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sábado, 23 de noviembre de 2024

Conversación sobre “La dictadura del videoclip” (I) (+Videos)

Entrevista al Dr. Jon E. Illescas, autor del libro "La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados"...

José Ángel Téllez Villalón
en Exclusivo 04/01/2019
2 comentarios
Contraportada del libro La dictadura del videoclip
Contraportada del libro "La dictadura del videoclip".

Comienzo este 2019 compartiendo mis intercambios con Jon E. Illescas, un joven español, de Alicante, que se graduó de Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Miguel Hernández y Doctor en Sociología y Comunicación por la Universidad de Alicante. Quien en las páginas de Rebelión y de El Viejo Topo ha venido presentando sus esclarecedoras tesis y descubrimientos sobre la industria cultural hegemónica, los videoclips y las llamadas celebreties, con lo que el capitalismo consigue el consenso cultural e ideológico, la perpetuación de su sistema de dominación y la dilución de la rebeldía. Claves y luces acopiadas en un libro “que vale lo que pesa” y que urge publicar y dar conocer en la isla.

—Comencemos por tu libro La dictadura del videoclip, ¿por qué su título? ¿La dictadura es del videoclip o con el videoclip?

—Es una dictadura de facto, auditiva y audiovisual, debido a que nos la encontramos en muchos espacios públicos que frecuentamos por otros motivos ajenos a la fruición musical (un supermercado, un centro comercial, un gimnasio, el coche de un conocido, la fiesta de un amigo, etc.). Es una dictadura que se ejerce mediante el control oligopólico de la producción y distribución de la música de masas, junto a la atracción por medio del estímulo de nuestros instintos más básicos (y allí entra lo que llamo la “sexocracia”, dirigida a los jóvenes adolescentes).

—¿Pensando en qué lectores lo escribiste? ¿Para los jóvenes, blanco principal de estos instrumentos de dominación, o para los más viejos; tal vez padres, abuelos, críticos de estos fenómenos, políticos, militantes, revolucionarios, decisores de políticas públicas en el campo cultural…? ¿Acaso para realizadores de audiovisuales?

—Para todos ellos, pero sobre todo para los educadores, donde entran, o deberían caber, todos los adultos que has citado.

—¿No te preocupó, teniendo en cuenta las preferencias de los jóvenes de hoy, homo videns, la extensión y profundidad del libro? ¿Has pensado en alguna forma de transferirlo a sus nuevos canales y códigos de comunicación? Lo digo pensando en fórmulas cercanas a las caricaturas que acompañan los textos de tu libro, por cierto, muy divertidas.

—Pues había pensado en algo así para promocionarlo, pero la idea que sugieres me parece genial. Ahora solo hace falta encontrar al grupo de personas que estarían dispuestas a tal trabajo creativo y de agitación pedagógica-política (risas). En serio, sería una gran idea. Sin embargo, lo cortés no quita lo valiente y es necesario que los jóvenes además de pensar mediante el —muchas veces frenético— lenguaje audiovisual reflexionen con los tempos y la profundidad que solo pueden proporcionar los libros.

—¿Conocías antes al caricaturista o lo puso la editora? ¿Comparte tus ideas sobre el videoclip?

—Lo conocía como fan suyo que soy desde hace muchos años. La idea de contactar con Miguel Brieva fue mía y el editor confió en mi criterio. Cuando le pasé algunos capítulos del libro se interesó y se implicó más allá de lo profesional con el trabajo, algo que le agradezco de corazón. De hecho, Miguel Brieva también es músico y tiene un grupo fuera del mainstream llamado Las Buenas Noches. No sabría decirte si comparte todas las ideas que expongo en el libro, pero sí la gran mayoría y por eso fue un placer trabajar con él. Desde el principio hubo sintonía. Uno de los mayores placeres que me produjo el arduo trabajo de escribir La dictadura del videoclip fue conocer mejor a Miguel y pasar de ser un fan a un fan que también es amigo.

—¿Qué papel juegan los videoclips en la “globanalización” (globalización de lo banal), en la exclusión del “rebaño desconcertado” de los asuntos públicos o políticos?

—Para los jóvenes, y muy especialmente los adolescentes, un papel clave. Porque desactivan el descontento casi natural de la juventud por el mundo que los rodea mediante temas, como bien dices, banales. Reorientan esa rebeldía consustancial a la juventud hacia cuestiones inofensivas para el capitalismo. Y desactivar a la juventud no es cualquier cosa. La juventud es uno de los pilares de cualquier revolución social, cultural o política (o ambas a la vez).

—¿Qué importancia le confieres dentro de la cultura hegemónica que fabrican y reproducen los 365 días del año, el slogan resumido así por Galeano: “Dime cuánto consumes y te diré cuánto vales”?

—Aunque entiendo el porqué de Galeano, en el caso de los videoclips lo cambiaría por “Dime qué consumes y te diré quién eres”. Como profesor de secundaria te puedo decir que si analizas lo que los jóvenes consumen en televisión e Internet (y mucho de lo último son videoclips) con el entorno socioeconómico de donde proceden, tendrás un retrato bastante cercano de su carácter. Y cuanto menor es el capital económico y cultural (siguiendo a Bourdieu) de los jóvenes en cuestión, mayor es la influencia de las industrias culturales burguesas en sus vidas. Por ende, nos encontramos ante un escenario altamente desfavorable para cualquiera que se considere socialista. Es un campo muy difícil de sembrar porque ya ha sido previamente sembrado hasta la extenuación, pero con otras semillas.

—Pero no es para echarse a llorar, ¿no?

—Si del llorar emerge una rabia constructiva muy necesaria, bendita sean las lágrimas. Quien no puede llorar no puede amar y quien no puede amar, siguiendo al Che, no puede ser un revolucionario cabal. El caso es que hay que ser realista para saber de dónde partimos y vislumbrar todo el trabajo que nos queda por realizar.

“Es más, en estos tiempos de banalización de todo pensamiento profundo (incluso en los partidos de izquierda), pensar y cultivar la mente es totalmente revolucionario e incluso irreverente. Creo que hay que multiplicar los ateneos socialistas en todos los grupos de izquierda y popularizar el marxismo. Lo digo así de claro. La nueva izquierda puso en el tapete temas importantes que a veces estaban relegados en los círculos marxistas, pero supuso el principio del debilitamiento de una contrahegemonía científica por una cultura minoritaria dedicada a cambiar el sujeto revolucionario de la clase obrera por una multitud de sujetos que pertenecían a minorías que por defecto no podían llegar a ser nunca mayoritarias (la comunidad LGTB, los inmigrantes, las mujeres, etc.) Un marxismo inteligente, actual, que empodere a los militantes y no los duerma de aburrimiento por utilizar un lenguaje que no es el suyo, porque fue parido hace casi dos siglos, es urgente. El marxismo está vivo porque el capitalismo sigue vivo y coleando pese a todas sus crisis, el problema es que muchos marxistas que conocen lo que Marx dijo parecen muertos en vida y nadie se quiere acercar a la muerte, por puro instinto de supervivencia. Por esa razón, mi obra, pese a ser muy sesuda en algunas partes, intentó conectar con un público mayor con las caricaturas de Miguel Brieva y con un tono divulgativo y divertido que no hiciera la lectura más difícil de lo que, en algunas ocasiones, no tenía más remedio que ser. Marx decía que ‘en la ciencia no hay caminos reales, y solo tendrán esperanzas de acceder a sus cumbres luminosas aquellos que no teman fatigarse al escalar por senderos escarpados’, sin embargo, podemos ponernos unas buenas botas, esforzarnos por ser buena compañía y contar chistes por el camino. Quizás así alguno de los miles de millones de trabajadores explotados quiera asumir el reto y el esfuerzo de cultivarse en el marxismo para cambiar la realidad más allá del camino sin salida que supone la socialdemocracia”.


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José Ángel Téllez Villalón

Periodista cultural

Se han publicado 2 comentarios


YoelArt
 4/1/19 10:27

Aun cuando no tenga el libro (lo cual me encantaria) si me encuentro muy en sintonia con lo que se refleja tanto en el articulo como en la obra citada. Cierto que la banalidad esta tan globalizada que es alarmante, pero tambien existen otros (cada vez mas minoria, lo acepto) que tambien proponen otros rumbos y por el solo echo de ser algo diferente, o peor... desconocido son apartados cuando menos .... demonizados, cuando mas. Y eso ya ni siquiera tiene que ver con la publicidad o las grandes estrategias mediaticas de uno y otro bando. Encerrarnos en la burbuja de un micro-universo tampoco sirve... o sea aceptamos que los videoclips de muchos artistas son altamente comerciales, banales y hasta machistas, sin dejar de pasar por ideotizantes, faltos de mecha e inclusive llenos de mensajes que pueden o no ser parte de un plan mas global que solo aparentar modus vivendi de quienes aceptan las reglas del capitalismo rampante.  PERO .... y utilizo la palabra como giganteco Slach, punto y aparte, y los otros videoclips? Que si existen pero que ni siquiera tienen promocion o cabida dentro de los canales OFICIALES por asi decirlo? Ejemplos, de genero Rock and Roll, New Age, o videoclips de musica no tan tradicional pero si folclorica de tantos y tantos paises? Donde o que facilidad se le dan a artistas, que teniendo un muy buen trabajo, se les reproducen e inclusive se le financian sus videoclips, por que .... aunque no sea mi preferencia en cuanto a musica se refiere .... NUNCA he visto videoclips de artistas del punto cubano, o de ópera, dificilmente de musica instrumental, o jazz, en fin ... ya lo dijo quien lo dijo (por que no me acuerdo quien lo dijo .... pero lo dijo) Es mas facil organizar un congreso para analizar el por que de las cosas, que ocuparse directamente de las cosas... ejemplos las Cumbres de Alimentacion de la FAO .... no dejan de ser utiles. pero seria mejor gastarse el dinero de oganizarlas, en realmente darselo a las personas que estan arando la tierra para ver si pueden invertirlo en producir mejor.

Tellez, autor del blog
 4/1/19 20:53

YoelArt, comparto muchas de tus opiniones, lo notarás si le das un vistazo a los post del blog. Creo importante compartir que los canales y las poleas de las instituciones "oficiales" no escapan del orden y los patrones de significados que imponen las industrias culturales hegemónicas Colibrí, por poner un ejemplo no puede sostener su voluntad de promover el buen arte, y el punto cubano, frente a lo que cobran las microempresas que producen vídeos clip en el patio, y desde la otra orilla, los miles que pagan los reguetoneros que hacen billetes en Miami. No se pueden obviar tampoco los intereses económicos y políticos de poderosos como Emilio Estéfan. Candil del clip es para entre todos prender la mecha que nos permita encontrar fisuras a ese gran poder dominador de nuestras mentes, cuerpos y movimientos. Muchas gracias por tu comentario.

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