Sus compatriotas y los que descendíamos de chinos lo conocíamos como Wun Su hasta el punto de que hoy han pasado más de 40 años y desconozco el nombre con que lo bautizaron para otorgarle la ciudadanía cubana a este chino que llegó en los años 40 del siglo 20 siendo un adolescente a Trinidad para dedicarse a cultivar hortalizas a partir de las 8 de la mañana porque antes de esa hora, bajo el entonces suave sol tropical hacía lenta y acompasadamente unos movimientos que muchos creyeron un baile típico de su lejana tierra natal, cuando en realidad eran ejercicios de kun fu, que nunca quiso enseñar a porque decía que lo podían usar para matar.
Sin embargo, no guardó los secretos de cómo hacer producir la tierra, aunque por aquellos tiempos nadie le hizo caso, excepto yo que me interesé por sembrar cundiamor, y tal vez como premio accedió a darme algunas pocas instrucciones para moverme frente a un enemigo imaginario y que obedecí más por respeto que por estar convencido de que para pelear necesitaba caminar sobre la tierra enfangada sin que solo se me embarrara de lodo la suela de los zapatos, mientras seleccionaba los lugares donde enterraría las semillas de modo que todos los días debía ir a regarla memorizando en el lugar exacto, sin echar agua en otro lugar que no fuera donde estaba la simiente.
Por supuesto que no terminé las clases que significaban hacer equilibrio sobre piedrecitas, ramas y pequeñas porciones de tierra seca o deslizarme sobre el fango sin que se hundieran mis pies durante todas las semanas que demorara en germinar, crecer y enredarse el arbusto en las balizas que debía colocar apenas asomaran los primeros brotes de la planta.
Nunca vi allí nada de concreto, los canteros se hacían con guataca, pico, tridente y quizás algún otro instrumento que no recuerdo, no había ningún espacio sin sembrar, pues hasta las cubiertas para sombra eran de alguna planta comestible que salía a vender o alguien venía a comprar.
Hombres como este debieron inspirar a un amigo, el desaparecido escritor y periodista espirituano Tomás Alvarez de los Ríos para que en los años 80 del siglo 20 incomodara a no pocos en la Asamblea Municipal del Poder Popular de Sancti Spiritus pidiendo producir hortalizas con el ejemplo de que cuatro o cinco chinitos abastecían a toda la ciudad. Le ripostaron que la población había aumentado, pero haciendo gala de su proverbial agilidad mental, retomó la palabra y dijo; Pues si me ponen el doble de habitantes, en vez de cinco chinitos pongo diez.
Unos 15 años después, un amigo en cargos de dirección en el municipio de Caibarién, me invitó a ver un sembrado de hortalizas, bajo el nombre de organopónicos en Cambaito, a orillas de la carretera del circuito norte hacia Yaguajay y que iba extendiéndose productivamente como un ejemplo de todos los que empezaron a proliferar en la zona bajo la promesa hasta hoy incumplida de que abastecerían a todos los cubanos de la cantidad per cápita de hortalizas que debía consumir diariamente cada persona según un organismo internacional.
No dudo de que los chinos con sus hortalizas sirvieron de inspiración, pero de lo que se puede estar seguros es de que para nada tomaron como modelo la forma de construir los organopónicos en plena crisis económica de los años 90 del siglo pasado, pues este redactor, en compañía de un amigo ingeniero agrónomo nos dedicamos a contar la cantidad de bloques para construir un cubanísimo organóponico, y al consultar a un albañil, nos dijo que eran suficientes para levantar un biplanta de dos habitaciones para dormir, sala comedor, cocina y un balconcito.
Dicho sea de paso, hoy no pasan de sembrar dos o tres variedades de cualquier yerbitas, aunque venden malanga, boniatos, plátanos fruta y vianda, guayabas, pepinos, tomates, pina, ajo, cebolla, ajíes, y otros renglones como carnes que desde el productor hasta el organopónico van incrementando el precio por obra y gracia de pasar de mano en mano y recorrer unos metros o kilómetros más.
Sin dudas, la idea de los organopónicos es magnífica. Ojalá se generalicen.
Jorge Delgado
16/5/15 19:30
Estimado amigo Chang:
Leí el artículo sobre los organoponicos, en realidad si se le prestara la atención de un inicio y el objeto social de estos no se desviará, pudieran resolver un poco más de lo que lo están haciendo en estos momentos, como bien se dice venden malangas ,boniatos y en algunos casos hasta carne ,sin embargo raras veces se ve la remolacha ,zanahoria o habichuela, productos los cuales sus precios se elevan desmedidamente ,citando un ejemplo el mazo de remolacha en San Miguel tiene un precio de 10.00cup , si los organoponicos cultivaran más estos vegetales tal vez su costo descendería, sería bueno que varias empresas pensaran en la construcción de varios organoponicos, e insertar trabajadores a ellos como cuando la etapa de los contingentes, al final sería una vía más de oferta de empleo , oferta de productos a la población además de ingresarle presupuesto al estado, en otro orden le digo que me gustó mucho el artículo del vanguardia, “DE CROQUETON A CROQUETICA”, es una realidad que desde su inicio a la fecha dista mucho, por desgracia no hemos logrado aprender a ejecutar acciones que logren un correcto control y estabilidad en los servicios que se ofertan a la población.
Mis más sinceros saludos.
guisver rolando
15/5/15 15:17
amigo chang como siempre con muy buenos temas, por aca por Camagüey (cabecerra provincial) he visto un resurgir de los arganopónicos no se si los demas coterraneos míos lo están, aunque todavia dejan mucho que desear los de mis municipio (Nuevitas), a mis 28 años nunca he conocido ningún chino, pero como es posible que ellos en un pedacito saquen maravilla de productos se autoabastecen, exportan alimentos y nosotros con cantidades de tierra dependamos de 3ras personas para los productos (vegetales, vianda), me gustaria hacer una pregunta... ¿alguien se acuerda del discurso de Raúl el 26 de julio del 2007 en Camagüey?...
CUCO
15/5/15 13:51
Amigo Chang a tono con los comentarios le pongo mi recuerdo de chinos en cuba . en Remedios habia un chino que era conocido como el chino Malia que en los 70 era muy viejo y andaba en un camion mas viejo todavia y un triciclo hecho tierra .Lo recuerdo muy bien delgadito y y con espejelos muy decente , decia el folklore municipal que a alguien se le fue la catalina un dia con el y ese dia se dio la primera demostracion de Kungfu que se vio en Remedios . Yo era un niño pero recuerdo a esa persona muy decente y respetuosa no recuerdo si era o no horticultor. Respecto a los organoponicos puedo decir que mi experiencia con ellos es muy buena vivo en santa catalina municipio de SAnta Clara donde existen al menos 3 organoponicos muy buenos entre ellos el Patria ubicado en la zona de los edificios y que es de referencia nacional, es exelente sin duda con un equipo de 6 o 7te ¨chinitos¨ de estos tiempos que son blancos negros y mulatos y mantiene muy bien abastecidas de hortalizas esa comunidad, y con una varidad muy buena tambien a mi no me gusta pero hasta Brocoli venden y es alli donde unico lo he visto en SAnta clara . Lo recomiendo por la calidad de sus productos lo servicial del trato y los precios de otra epoca . En fin que no todo es malo. Chao
Tide
15/5/15 10:22
Amigo Chang, te cuento que el primer chino que conocí fue Alfonso Lee, “el lavandero”, amigo y hermano masón de mi papá, que todas las semanas recogía un lío de ropas en casa, y devolvía unos dos o tres días después brillando por su blancura y oliendo a limpio. ¡Un alivio para mamá! Pero cuando aún no levantaba ni un par de cuartas del suelo, me topé con un trío de chinitos que tenían una huerta – ni asomo de “organopónico” - del otro lado del pueblo, como quien va rumbo a Matanzas. Eran los días de Navidad y papá quería comprar lechugas frescas, tomates, rabanitos y no recuerdo qué más. No te puedo contar de mi impresión de aquella visita, pero sí de que por primera vi “las camas” donde dormían aquellos laboriosos trabajadores. ¡Ni lo podía creer si no hubiera sido que me lo señalara papá!
Otras veces estuve allí ya por mi propia cuenta, y me sorprendía la variedad de hortalizas y legumbres - de carnes nada - que producían en tan apretada superficie de terreno - que no dudo abastecía a toda la población de entonces: unos cinco mil almas - donde sí se podía escoger y quedar satisfecho con lo que se llevaba a casa. Comparativamente, aquel “humilde” huerto de tres chinitos, tan productivo, poco se parecía a los costosos “organopónicos” de hoy día, que afortunadamente no dejan de resolver necesidades básicas de la población, ¡pero a qué costo!
Jorge el curioso
15/5/15 10:06
Estimado señor Chang,ya se , por otros articulos, que usted valora mucho la opinion de especialistas, yo no lo soy, pero como cualquier homo sapiens, opino que , seguramente el hacer construir con bloques sobre la tierra fue una aberracion de alguien, la historia nos dirá, si fué provechoso.De lo que si estoy convencido es que los organoponicos no le daran comida ahora ni nunca a la poblacion.No a la generalidad. Existen , y es como debe ser, para ofertar productos de PRIMERA, SANOS, SIN AGROQUIMICOS,COSECHADOS CON CIERTA EXQUISITEZ, a determinadas casas de abuelos o infantiles, hostales, restaurantes, no creo que le lleguen a hoteles, pero ojalá, con los cuales tengan arreglado sus convenios y contratos los cuales deben garantizar de por si su funcionamiento incluyendo ganancias.Lo demas seria un plus.
En el punto de los 5 chinos le puedo asegurar, que estamos en el siglo XX1, y en china hoy producen toneladas de hortalizas las grandes cooperativas , con una mecanizacion espectacular y gracias al dinero invertido por ellos , y por TERCEROS....Y Como aun no les alcanza le cito un articulo de la revista China Hoy (Oct 2014.pag 9),que regularmente recojo en la Embajada China , ..´´ Chile y China han continuado fortaleciendo los lazos comerciales, cooperativos e inversionistas en los sectores alimetarios y agrario con miras al fururo cuando el pais asiatico llegará a ser el destino principal de los productos agricolas chilenos´´....Nada , Ya ni ellos procucen lo que comen.
Juan Carlos
15/5/15 13:58
Señor curioso, no se deje deslumbrar por las lentejuelas, eso que ud lee es cierto, sí, pero dentro de China también otros muchísimos otros, tal vez millones (si millones) de chinos cultivan su huerta a mano, de forma rudimentaria, eso no me lo contó nadie, eso lo ví yo, en una visita de trabajo a ese país hace un par de años, incluso paramos el carro para ver una huerta, no era una hortaliza, era una familia que sembraba una especie de cerezas del tamaño de mandarinas, el traductor no nos supo explicar que eran, pero debían ser familia de las cerezas. Otra mas, nuestros colegas chinos nos tildaban de despilfarradores por usar escobas plásticas, no entendían como ellos siendo por mucho mas desarrollados que nosotros apenas la usaban prefiriendo las de mijo, paja de arroz etc. Igual que Ud yo hace años me alarmé leyendo en un artículo que China para el 2016 tendría que importar arroz, sin embargo, nos explicaron que sus grandes producciones llegaron a un tope y la población sigue subiendo, entonces !que remedio!. Ellos importan soya de Brasil, así que, con perdón sea dicho, mas correcto debía decir ya lo que producen no les da abasto....
Arturo Chang
15/5/15 15:15
A Jorge el curioso solo le hago una aclaración en cuanto a que valoro mucho la opinión de los especialistas. Yo nunca he expresado esa preferencia, sino que prefiero que todos expresemos nuestras ideas.
No olvidemos que la filosofía de este espacio que llenamos todos los viernes es la siguiente:
"Pretendo que este sea un espacio que se enriquezca desde sus comentarios y sugerencias. Apuesto por la construcción desde la participación..."
Por tanto, participemos todos. Gracias anticipadas a los participantes.
Jorge el curioso
16/5/15 8:16
Disculpe usted por haber interpretado mal esta cita...en su articulo del 08/05/2015....´NOTA FINAL: Agradezco todo tipo de opiniones, sobre todo, si son de especialistas en esta materia en la que nadie es ajeno. Queda abierto el debate.´´..........
mi respeto y un saludo.
Paloma
15/5/15 10:00
Saludos estimado Chang. Me ha hecho recordar mi infancia, pues cerca de donde viví también hubo un chino que en las tempranas horas de la mañana salia con sus dos canastas colgando de una vara que llevaba al hombro, a vender sus hortalizas frescas y con muy buena calidad. Fue por los años en que el "PESO TENIA CAMBIO Y EL QUILO NO TENÍA VUELTO". Pues bien, una vez más se pone de manifiesto que cosas probadas a través del tiempo se fueron desetimando en aras de LO NUEVO, o del supuesto DESARROLLO, para a la postre comprobar que no basta con las buenas intenciones.... En este asunto de la agricultura urbana hay mucha tela por donde cortar; se ha visto buenos resultados allí donde se trabaja con empeño y con amor, pero desafortunadamente en todos los lugares no ha sucedido igual. Y experimentos van y exprimentos vienen, y el tiempo pasa y pasa... Veo (y esto lo digo sin ánimo de ofender ni mucho menos considerar que es imposible darle un giro favorable a estos empeños) que en la medida que se avanza en la implementación de nuevas ideas, lo que se logra finalmente es todo lo contrario de lo que se pretendia: precios favorables a los productos de las cooperativas, venta de insumos y medios para los tenedores de tierra, facillidades para la comercialización mayorista de dichos productos, contratación directa con entidades para la comercialización de dichos productos (principalmente con Turismo), y muchas otras acciones en función no sólo de resolver las necesidades de las instituciones sino las del pueblo en sentido general. Qué vemos en nuestos agromercados (estatales o no), qué vemos en los cuentapropistas, qué vemos en otras figuras que no son lo uno ni lo otro? SE HA DESATADO UNA LOCURA CON LOS PRECIOS. Lo más preocupante es que no aparece EL FRENO a estos desmanes; por consiguiente lo que ha desencadenado este actuar es un gran nivel de insatisfacción popular, el enriquecimiento ilícito o no de intermediarios, la manipulación en cuanto a qué se siembra a partir de determinada ganancia, en fin una lista bastante larga de problemas que en apariencia no tienen solución a corto ni mediano plazo. Ahora se acerca el Congreso de la ANAP y allí los verdaderos campesinos expresarán sus criterios y lo que consideren oportuno hacer para revertir el presente. Una vez más confío en que si los buenos se unen y trabajan con amor y apego a la tierra, los resultados serán los mejores, aunque ya no volvamos a ver al chino con sus canastas vendiendo en las primera horas de la mañana sus hortalizas frescas y de buena calidad...
Presidente
16/5/15 11:45
Felicidades... Paloma, magnifico comentario, es de los de camisa quitada, de frente a la verdad... Ya el congreso de la ANAP, se pronunció en su primera sección que sin agricultura no puede haber economía... Ahora digo como los chinos.. Chi lo sa..
mis saludos.
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