lunes, 29 de abril de 2024

¿Enviará Obama la caballería?

Tal vez en el Medio Oriente se está formando un consenso inédito cuya característica esencial es forjarse, no solo al margen de occidente, sino contra todas las banderas...

Jorge Gómez Barata
en Exclusivo 27/05/2015
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En 1965, para ocupar la República Dominicana, Estados Unidos necesitó 50 000 efectivos, 10.000 para invadir Granada en 1983, 26.000 para intervenir en Panamá en 1989, y medio millón para liberar a Kuwait mediante la Guerra del Golfo. En ninguno de esos escenarios encontraron resistencia.

¿Cuántos efectivos se requerirán para desalojar al Estado Islámico de la mitad del territorio iraquí y del 70 por ciento de Siria? ¿Enviará el presidente Barack Obama la caballería?

Obviamente no lo hará, no solo porque no puede hacerlo por consideraciones políticas, militares, y logísticas, sino porque no puede ganar. No vencerá porque debido al carácter de las acciones del Estado islámico, tendría que enviar grandes contingentes de infantería, y exponerse a sufrir tantas bajas como en Vietnam. No puede soslayar las complejidades de teatros de operaciones urbanos, ni resolver la ineficacia de los gobiernos locales.

En el caso de Irak se trata de una sociedad que no ha recibido oportunidades para absorber el impacto del régimen de Saddam Hussein, la guerra con Irán, dos invasiones norteamericanas, un férreo embargo, y una prolongada ocupación anglo norteamericana.

Son procesos que han destruido hasta los cimientos la economía nacional y la infraestructura estatal, puede haber ocasionado hasta un millón de muertos, y dañado para siempre los equilibrios confesionales. Los efectos de estos traumas sobre la psicología social y la autoestima nacional son devastadores.

De esa urdimbre surge el Estado Islámico, que nutre sus métodos, su crueldad, y su determinación de los rencores y las frustraciones acumulados a lo largo de un milenio, en el cual los árabes han sido explotados, humillados y utilizados por imperios extranjeros y oligarcas foráneos y nativos.

Tal vez en el Medio Oriente se está formando un consenso inédito cuya característica esencial es forjarse, no solo al margen de occidente, sino contra todas las banderas. Rusia, China y Asia Central están en riesgo inminente. El temido conflicto entre civilizaciones ha llegado, aunque de un modo inesperado y abrupto. El Estado islámico no conoce la retórica, no habla ni predica: mata y aterroriza. Nunca nadie se había enfrentado a un adversario de esa manera.

Las fuerzas armadas y de seguridad de Irak son estructuras improvisadas por los ocupantes norteamericanos, sin tradición ni cohesión, escasamente motivadas, mal entramadas, y pésimamente equipadas, en cuyo interior se expresan todas las contradicciones vigentes en la sociedad. En Siria, tras cuatro años de infructuosas luchas, se trata de tropas y mandos que han perdido la batalla, y están a punto de colapsar.    

En todos los casos se refiere a colectividades que forman parte de las sociedades respectivas, no son ajenas a sus problemas, en plazos razonables no serán capaces de contener a las fuerzas del Estado Islámico que, aunque enfermas de rabias y sedientas de venganza, poseen la determinación que sus compatriotas no tienen.

El problema radica en que, después de haber abierto una enorme caja de pandora, Estados Unidos y la OTAN no pueden simplemente recoger los bártulos y largarse. De hacerlo peligrarán no solo sus aliados árabes, en particular los emiratos del Golfo, sino también, Israel, Turquía, y la Europa mediterránea.

En cualquier caso el tiempo corre y no precisamente a favor de los Estados Unidos y de Europa, que han desatado demonios que son incapaces de contener.

La pregunta del momento no es qué ocurrirá, sino cuáles serán las consecuencias para la humanidad de un Oriente Medio dominado por las fuerzas políticas más retrogradas y agresivas que hayan existido nunca. Allá nos vemos.


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Jorge Gómez Barata

Profesor, investigador y periodista cubano, autor de numerosos estudios sobre EEUU. y especializado en temas de política internacional.


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