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lunes, 25 de noviembre de 2024

Correos y competidoras

La palabra correos ya no evoca de inmediato una oficina donde depositar un sobre con una carta o enviar un telegrama...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 29/11/2019
1 comentarios
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La necesidad de ir hasta las oficinas de Correos va disminuyendo y cuando se menciona correo, lo primero que viene a la mente es el correo electrónico. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

En plena zafra del Año de los Diez Millones, 1970, uno de los trabajadores movilizados de forma permanente en los cortes de caña nos alcanzó apresuradamente cuando el jeep estaba casi en marcha: ¿Me pueden hacer el favor de echarme esta cartica en el primer correo que vean por ahí?

Puso en mis manos un sobre dirigido a alguien de La Habana y como remitente su nombre -que por supuesto no recuerdo- y debajo su dirección: Campamento Caracusey.

La oficina de correos de Trinidad, que todavía está en la calle con el persistente nombre de Gutiérrez, fue donde depositamos la misiva antes de solicitar el servicio de transmisión de nuestro reporte al periódico Vanguardia que entonces circulaba en la provincia de Las Villas.

Mientras yo hacía los trámites de llenar un modelo ACP (A Cobrar Prensa) y esperaba que la operaria escribiera en un ruidoso equipo denominado teletipo, el fotógrafo Bermúdez se encargaba de llegar hasta la terminal de ómnibus, para que el chofer nos hiciera el favor de llevar “los rollitos” hasta la terminal de Santa Clara, donde los estarían esperando.

De aquellos días nos separan casi 50 años y solo persiste el interés por comunicarse o la necesidad de transmitir y recibir alguna información. Todo lo demás ha cambiado, aunque alguien se resista tercamente a estar en armonía con el novedoso entorno tecnológico.

En ningún municipio se albergan miles de personas para cortar caña, ni tampoco centenares de trabajadores dejan su labor habitual por las faenas en los cañaverales, pues esas labores se realizan con maquinarias donde el obrero va cómodamente instalado en una cabina climatizada.

Y tampoco alguien correrá detrás de nadie para que le deposite una carta en el correo porque puede apelar a otros medio que están cada vez más a disposición de una mayoría.

Tanto textos como fotos pueden enviarse desde el mismo dispositivo por el cual escuchamos la voz y vemos la imagen de nuestro interlocutor. El aparato no pesa ni ocupa espacio, pues un teléfono celular cabe sobradamente en el bolsillo de la camisa.

La necesidad de ir hasta las oficinas de Correos va disminuyendo y cuando se menciona correo, lo primero que viene a la mente es el correo electrónico, algo tanlejano entonces que cuando el desaparecido periodista Roberto González Quesada disertaba sobre este avance en los años 70 del siglo pasado, otros preferíamos callar para no irrespetarlo.

En las transformaciones no solo de aquellas oficinas de Correos, sino en los disímiles significados que hoy encierra la nomenclatura, tienen mucho que ver las entidades que con un nombre u otro, una u otra estructura han ido adquiriendo trabajosamente el equipamiento.

Hay quienes quieren que esa entidad tenga competencia y deje de ser una sola, pero debieran preguntarse: ¿será cubana la competidora? ¿De ser cubana, de dónde obtendrá los recursos? ¿Se dividirán entre las dos los escasos recursos para competir una conotra? ¿O la quieren extranjera y todopoderosa?


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.

Se han publicado 1 comentarios


Luis Alberto
 29/11/19 11:43

El correo postal es vital en el mundo moderno, paises desarrollados lo utilizan constantemente, al parecer la ineficiencia del nuestro nos ha hecho perder la fe, realmente existen muchas opciones que esta Empresa nos brinda, pero y la calidad? ahí está el problema, cuál será la solición, eso no lo sé amigo Arturo, pero es lamentable, esperemos que se pueda recuperar la confianza con calidad en ese servicio y no sea una añoranza llena de recuerdos nostalgicos de lo que fue y no es. Como siempre gracias por llamarnos a la reflexión.

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