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domingo, 22 de diciembre de 2024

Curiosidades geográficas

un blog de Alexis Schlachter Antolín

La curiosa ambición por los desiertos

La guerra en Libia y el diferendo diplomático entre Bolivia y Chile son ejemplos de interés por una zona desértica...

Alexis Schlachter Antolín
en Exclusivo 21/08/2012
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Desierto de Libia
Desierto de Libia

Los desiertos son lugares inhóspitos, calurosos. ¿Quién podría desear su posesión hasta el punto de llegar a una guerra?

En estos desolados territorios apenas llueve en años y el calor es sofocante. Debido a la soledad, los parajes desérticos más bien parecen paisajes de la lejana Luna. Silencio impenetrable, roto, en ocasiones, por caravanas de camellos pero sólo en la parte norte de África..

Sin embargo en una pasada batalla sangrienta por la posesión de una parte muy importante del desierto de Sahara que tiene más de 9 millones de km2. Me refiero a la zona llamada desierto de Libia, o Líbico, con 1 680,000 km2. Aviones y barcos de la OTAN no cesaban de bombardear el territorio libio… pero ni por la supuesta defensa de la población civil de las áreas rebeldes y menos aún en busca de lo que podrían significar sus calientes arenas. Nada de eso. El petróleo abundante que tiene Libia bajo la superficie de su gran desierto es la clave para entender el interés de tantas potencias europeas, encabezadas por los Estados Unidos de América. Sin contar con el manto de agua gigantesco que se encuentra en las profundidades.

Pero quizás se conozca menos el por qué del diferendo diplomático entre Bolivia y Chile por un territorio enclavado en el seco desierto de Atacama, el más árido del planeta donde han pasado 300 años sin ver una gota de lluvia.

Curiosamente, el resultado de la contienda por la posesión de ese desierto cambió radicalmente la geografía de tres países.

Enrumbemos nuestra atención en el norte de Chile, hacia la zona fronteriza con Perú y Bolivia donde se encuentra el famoso desierto. Precisamente por la posesión de esa zona, en 1879 comenzó una guerra llamada del Pacífico. La contienda duró cinco años, costó miles de muertos y heridos, produciendo cambios en la geografía de Perú, Bolivia y Chile.

¿Y cuál fue la razón para esa guerra entre tres naciones de Nuestra América?

El guano y el salitre o nitro, una sustancia química utilizada como fertilizante, en la conservación de alimentos, como diurético en medicina y para diversos procesos de la industria metalúrgica.

En 1879, Bolivia impuso impuestos a las empresas salitreras chilenas que laboraban en Atacama y esto condujo a una guerra. Perú, por un tratado secreto con Bolivia, se vio envuelto en la contienda.

El resultado de la guerra por el desierto de Atacama a favor de Chile cambió radicalmente la geografía de la zona. Le dio el puerto de Antofagasta, el mayor y más importante del norte del Atacama ubicado en el norte de la zona desértica.

Chile se hizo mayor en territorio mientras Perú y Bolivia redujeron sus áreas. A partir de 1884, Bolivia se convirtió en nación mediterránea, sin salida al mar, cuando perdió el desierto de Atacama y particularmente el puerto de Antofagasta que da al Océano Pacífico. Bolivia necesita, económicamente, le sean devueltas sus tierras que dan al Océano Pacífico para así desarrollar un comercio marítimo más intenso, económico, seguro y realmente propio.

Todo un señor diferendo diplomático del más alto nivel político, a partir de la contienda por la posesión de un desierto, el de Atacama. ¡Y hablando de zonas desérticas y guerras cruentas o diplomáticas por razones económicas! Durante la Segunda Guerra Mundial zonas de los desiertos del norte de África se convirtieron en campos de batalla. En 1942, Tobruk, en Libia y El-Alamein, en Egipto, fueron escenarios de fuertes combates entre los ejércitos de Alemania y Gran Bretaña.

Finalmente, en las arenas africanas quedaron derrotadas las fuerzas del mariscal alemán Erwin Rommel y esa victoria contra el fascismo ayudó a marcar el rumbo final de la Segunda Guerra Mundial.


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Alexis Schlachter Antolín

Periodista especializado en Ciencias. Profesor Adjunto del Instituto Superior Pedagógico "Rubén Martínez Villena". Premio a la Obra de la Vida otorgado por el Concurso de Periodismo Científico "Gilberto Caballero" 2012. Autor de libros sobre temática geográfica como "Geografía Sorprendente" y "Trampas Geográficas".


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