Deseos para el año nuevo

En el foro Cuéntanos tus planes para el Año Nuevo... Cubahora dice: Cada vez que se acerca un año nuevo, o el fin de uno viejo, las personas, como en una película, recrean imágenes de los momentos vividos (buenos y malos) y comienzan a develar el futuro que se avecina. Se hacen valoraciones, se evalúa, se aconseja uno... Cada vez que se acerca un año nuevo, o el fin de uno viejo, las personas, como en una película, recrean imágenes de los momentos vividos

Siempre ha sido así en los días finales de diciembre e iniciales de enero, pues es común que soñemos, renovemos hasta las ilusiones, echemos a un lado los desengaños y reanudemos el camino con la esperanza de que esta vez sí alcanzaremos los deseos.

Al menos en los lugares que recorrió este periodista, y donde estuvieron las personas consultadas, faltaron “dos cosas”, y si las hubo, confirman que la regla no fue salir a darle la vuelta al barrio rodando maletas por la creencia de que con ese ritual en el nuevo año se viajaría al exterior.

Tampoco es de dudar que en alguna ocasión, haya sucedido la segunda cosa: aquellas expresiones que se mezclaban frecuentemente con desear salud, felicidad, prosperidad, bienestar… tanto para el interlocutor como para su familia.

Alguien pudo haber arrastrado un equipaje, pero no fue lo común, como tampoco lo fue expresar un deseo que ya se había hecho habitual, frecuente, y llegó a ser permanente hasta este fin de 2019, un año que poco tendría que envidiarle a los que transcurrieron en la década de los 90 del siglo pasado.

Por cierto, si en esa década final del primer milenio hubo algo que no faltara, casi no pudo disfrutarse su existencia por la incertidumbre de no saber si al otro día aún lo habría, o si se carecería de algo más importante.

La segunda cosa, lo que no se escuchó para que sucediera en este 2020 fue expresar como parte de las felicitaciones por el fin y el inicio del año, que bajaran los precios y subieran los salarios, aunque internamente cada uno en lo individual seguramente mantenemos la aspiración humana de que los sueldos se eleven y los productos y servicios se coloquen a un nivel asequible.

Ni tampoco hubo en la recta final de 2019 estados de pánico por las consecuencias de lo que sucederá con el CUC y el CUP, aunque no faltó algún que otro poseedor de enormes sumas de una u otra moneda que se dedicaron a la ciencia de las adivinaciones para decidir cuál de las dos atesorar.

Por razones éticas no menciono siquiera el nombre ni el lugar donde alguien buscaba opiniones sobre si estaría afectado por tener el CUC, y que recibió la más cubana de las respuestas por parte de uno de los que escuchaba su consulta: “Compa, eche palante los pesos y cójala en grande desde la Navidad hasta que se acaben los feriados del año nuevo, y duerma tranquilo que si el CUP no se cae, el CUC tampoco, porque viene uno como el año nuevo y se va el otro como el año viejo”.

Espero que si el preocupado está leyendo, no se enfade si digo que no reí ante él como todos los presentes en aquella charla, pero de buena gana lo hubiera hecho.