmarca también en otras denominaciones posibles: violencia sexista, violencia machista, violencia masculina. “Se ejerce fundamentalmente contra las mujeres y también contra posturas que se identifican con la construcción cultural femenina”, apunta la socióloga.

Este tipo de maltrato,  en todas sus variantes, por razones de género, la padecen fundamentalmente mujeres y niñas, pero también otras personas que, en sus construcciones identitarias, se asocian a la identidad femenina o transgreden la masculina.

No significa esto, sin embargo, que no falten mujeres que ejerzan la violencia contra su pareja, ya sea como parte de lo que se conoce como violencia cruzada en las relaciones de pareja o como violencia reactiva, esa que ocurre cuando ellas han recibido y acumulado mucho maltrato y reaccionan violentamente a estos hechos, sobre todo cuando enfrentan un alto riesgo para su vida.

Las estadísticas internacionales indican que  cerca de 75 por ciento de la violencia de pareja corresponde  a abusos que practican los hombres contra las mujeres. “Esa es la que se ejerce para legitimar y garantizar el poder masculino”, explica Proveyer.


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Se han publicado 1 comentarios


JUDITH
 29/11/18 12:06

Hay que incluir en los programas de estuidio desde el Circulo Infantil, acciones que contribuyan a que nuestra sociedad se libre de este mal que tanto dolor causa aún en nuestras mujeres desde su niñéz. Hoy todavía escuchamos exigir a las niñas que hay que cooperar en la casa y si tiene un hermano barón, vemos  a este jugando en la calle o viendo muñequitos sin ser molestado. Ejemp`los como estos son una muestra de que en nuestras familias, las madres sobre todo tienen que velar porque desde que se es una niña ya haya igualdad de deberes y derechos

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